Las lunas de acné subcutáneo, también conocidas como quistes de acné o acné nodular, son una de las formas más complicadas y dolorosas de acné. Este tipo de acné se caracteriza por la aparición de bultos dolorosos, profundamente incrustados bajo la piel, que pueden ser de tamaño considerable y, a menudo, dejan cicatrices si no se tratan adecuadamente. A pesar de que existen tratamientos variados para el acné en general, el tratamiento específico para las lunas subcutáneas requiere un enfoque más meticuloso y paciente.
1. ¿Qué son las lunas subcutáneas o quistes de acné?
El acné subcutáneo se forma cuando las glándulas sebáceas (encargadas de producir aceite en la piel) se obstruyen por un exceso de grasa, células muertas y bacterias. Sin embargo, a diferencia de las espinillas y los puntos negros comunes, los bultos bajo la piel no emergen a la superficie. En lugar de eso, se inflaman profundamente, lo que causa un dolor considerable, enrojecimiento y una textura irregular de la piel.

Este tipo de acné puede estar asociado con factores hormonales, estrés, genética, o la exposición a productos cosméticos que obstruyen los poros. A menudo, los bultos duros que aparecen en la piel tardan más tiempo en sanar, pueden ser recurrentes y son más difíciles de tratar con remedios tópicos.
2. Tratamientos más efectivos para las lunas subcutáneas
A. Tratamientos tópicos
1. Retinoides tópicos
Los retinoides son derivados de la vitamina A que se utilizan ampliamente para tratar el acné. Actúan acelerando la renovación celular y previniendo la obstrucción de los poros, lo que los hace muy eficaces en el tratamiento del acné subcutáneo. Algunos de los retinoides más comunes incluyen el tretinoína, adapaleno y tazaroteno. Estos productos no solo ayudan a reducir la inflamación, sino que también facilitan la curación de las cicatrices.
Es importante usar los retinoides con precaución, ya que pueden causar sequedad, enrojecimiento e irritación, especialmente al comenzar su uso. Por esta razón, los dermatólogos suelen recomendar aplicarlos solo por la noche, acompañados de una crema hidratante.
2. Ácido salicílico
El ácido salicílico es otro tratamiento tópico eficaz para el acné. Se trata de un ácido beta-hidroxiácido (BHA) que penetra profundamente en los poros y exfolia la piel, eliminando las células muertas y el exceso de grasa. Su uso regular puede ser útil para prevenir la formación de nuevos bultos subcutáneos y reducir la inflamación. Este tratamiento suele encontrarse en geles, cremas y limpiadores, siendo ideal para pieles sensibles que no toleran productos demasiado agresivos.
3. Antibióticos tópicos
En algunos casos, el acné subcutáneo se asocia con la proliferación bacteriana en los poros, por lo que los antibióticos tópicos como la clindamicina pueden ser útiles. Estos medicamentos ayudan a reducir la cantidad de bacterias en la piel y disminuir la inflamación.
B. Tratamientos orales
1. Antibióticos orales
Para los casos más graves de acné subcutáneo, los antibióticos orales pueden ser una opción viable. Medicamentos como la doxiciclina y minociclina actúan a nivel sistémico para reducir la bacteria Propionibacterium acnes, que es responsable de la inflamación del acné. Estos antibióticos también tienen efectos antiinflamatorios que ayudan a disminuir el enrojecimiento y la hinchazón.
Es importante que el tratamiento con antibióticos orales sea supervisado por un dermatólogo, ya que su uso prolongado puede generar resistencia bacteriana.
2. Isotretinoína oral
La isotretinoína es uno de los tratamientos más potentes para el acné severo, especialmente cuando otros tratamientos no han tenido éxito. Este medicamento oral, derivado de la vitamina A, tiene la capacidad de reducir significativamente la producción de sebo en la piel, lo que evita que los poros se bloqueen y disminuye la inflamación. Sin embargo, debido a sus efectos secundarios potenciales, que incluyen sequedad extrema de la piel, problemas hepáticos y malformaciones congénitas en mujeres embarazadas, su uso debe ser estrictamente controlado.
3. Anticonceptivos orales
En algunos casos, el acné subcutáneo está relacionado con desequilibrios hormonales, lo que hace que los anticonceptivos orales sean una opción viable para las mujeres. Al regular los niveles hormonales, los anticonceptivos pueden reducir la producción de sebo y, por ende, disminuir la aparición de acné subcutáneo. Sin embargo, este tratamiento solo es recomendable bajo supervisión médica.
C. Procedimientos dermatológicos
1. Drenaje e inyecciones de esteroides
Si un quiste de acné subcutáneo es muy grande o doloroso, un dermatólogo puede optar por drenarlo o inyectarlo con un esteroide. El drenaje implica hacer una pequeña incisión en la piel para extraer el contenido del quiste. Este procedimiento se realiza bajo condiciones estériles para evitar infecciones y es bastante efectivo en la reducción de la inflamación.
Por otro lado, las inyecciones de esteroides pueden reducir rápidamente la inflamación y el tamaño de los bultos dolorosos. Estas inyecciones permiten que el quiste se reduzca de manera efectiva sin necesidad de drenarlo, y su efecto es visible en cuestión de días.
2. Luz pulsada intensa (IPL) y láser
Las tecnologías como la luz pulsada intensa (IPL) y los tratamientos con láser pueden ser útiles para tratar el acné subcutáneo en personas con piel propensa a cicatrices. Estas tecnologías ayudan a reducir la producción de sebo, mejorar la textura de la piel y eliminar las bacterias responsables del acné. Si bien no están indicadas para todos los tipos de acné, pueden ser especialmente efectivas en aquellos que buscan una solución más duradera y menos invasiva.
3. Peelings químicos
Los peelings químicos son tratamientos que consisten en la aplicación de sustancias químicas exfoliantes que eliminan las capas superiores de la piel, ayudando a destapar los poros y reducir la inflamación. Los peelings con ácido glicólico o ácido salicílico son comúnmente utilizados para tratar el acné, ya que mejoran la renovación celular y previenen la aparición de nuevos quistes.
3. Prevención de los bultos subcutáneos
A pesar de que no siempre es posible evitar la aparición de acné subcutáneo, algunos hábitos pueden ayudar a reducir su frecuencia y gravedad. Entre las recomendaciones preventivas se incluyen:
- Mantener una rutina de cuidado facial adecuada, utilizando productos que se adapten a tu tipo de piel (limpiadores suaves, hidratantes no comedogénicos).
- Evitar tocarse la cara y presionar los granos o bultos, ya que esto puede empeorar la inflamación o causar infecciones.
- No utilizar productos cosméticos que obstruyan los poros, como los aceites pesados o bases de maquillaje que no sean «no comedogénicas».
- Gestionar el estrés, ya que es un factor que puede influir en el equilibrio hormonal y en la aparición de acné.
- Mantener una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y baja en azúcares refinados, ya que los desequilibrios nutricionales pueden afectar la salud de la piel.
4. Conclusión
El tratamiento para el acné subcutáneo requiere paciencia, consistencia y, en muchos casos, la orientación de un dermatólogo especializado. Si bien existen múltiples opciones de tratamiento, desde medicamentos tópicos hasta intervenciones más avanzadas, cada persona puede responder de manera diferente. Un enfoque integral que combine cuidados tópicos, tratamientos orales y procedimientos dermatológicos es, por lo general, la forma más eficaz de controlar y minimizar el acné subcutáneo.