Medicina y salud

Trastornos Facticios: Causas y Tratamiento

Las trastornos facticios, también conocidos como trastornos simulados o trastornos por fabricación, son una categoría de condiciones psiquiátricas en las que una persona fabrica, exagera o incluso autoinflige síntomas físicos o psicológicos. Este comportamiento no busca obtener un beneficio económico directo o escapar de responsabilidades, sino que está impulsado por una necesidad interna de asumir el rol de paciente o de recibir atención médica. Uno de los ejemplos más conocidos dentro de esta categoría es el síndrome de Münchausen.

Características de los trastornos facticios

Las personas con trastornos facticios suelen presentarse en entornos médicos con historias clínicas complicadas y sintomatología diversa que no encaja completamente con enfermedades conocidas. Los síntomas pueden variar desde dolores inexplicables, fiebres, infecciones recurrentes, hasta convulsiones o problemas respiratorios sin una causa médica clara. Además, estas personas son a menudo expertas en la jerga médica y pueden manipular resultados de exámenes para que coincidan con sus relatos.

Este comportamiento no se debe confundir con la hipocondría o los trastornos somatomorfos, donde los síntomas percibidos son reales para el paciente, aunque no exista una base médica clara. En los trastornos facticios, la persona sabe que está inventando o causando los síntomas, lo que distingue a esta condición de otras afecciones psiquiátricas.

Tipos de trastornos facticios

  1. Trastorno facticio con síntomas predominantemente físicos: Las personas fingen o causan enfermedades físicas. Pueden autoinducirse heridas, tomar medicamentos para simular síntomas, o manipular termómetros y exámenes de laboratorio.

  2. Trastorno facticio con síntomas predominantemente psicológicos: Aquí, los individuos fingen problemas mentales, como desordenes de la memoria, depresión severa, alucinaciones, o incluso disociación. Pueden presentar un comportamiento incoherente, referir experiencias traumáticas ficticias, o exagerar síntomas de trastornos mentales conocidos.

  3. Trastorno facticio mixto: En este caso, la persona finge tanto síntomas físicos como psicológicos.

  4. Trastorno facticio impuesto a otro (por poderes): También conocido como síndrome de Münchausen por poderes, este trastorno se presenta cuando una persona, usualmente un cuidador, causa o finge síntomas en otra persona bajo su cuidado, como un niño o un adulto mayor. El objetivo del perpetrador es atraer la atención hacia sí mismo como cuidador abnegado y preocupado.

Causas de los trastornos facticios

Las causas exactas de los trastornos facticios no están completamente claras, pero se cree que una combinación de factores psicológicos, sociales y biológicos contribuye a su desarrollo. Algunos de estos factores incluyen:

  • Historia de abuso o negligencia en la infancia: Muchas personas con trastornos facticios han tenido una infancia marcada por el abuso físico o emocional, negligencia, o la pérdida de figuras significativas. Estos antecedentes pueden llevar a una búsqueda de atención y cuidado en la vida adulta, aunque de manera desadaptativa.

  • Deseo de asumir el rol de paciente: Algunas personas pueden encontrar consuelo en ser vistas como enfermas, lo que les permite evitar responsabilidades o recibir atención que de otro modo no obtendrían. La hospitalización o el tratamiento pueden ser vistos como formas de obtener cariño o importancia.

  • Trastornos de la personalidad subyacentes: Los trastornos de personalidad, como el trastorno límite de la personalidad o el trastorno histriónico, pueden coexistir con los trastornos facticios. Estos trastornos de la personalidad se caracterizan por una autoimagen inestable, una necesidad excesiva de atención, y comportamientos manipulativos.

  • Necesidad de control: Algunas personas pueden encontrar en los trastornos facticios una manera de ejercer control sobre su entorno o sobre otras personas. Manipular la situación médica les da una sensación de poder o de dominio.

Diagnóstico y desafíos

El diagnóstico de los trastornos facticios es extremadamente complicado debido a la naturaleza engañosa de la condición. Los profesionales de la salud pueden sospechar de un trastorno facticio cuando los síntomas no concuerdan con ningún cuadro clínico conocido, los resultados de las pruebas son inconsistentes, o el paciente tiene un historial médico lleno de hospitalizaciones en varios lugares.

El diagnóstico también puede implicar un enfoque multidisciplinario que incluye la evaluación de psiquiatras, médicos de atención primaria y otros especialistas. Se pueden revisar los registros médicos anteriores y, en algunos casos, se pueden realizar observaciones encubiertas o análisis específicos para detectar manipulación de pruebas.

Uno de los mayores desafíos es que confrontar al paciente con la realidad de su condición puede ser contraproducente, ya que pueden negar vehementemente el comportamiento, retirarse del tratamiento o cambiar de proveedor de atención para continuar con la simulación.

Tratamiento

El tratamiento de los trastornos facticios es complejo y, a menudo, requiere un enfoque terapéutico multidisciplinario. Algunas estrategias incluyen:

  • Psicoterapia: La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser útil para ayudar al paciente a reconocer y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que conducen a la fabricación de síntomas. La terapia también puede abordar problemas subyacentes como traumas infantiles, baja autoestima, o trastornos de personalidad.

  • Manejo médico prudente: Los profesionales médicos deben manejar los síntomas reportados con cuidado, evitando procedimientos innecesarios, pero también asegurando que el paciente reciba la atención necesaria. El enfoque debe ser apoyar al paciente sin reforzar el comportamiento disfuncional.

  • Intervención familiar: En casos de trastorno facticio impuesto a otro, es crucial intervenir para proteger a la víctima. Esto puede incluir la separación del cuidador, el tratamiento psicológico para la víctima, y la intervención legal si es necesario.

  • Apoyo a largo plazo: Debido a la naturaleza crónica de los trastornos facticios, es importante que los pacientes reciban apoyo a largo plazo. Esto puede incluir seguimientos regulares con un terapeuta, participación en grupos de apoyo, y un manejo continuo de los síntomas psicológicos subyacentes.

Conclusión

Los trastornos facticios representan un desafío significativo tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud. La naturaleza engañosa de la condición, junto con las posibles complicaciones físicas y psicológicas, hace que el manejo de estos trastornos sea particularmente complejo. Sin embargo, con un enfoque terapéutico cuidadoso y un apoyo adecuado, es posible ayudar a los pacientes a reducir o abandonar estos comportamientos dañinos y a desarrollar formas más saludables de manejar sus necesidades emocionales y psicológicas.

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