Jordania, oficialmente conocida como el Reino Hachemita de Jordania, es un país situado en el suroeste de Asia, en la región del Medio Oriente. Limita al norte con Siria, al noreste con Irak, al este y sureste con Arabia Saudita, al suroeste con el mar Rojo, y al oeste con Israel y Palestina. Este país, de rica historia y significancia cultural en la región, tiene una extensión geográfica relativamente pequeña en comparación con algunos de sus vecinos, pero juega un papel fundamental en la política y la economía de Oriente Medio.
Superficie de Jordania
La superficie total de Jordania es de aproximadamente 89.342 kilómetros cuadrados. Aunque su tamaño no es considerablemente grande, su geografía es variada y presenta distintos tipos de paisajes. El terreno jordano está compuesto en su mayoría por mesetas desérticas, y cuenta también con valles fértiles, en particular en la zona del río Jordán.
El desierto de Jordania, que ocupa gran parte de su territorio, es parte de la vasta región desértica que caracteriza a la Península Arábiga. En contraste con estas áreas desérticas, Jordania también alberga áreas de gran importancia agrícola, como el Valle del Jordán, que es conocido por su capacidad para la agricultura debido a sus tierras fértiles. Además, el país posee una pequeña franja costera en el mar Rojo, de aproximadamente 26 kilómetros de longitud, en la ciudad de Áqaba, que es su única salida al mar.
Población de Jordania
En cuanto a su población, según estimaciones realizadas en 2022, Jordania contaba con alrededor de 11 millones de habitantes. La mayoría de la población jordana se concentra en áreas urbanas, siendo la capital, Amán, la ciudad más grande y poblada del país, con más de 4 millones de habitantes. Otras ciudades importantes incluyen Zarqa, Irbid y Áqaba.
La población de Jordania es muy diversa y está compuesta por varios grupos étnicos y comunidades. La gran mayoría de los jordanos son árabes, y el idioma oficial del país es el árabe. Sin embargo, también existen minorías de chechenos, circasianos y armenios. Un aspecto significativo en la composición demográfica de Jordania es la presencia de un gran número de refugiados palestinos, quienes llegaron al país después de las guerras árabe-israelíes en 1948 y 1967, y que hoy en día constituyen una parte importante de la población jordana.
Composición demográfica y características sociales
Además de los refugiados palestinos, Jordania también ha acogido un considerable número de refugiados de otros países vecinos afectados por conflictos, como Siria e Irak. La guerra civil siria, que comenzó en 2011, provocó una gran ola de refugiados hacia Jordania. En la actualidad, se estima que el país alberga a más de 1,3 millones de refugiados sirios. Esto ha ejercido una enorme presión sobre los recursos y servicios del país, incluyendo educación, salud y vivienda, especialmente en las ciudades más grandes.
Jordania tiene una población joven, con un alto porcentaje de su población menor de 30 años. Esta juventud representa tanto un desafío como una oportunidad para el desarrollo económico del país, que se enfrenta a retos como el desempleo juvenil y la falta de oportunidades económicas suficientes para su creciente población. No obstante, el gobierno jordano ha trabajado en diversas reformas para mejorar las condiciones de vida, la educación y el empleo para sus ciudadanos.
Distribución geográfica de la población
Como se mencionó anteriormente, gran parte de la población de Jordania se concentra en las áreas urbanas, especialmente en Amán, Zarqa e Irbid. La capital, Amán, no solo es el centro político y administrativo del país, sino también su principal motor económico y cultural. La ciudad ha experimentado un rápido crecimiento en las últimas décadas, impulsada en gran parte por la migración interna y la afluencia de refugiados. Zarqa, por su parte, es un importante centro industrial, mientras que Irbid es una ciudad universitaria con una población joven y vibrante.
En las zonas rurales y desérticas de Jordania, como el sureste y este del país, la densidad de población es considerablemente menor. Estas áreas están habitadas principalmente por comunidades beduinas, que tradicionalmente llevan un estilo de vida seminómada. Sin embargo, la modernización y el cambio en las formas de vida han afectado significativamente a estas comunidades en las últimas décadas, lo que ha llevado a muchos beduinos a asentarse en áreas urbanas o periurbanas.
Desafíos demográficos
El rápido crecimiento de la población, en particular debido a la afluencia de refugiados, ha presentado diversos desafíos para Jordania. El país, que ya de por sí cuenta con recursos limitados, como el agua y la tierra cultivable, ha tenido que hacer frente a la creciente demanda de servicios básicos. El agua, en particular, es un recurso extremadamente escaso en Jordania, que es uno de los países con menor disponibilidad de agua per cápita en el mundo. La escasez de agua ha obligado al gobierno jordano a implementar estrictas medidas de conservación y a buscar soluciones innovadoras para aumentar el suministro de agua, como la desalinización y la cooperación con países vecinos para compartir recursos hídricos.
Además de los problemas relacionados con los recursos naturales, Jordania también enfrenta desafíos en términos de empleo y desarrollo económico. Aunque el país ha logrado mantener una estabilidad política relativa en una región a menudo marcada por conflictos, su economía ha estado bajo presión debido a las tensiones regionales, la falta de recursos naturales y la dependencia de la ayuda extranjera. El desempleo, especialmente entre los jóvenes, sigue siendo un problema importante, y el gobierno jordano ha lanzado diversas iniciativas para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleos.
Conclusión
Jordania, a pesar de su tamaño relativamente pequeño y sus limitados recursos naturales, es un país de gran importancia estratégica en el Medio Oriente. Su superficie de 89.342 kilómetros cuadrados alberga una población diversa y creciente de alrededor de 11 millones de personas, compuesta por ciudadanos jordanos y un considerable número de refugiados. A lo largo de los años, el país ha logrado mantener una notable estabilidad en medio de las tensiones regionales, aunque enfrenta desafíos demográficos y económicos significativos. El futuro de Jordania dependerá en gran medida de su capacidad para gestionar eficazmente estos desafíos y de continuar promoviendo el desarrollo sostenible y la mejora de las condiciones de vida para su población.