El sistema de gobierno en Irán es una combinación única de elementos teocráticos y democráticos que ha evolucionado desde la Revolución Islámica de 1979. En el centro de este sistema se encuentra el Líder Supremo de Irán, quien tiene autoridad sobre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, así como sobre las Fuerzas Armadas y los medios de comunicación. El Líder Supremo es seleccionado por la Asamblea de Expertos, un cuerpo de clérigos chiítas, y su autoridad es considerada como de origen divino según la doctrina chiíta del gobierno islámico.
Bajo el Líder Supremo, Irán tiene un presidente y un parlamento elegidos democráticamente. El presidente es el jefe de Estado y el jefe de gobierno, y es elegido por voto popular cada cuatro años. Sin embargo, el poder del presidente está limitado por las directrices y decisiones del Líder Supremo, quien tiene la autoridad final sobre asuntos de política exterior, defensa, seguridad nacional y otros asuntos clave.
El parlamento de Irán, conocido como la Asamblea Consultiva Islámica o Majlis, está compuesto por representantes elegidos por el pueblo iraní cada cuatro años. El Majlis tiene el poder de proponer y aprobar leyes, así como supervisar al gobierno y sus políticas. Sin embargo, su autoridad está sujeta a la aprobación del Consejo de Guardianes, un órgano compuesto por clérigos y juristas islámicos que supervisa la conformidad de las leyes con la sharia y los principios de la Revolución Islámica.
Además del presidente y el parlamento, Irán tiene una serie de instituciones que desempeñan roles importantes en el gobierno y la sociedad, incluido el Consejo de Discernimiento, que resuelve disputas entre el parlamento y el Consejo de Guardianes, y la Asamblea de Expertos, que supervisa al Líder Supremo y tiene el poder de removerlo si es necesario.
En resumen, el sistema de gobierno en Irán es una combinación de teocracia y democracia, donde el Líder Supremo ejerce una autoridad considerable sobre el gobierno y la sociedad, mientras que el presidente y el parlamento tienen un papel en la toma de decisiones y la formulación de políticas dentro de los límites establecidos por la élite religiosa.
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El sistema de gobierno en Irán, además de estar estructurado en torno al Líder Supremo, el presidente y el parlamento, también incluye una serie de instituciones clave que desempeñan roles significativos en la toma de decisiones y la gobernanza del país.
Una de estas instituciones es el Consejo de Guardianes, que es responsable de garantizar que las leyes y políticas del país estén en conformidad con los principios islámicos y la sharia. Está compuesto por doce miembros, la mitad de los cuales son clérigos designados por el Líder Supremo, y la otra mitad son juristas islámicos nominados por el jefe del poder judicial y aprobados por el parlamento. El Consejo de Guardianes tiene el poder de vetar cualquier legislación aprobada por el parlamento si considera que es incompatible con los principios islámicos o la Constitución de Irán.
Otra institución clave es la Asamblea de Expertos, que está compuesta por clérigos chiítas elegidos por voto popular cada ocho años. Su función principal es supervisar al Líder Supremo y tiene el poder de designar o destituir al Líder Supremo en caso de incapacidad o incumplimiento de sus deberes. Sin embargo, la Asamblea de Expertos raramente ejerce este poder y generalmente apoya al Líder Supremo.
Además, existe el Consejo de Discernimiento, que se encarga de resolver disputas entre el parlamento y el Consejo de Guardianes sobre legislación y políticas. Este consejo está presidido por el Líder Supremo y está compuesto por altos funcionarios del gobierno, líderes religiosos y expertos legales.
En términos de la estructura del poder ejecutivo, además del presidente, hay una serie de ministerios y organismos gubernamentales encargados de la implementación de políticas y la administración de los asuntos cotidianos del país. Estos ministerios y organismos están supervisados por el presidente y su gabinete, que son responsables de tomar decisiones políticas y administrativas en áreas como economía, educación, salud, infraestructura y relaciones exteriores.
En resumen, el sistema de gobierno en Irán es complejo y multifacético, con una combinación única de elementos teocráticos y democráticos. Aunque el Líder Supremo ejerce una autoridad considerable sobre el gobierno y la sociedad, existen mecanismos y procesos institucionales que permiten cierto grado de participación y supervisión democrática. Sin embargo, la influencia de la élite religiosa chiíta sigue siendo un factor determinante en la política y la gobernanza de Irán.