Las semanas previas al parto, comúnmente conocidas como el período de «preparto» o «pretrabajo de parto», están marcadas por una serie de cambios físicos y emocionales en el cuerpo de la mujer embarazada. Estos cambios, que constituyen lo que se conoce como «síntomas de preparto», son señales de que el cuerpo se está preparando para el inminente nacimiento del bebé. Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar significativamente de una mujer a otra y que no todas las mujeres experimentarán todos los síntomas. Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes incluyen:
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Contracciones Braxton Hicks: Estas contracciones son contracciones uterinas esporádicas e irregulares que pueden comenzar a sentirse en el segundo o tercer trimestre del embarazo. Aunque estas contracciones pueden ser incómodas, no suelen ser dolorosas y no indican necesariamente el inicio del parto real. Sin embargo, en las semanas previas al parto, es posible que estas contracciones se vuelvan más frecuentes e intensas.
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Dolor lumbar: Muchas mujeres experimentan dolor en la parte baja de la espalda durante las últimas semanas de embarazo. Este dolor puede ser causado por el peso adicional del bebé, así como por los cambios en la postura y la alineación de la columna vertebral debido al aumento del tamaño del útero.
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Presión pélvica: A medida que el bebé desciende hacia la pelvis en preparación para el parto, es posible que la mujer embarazada sienta una sensación de presión o pesadez en la parte inferior del abdomen y la pelvis. Esta presión puede hacer que caminar, estar de pie o incluso sentarse sea incómodo.
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Diarrea o aumento de la frecuencia intestinal: Algunas mujeres experimentan diarrea o un aumento en la frecuencia de los movimientos intestinales en las semanas previas al parto. Esto puede ser el resultado de cambios hormonales o del cuerpo que se está preparando para el parto.
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Aumento de la secreción vaginal: Durante el embarazo, es normal que las mujeres experimenten un aumento en la secreción vaginal debido a los cambios hormonales. En las semanas previas al parto, esta secreción puede volverse aún más abundante y puede contener rastros de mucosidad rosada o con sangre, conocida como «tapón mucoso». La expulsión del tapón mucoso puede ser un signo de que el cuello uterino se está dilatando en preparación para el parto.
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Sensación de cansancio: El embarazo puede ser agotador, especialmente en las últimas semanas cuando el cuerpo de la mujer está trabajando arduamente para prepararse para el parto. Es común que las mujeres embarazadas se sientan más cansadas de lo habitual durante este tiempo, incluso si han estado descansando adecuadamente.
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Cambios en el estado de ánimo: Las fluctuaciones hormonales, combinadas con la ansiedad y la excitación sobre el inminente nacimiento del bebé, pueden provocar cambios en el estado de ánimo de la mujer embarazada. Es normal que se sienta emocionalmente sensible, ansiosa o irritable en las semanas previas al parto.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas son solo señales de que el cuerpo se está preparando para el parto y no necesariamente indican que el parto ocurrirá de inmediato. Siempre es recomendable hablar con un médico o partera si se tienen inquietudes sobre los síntomas experimentados durante el embarazo. Además, si se experimenta alguno de los siguientes síntomas, es importante buscar atención médica de inmediato, ya que podrían ser signos de complicaciones graves:
- Sangrado vaginal profuso
- Rotura de membranas (ruptura de aguas)
- Contracciones regulares y dolorosas antes de las 37 semanas de embarazo
- Disminución de los movimientos fetales
Más Informaciones
Por supuesto, aquí hay más información sobre los síntomas de preparto que pueden experimentar las mujeres embarazadas en las semanas previas al parto:
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Cambios en la presión arterial y la hinchazón: En las últimas semanas de embarazo, algunas mujeres pueden experimentar cambios en la presión arterial y retención de líquidos, lo que puede provocar hinchazón en las manos, los pies y el rostro. Este síntoma, conocido como «edema», es común durante el embarazo, pero es importante controlar cualquier hinchazón repentina o severa, ya que podría ser un signo de preeclampsia, una complicación grave del embarazo que requiere atención médica inmediata.
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Problemas para dormir: A medida que se acerca la fecha de parto, muchas mujeres encuentran difícil conciliar el sueño debido a la incomodidad física, la necesidad frecuente de orinar, el ardor de estómago y la ansiedad sobre el parto y la llegada del bebé. Es importante descansar tanto como sea posible durante este tiempo, incluso si eso significa tomar siestas durante el día para compensar la falta de sueño por la noche.
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Acidez estomacal: El aumento de la presión del útero sobre el estómago y los cambios hormonales pueden provocar acidez estomacal y ardor de estómago en las últimas semanas de embarazo. Para aliviar estos síntomas, es recomendable evitar alimentos picantes o grasos, comer comidas pequeñas y frecuentes en lugar de comidas grandes y pesadas, y evitar acostarse inmediatamente después de comer.
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Aumento de la necesidad de orinar: A medida que el bebé desciende hacia la pelvis en preparación para el parto, puede ejercer presión adicional sobre la vejiga, lo que lleva a un aumento en la necesidad de orinar con frecuencia. Esto puede dificultar el sueño durante la noche y hacer que sea necesario levantarse varias veces para ir al baño.
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Cambios en la actividad fetal: En las semanas previas al parto, es común que las mujeres embarazadas noten cambios en la actividad fetal. Algunas mujeres pueden notar una disminución en los movimientos del bebé a medida que el bebé se prepara para el parto, mientras que otras pueden experimentar un aumento en la actividad fetal debido a la incomodidad y la falta de espacio en el útero.
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Nesting: Muchas mujeres experimentan un impulso repentino y abrumador para limpiar, organizar y preparar el hogar para la llegada del bebé en las semanas previas al parto. Este fenómeno, conocido como «anidación», es una respuesta natural que algunas mujeres experimentan antes del parto y puede manifestarse en la limpieza de la casa, la preparación de la habitación del bebé y la realización de tareas domésticas adicionales.
Es importante recordar que cada mujer y cada embarazo son únicos, por lo que es posible que no todas las mujeres experimenten los mismos síntomas de preparto, o que experimenten síntomas de manera diferente en cada embarazo. Siempre es recomendable hablar con un médico o partera si se tienen inquietudes sobre los síntomas experimentados durante el embarazo, ya que pueden ser indicativos de cambios normales en el cuerpo o de complicaciones que requieren atención médica.