Huesos y reumatología

Síntomas de la artrosis de rodilla

La artrosis de rodilla, también conocida como osteorartrosis de rodilla o enfermedad degenerativa de la rodilla, es una afección que afecta a muchas personas, especialmente a medida que envejecen. Es una forma de artritis que ocurre cuando el cartílago que recubre las superficies articulares de la rodilla se desgasta, lo que lleva a una mayor fricción entre los huesos y provoca dolor, rigidez y otros síntomas.

La torcedura, la inflamación y la limitación de la movilidad son comunes en las personas que padecen esta condición, que puede ser debilitante si no se trata adecuadamente. En este artículo, se explorarán las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento disponibles para quienes sufren de esta condición.

Causas de la artrosis de rodilla

La principal causa de la artrosis de rodilla es el envejecimiento. Con el paso del tiempo, el cartílago que cubre las articulaciones se desgasta, lo que hace que los huesos de la rodilla se rozan entre sí, causando fricción. Sin embargo, existen otros factores que también pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad:

  1. Edad avanzada: Con la edad, el cartílago se desgasta de manera natural. Las personas mayores de 60 años son las más propensas a padecer artrosis de rodilla.
  2. Lesiones previas en la rodilla: Las personas que han sufrido fracturas, esguinces o ligamentos rotos en la rodilla tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis a largo plazo.
  3. Obesidad: El exceso de peso ejerce presión adicional sobre las articulaciones de las rodillas, lo que puede acelerar el desgaste del cartílago.
  4. Genética: La predisposición genética también juega un papel importante. Si los miembros de la familia tienen antecedentes de artrosis de rodilla, es más probable que una persona desarrolle la enfermedad.
  5. Actividad física excesiva: Las personas que practican deportes de alto impacto, como el fútbol, el baloncesto o el levantamiento de pesas, tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones en la rodilla, lo que puede desencadenar la artrosis.

Síntomas de la artrosis de rodilla

Los síntomas de la artrosis de rodilla pueden variar según la gravedad de la enfermedad. En las primeras etapas, los síntomas pueden ser leves o intermitentes, pero a medida que la enfermedad progresa, los síntomas tienden a volverse más constantes y graves. Los síntomas más comunes incluyen:

1. Dolor en la rodilla

El dolor es el síntoma más común de la artrosis de rodilla. Este dolor puede variar en intensidad, desde una molestia leve hasta un dolor intenso que dificulta el movimiento. El dolor generalmente se experimenta:

  • Durante o después de la actividad física: Correr, caminar largas distancias o realizar actividades que ejerzan presión sobre la rodilla pueden desencadenar el dolor.
  • Al estar de pie durante largos períodos: Permanecer de pie por tiempo prolongado también puede causar dolor en las rodillas afectadas.
  • Al subir o bajar escaleras: La flexión repetitiva de la rodilla al subir o bajar escaleras puede aumentar la fricción entre los huesos, lo que genera dolor.

2. Rigidez articular

La rigidez de la rodilla es otro síntoma común de la artrosis. Las personas afectadas por esta enfermedad experimentan dificultad para mover la rodilla con normalidad, especialmente después de períodos de descanso o al levantarse por la mañana. Esta rigidez puede hacer que actividades cotidianas como caminar, agacharse o levantarse de una silla sean dolorosas.

3. Hinchazón e inflamación

La inflamación es frecuente en las personas que sufren de artrosis de rodilla. Puede ocurrir debido a la acumulación de líquido en la articulación o como resultado de la fricción constante entre los huesos. La hinchazón puede ser más evidente después de la actividad física y puede hacer que la rodilla se sienta caliente al tacto.

4. Crépitos o chasquidos

En etapas avanzadas de la artrosis de rodilla, algunas personas experimentan un sonido crujiente o chasquido cuando mueven la rodilla. Este ruido, conocido como crépito, se produce cuando las superficies rugosas de los huesos rozan entre sí debido al desgaste del cartílago.

5. Debilidad muscular

A medida que la artrosis progresa, los músculos que rodean la rodilla pueden volverse más débiles debido a la falta de movimiento o al dolor constante. Esta debilidad muscular puede aumentar el riesgo de caídas y hacer que la persona tenga más dificultades para realizar movimientos cotidianos como levantarse o caminar.

6. Deformidad de la rodilla

En casos graves de artrosis de rodilla, la articulación puede deformarse debido al daño óseo progresivo. Esto puede causar que la rodilla se desvíe hacia un lado, lo que se conoce como varo (cuando la pierna se desvía hacia afuera) o valgo (cuando la pierna se desvía hacia adentro). Las deformidades de la rodilla pueden afectar la capacidad de caminar de manera normal y pueden ser muy dolorosas.

Factores de riesgo adicionales

Además de los factores mencionados anteriormente, hay algunos otros aspectos que pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis de rodilla:

  • Sexo: Las mujeres tienen más probabilidades de sufrir artrosis de rodilla que los hombres, especialmente después de la menopausia.
  • Trabajo que requiere esfuerzo físico: Las personas que realizan trabajos que requieren levantar objetos pesados, agacharse repetidamente o estar de pie durante largas horas tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis.
  • Enfermedades inflamatorias: Trastornos como la artritis reumatoide o la gota pueden aumentar el riesgo de artrosis de rodilla.

Diagnóstico de la artrosis de rodilla

El diagnóstico de la artrosis de rodilla se realiza mediante una combinación de la evaluación clínica del médico, el análisis de los síntomas del paciente y las pruebas de imagen. Algunas de las pruebas más comunes incluyen:

  • Radiografías: Las radiografías pueden mostrar el desgaste del cartílago y la presencia de deformidades óseas.
  • Resonancia magnética (RM): La RM puede proporcionar imágenes detalladas del cartílago y los tejidos blandos circundantes, lo que ayuda a evaluar la gravedad de la artrosis.
  • Análisis de sangre: Aunque no existen pruebas específicas para diagnosticar la artrosis, los análisis de sangre pueden ayudar a descartar otras afecciones inflamatorias.

Opciones de tratamiento para la artrosis de rodilla

El tratamiento de la artrosis de rodilla se centra en aliviar el dolor, mejorar la función de la articulación y ralentizar el progreso de la enfermedad. Dependiendo de la gravedad de los síntomas y la progresión de la enfermedad, las opciones de tratamiento pueden incluir:

1. Tratamientos no quirúrgicos

  • Medicamentos: Los analgésicos y los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) son comúnmente utilizados para aliviar el dolor y la inflamación. En casos de dolor intenso, los médicos pueden recetar medicamentos más fuertes.
  • Terapia física: La fisioterapia ayuda a fortalecer los músculos que rodean la rodilla y a mejorar el rango de movimiento. Los ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar, pueden ser beneficiosos para las personas con artrosis de rodilla.
  • Pérdida de peso: La reducción de peso, especialmente en personas con sobrepeso u obesidad, puede aliviar la presión sobre las rodillas y reducir el dolor.
  • Inyecciones: Las inyecciones de esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor en la rodilla. También se pueden utilizar inyecciones de ácido hialurónico para lubricar la articulación y mejorar la movilidad.

2. Tratamientos quirúrgicos

Cuando los tratamientos no quirúrgicos no son efectivos, se pueden considerar opciones quirúrgicas, que incluyen:

  • Artroscopia: Esta es una cirugía mínimamente invasiva en la que se utilizan pequeños instrumentos para reparar o limpiar la articulación de rodilla.
  • Reemplazo total de rodilla: En casos graves, donde el daño es extenso, se puede recomendar un reemplazo total de rodilla. Este procedimiento implica la sustitución de la articulación de rodilla por una prótesis artificial.

Conclusión

La artrosis de rodilla es una enfermedad debilitante que afecta a millones de personas en todo el mundo. Reconocer sus síntomas a tiempo es esencial para tratarla adecuadamente y mejorar la calidad de vida del paciente. Si bien no existe una cura definitiva para la artrosis, los avances en tratamientos médicos, terapias físicas y opciones quirúrgicas han permitido a las personas con esta afección llevar una vida más activa y menos dolorosa. La prevención, como el control del peso, el ejercicio regular y evitar lesiones en las rodillas, también juega un papel importante en la gestión de la artrosis a largo plazo.

Botón volver arriba