Salud sexual

Sífilis: síntomas, diagnóstico y tratamiento

El sífilis o lues es una infección bacteriana de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria Treponema pallidum. A lo largo de los siglos, esta enfermedad ha sido una preocupación de salud pública, debido a su capacidad de progresar sin mostrar síntomas inmediatos y de afectar a una gran variedad de sistemas en el cuerpo humano. El reconocimiento temprano de sus síntomas es crucial para prevenir complicaciones graves y su transmisión a otras personas. En este artículo se explorarán en detalle las etapas del sífilis y los síntomas que corresponden a cada fase de la enfermedad, así como los métodos de diagnóstico y tratamiento.

Etapas de la sífilis

El sífilis se desarrolla en varias etapas, cada una con sus propios signos y síntomas característicos. La enfermedad puede permanecer latente en el organismo durante largos períodos de tiempo si no es tratada adecuadamente, lo que hace que muchas personas puedan estar infectadas sin saberlo.

1. Sífilis primaria

La sífilis primaria es la etapa inicial de la infección y generalmente se presenta entre 3 semanas y 3 meses después de la exposición a la bacteria. En esta fase, el síntoma más característico es la aparición de una úlcera indolora en el sitio de infección, que puede ser genital, anal, bucal o incluso en otras áreas del cuerpo en casos menos comunes. Esta úlcera, conocida como chancro, suele ser redonda, firme y de bordes bien definidos. Aunque no causa dolor, puede ser acompañada de hinchazón de los ganglios linfáticos cercanos a la zona infectada, lo que puede causar incomodidad.

El chancro desaparece espontáneamente después de unas semanas, incluso sin tratamiento, pero esto no significa que la infección haya desaparecido. De hecho, la bacteria sigue presente en el cuerpo, lo que puede llevar a la progresión de la enfermedad hacia la siguiente etapa.

2. Sífilis secundaria

La sífilis secundaria es la fase en la que la infección comienza a diseminarse a través del torrente sanguíneo. Los síntomas pueden aparecer entre 6 semanas y 6 meses después de la aparición del chancro primario, y pueden incluir una serie de signos cutáneos y sistémicos.

Los síntomas más comunes de la sífilis secundaria son:

  • Erupción cutánea: una erupción rojiza o marrón en la piel, especialmente en las palmas de las manos y las plantas de los pies, aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. La erupción no suele causar picazón.
  • Lesiones mucosas: úlceras o llagas en las mucosas de la boca, garganta, genitales o ano.
  • Fiebre, dolores musculares, dolores de cabeza, fatiga, y dolor de garganta son también síntomas comunes.
  • Condilomas planos: son verrugas planas o manchas de color gris en los genitales o el área anal.

Al igual que en la fase primaria, estos síntomas pueden desaparecer sin tratamiento, pero la bacteria sigue en el cuerpo, lo que puede dar paso a la fase terciaria si no se toma ninguna medida terapéutica.

3. Sífilis latente

La sífilis latente es una fase en la que no hay síntomas, pero la bacteria sigue presente en el cuerpo. Durante esta fase, la persona puede no experimentar ningún signo de la enfermedad, pero aún es portadora y puede transmitirla a otras personas a través del contacto sexual. Esta etapa puede durar años, y la mayoría de las personas no saben que están infectadas.

4. Sífilis terciaria

La sífilis terciaria es la etapa más grave de la infección, que puede ocurrir años después de que la persona haya sido infectada, en aquellos casos en los que la enfermedad no ha sido tratada. En esta fase, la bacteria afecta a diversos órganos y sistemas del cuerpo, y puede causar complicaciones serias, como:

  • Daño a los órganos internos: como el corazón (aorta), el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos.
  • Neurosífilis: la infección puede afectar el sistema nervioso central, provocando síntomas neurológicos graves como demencia, parálisis, pérdida de coordinación y daño a los nervios.
  • Gomas: son tumores inflamatorios que pueden aparecer en la piel, los huesos y otros órganos.

Aunque esta fase es menos común debido a los avances en el diagnóstico y tratamiento, las complicaciones de la sífilis terciaria pueden ser mortales si no se tratan adecuadamente.

Síntomas adicionales y complicaciones

Si bien las etapas primarias, secundarias y terciarias son las más comunes, existen algunas formas atípicas de sífilis que pueden tener síntomas no convencionales. En algunos casos, la sífilis puede afectar a otros órganos, lo que lleva a manifestaciones adicionales, como:

  • Síntomas psiquiátricos: incluyendo cambios en la personalidad, psicosis y trastornos de la memoria, especialmente en casos de neurosífilis.
  • Síntomas oculares: pérdida de visión, ceguera o inflamación ocular pueden ser resultado de la sífilis si se desarrolla en el ojo.
  • Sordera: la sífilis también puede causar pérdida auditiva en sus etapas más avanzadas.

Diagnóstico de la sífilis

El diagnóstico de la sífilis es fundamentalmente clínico y se realiza mediante una combinación de la historia médica del paciente, los síntomas presentados y las pruebas de laboratorio. Las principales pruebas utilizadas para diagnosticar la sífilis incluyen:

  1. Pruebas serológicas: análisis de sangre para detectar anticuerpos contra Treponema pallidum. Las pruebas más comunes son la prueba rápida de sífilis y las pruebas treponémicas, como la prueba FTA-ABS.
  2. Prueba de PCR: en casos específicos, se puede usar la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar material genético de la bacteria en muestras de lesiones ofluorescentes.
  3. Examen físico: un médico experimentado puede identificar signos y síntomas típicos de sífilis, como las úlceras y la erupción cutánea.

Es importante que las personas sexualmente activas se sometan a exámenes regulares de sífilis y otras ITS para detectar la infección en sus primeras etapas, ya que el tratamiento temprano puede evitar complicaciones graves.

Tratamiento de la sífilis

La sífilis es una enfermedad tratable, y el tratamiento consiste principalmente en antibióticos. La penicilina sigue siendo el tratamiento más efectivo, incluso en casos avanzados de la enfermedad. Los pacientes que no son alérgicos a la penicilina pueden recibir una dosis única de este antibiótico, lo que generalmente elimina la infección. En casos más complejos, como en la sífilis terciaria o la neurosífilis, pueden ser necesarias varias dosis.

Es crucial seguir el régimen completo de tratamiento prescrito por el médico para asegurar que la infección sea erradicada por completo. Además, todas las parejas sexuales deben ser informadas y tratadas si es necesario para evitar la reinfección o transmisión.

Prevención

La prevención de la sífilis se basa principalmente en prácticas sexuales seguras, como:

  • Uso de preservativos: el uso correcto y consistente de preservativos puede reducir el riesgo de transmisión de la sífilis y otras ITS.
  • Pruebas regulares: las personas sexualmente activas deben hacerse pruebas regulares de sífilis, especialmente aquellas que tienen múltiples parejas sexuales o que están en riesgo de infección.
  • Monogamia y relaciones estables: mantener una relación monógama con una pareja que también esté libre de infecciones puede reducir considerablemente el riesgo de sífilis.

Conclusión

La sífilis sigue siendo una de las infecciones de transmisión sexual más relevantes a nivel mundial, no solo por su capacidad de propagación sino también por las complicaciones graves que puede ocasionar si no se trata a tiempo. Reconocer los síntomas en las etapas tempranas y buscar tratamiento adecuado es fundamental para evitar el daño a largo plazo. Las prácticas de prevención, como el uso de preservativos y la realización de pruebas regulares, siguen siendo las estrategias más efectivas para frenar la propagación de esta enfermedad.

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