Medicina y salud

Riesgos del consumo de shisha

El consumo de tabaco en sus diversas formas sigue siendo un tema de debate en el ámbito de la salud pública debido a sus efectos adversos sobre el organismo. Entre las formas más populares de fumar, la shisha (también conocida como pipa de agua o hookah) ha ganado popularidad, especialmente en muchas regiones del mundo árabe, Asia y algunas partes de Europa y América Latina. En este artículo, exploraremos los efectos de la shisha sobre la salud, sus componentes, las diferencias con el cigarro convencional y, sobre todo, desmentiremos ciertos mitos populares sobre sus supuestos beneficios.

¿Qué es la shisha?

La shisha es una pipa de agua que se utiliza para fumar una mezcla de tabaco con melaza, frutas y esencias aromáticas. Aunque el término «shisha» hace referencia comúnmente a la pipa misma, también se asocia con el acto de fumar el tabaco a través de este dispositivo. Durante la práctica, el aire caliente pasa a través del agua antes de llegar a los pulmones del fumador, lo que genera la creencia de que el agua filtra de alguna manera las sustancias nocivas del humo. Sin embargo, esta es una idea errónea, ya que el agua no elimina las toxinas del humo del tabaco, tal como se explicará más adelante.

Composición del humo de la shisha

El humo que se inhala al fumar shisha contiene una variedad de compuestos tóxicos y cancerígenos, algunos de los cuales también se encuentran en el humo del cigarro convencional. Entre los principales componentes del humo de la shisha se encuentran:

  • Monóxido de carbono (CO): Un gas venenoso que se produce cuando el carbón utilizado para calentar el tabaco no se quema completamente. Este gas puede interferir con el transporte de oxígeno en la sangre y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Amoníaco: Utilizado para aumentar la cantidad de nicotina que se absorbe, el amoníaco es un irritante pulmonar.
  • Nicotina: Al igual que en los cigarrillos, la nicotina en el tabaco de la shisha es adictiva y puede contribuir a la dependencia física y psicológica.
  • Cáncerígenos: El humo de la shisha contiene sustancias como el alquitrán y otros compuestos carcinógenos, que son conocidos por aumentar el riesgo de desarrollar cáncer en los pulmones, la boca, la garganta y otros órganos.
  • Partículas finas: El humo de la shisha contiene partículas ultrafinas que pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar problemas respiratorios y cardiovasculares.

A pesar de que el agua puede enfriar y humedecer el humo, no filtra estas sustancias peligrosas de manera efectiva. De hecho, algunos estudios han demostrado que los fumadores de shisha inhalan incluso mayores cantidades de monóxido de carbono, nicotina y otros productos tóxicos que los fumadores de cigarrillos debido a la duración de las sesiones y la cantidad de humo inhalado.

Mitos sobre la shisha

Existen varios mitos que han contribuido a la popularidad de la shisha, en gran parte debido a la percepción errónea de que es menos dañina que fumar cigarrillos. A continuación, desmentiremos algunos de estos mitos:

  1. «La shisha es más segura que los cigarrillos.»
    Este es uno de los mitos más comunes. Si bien es cierto que en algunos casos el cigarro se fuma en intervalos más cortos, las sesiones de shisha pueden durar mucho más tiempo, lo que lleva a una mayor exposición al humo y a una inhalación más profunda de las toxinas. En algunas sesiones de shisha, los fumadores inhalan de 100 a 200 veces más humo que los fumadores de cigarrillos. Además, el uso de carbón para calentar el tabaco genera monóxido de carbono, lo que lo convierte en un factor de riesgo adicional.

  2. «El agua filtra las sustancias nocivas del humo.»
    Como ya se mencionó, el agua no filtra las toxinas del humo de manera significativa. Aunque el agua puede enfriar el humo y darle una sensación más suave al fumar, no elimina los compuestos peligrosos. En algunos casos, la shisha puede permitir que el humo entre en los pulmones de manera más eficiente debido a la mayor inhalación que permite.

  3. «La shisha no es adictiva.»
    La shisha contiene nicotina, una sustancia altamente adictiva que puede generar dependencia física y psicológica. Aunque muchas personas fuman shisha por placer o como parte de actividades sociales, los fumadores pueden desarrollar una dependencia similar a la de los fumadores de cigarrillos.

  4. «Fumar shisha ocasionalmente no es perjudicial.»
    Incluso fumar shisha de manera ocasional puede ser perjudicial para la salud. El humo de la shisha contiene una gran cantidad de sustancias tóxicas y carcinógenas que afectan negativamente a los pulmones y al sistema cardiovascular, incluso si se consume solo de vez en cuando.

Efectos a largo plazo del consumo de shisha

El consumo regular de shisha puede tener efectos devastadores sobre la salud. Algunos de los más relevantes incluyen:

  1. Problemas respiratorios: El humo de la shisha puede irritar los pulmones y las vías respiratorias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias crónicas, como bronquitis y enfisema. También puede contribuir al desarrollo de asma y otras afecciones respiratorias.

  2. Riesgo de cáncer: Como se mencionó anteriormente, el humo de la shisha contiene carcinógenos que pueden causar cáncer en diferentes partes del cuerpo, incluidos los pulmones, la boca, la garganta y la vejiga.

  3. Enfermedades cardiovasculares: El consumo de shisha aumenta los niveles de monóxido de carbono en la sangre, lo que puede afectar la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno y aumentar el riesgo de enfermedades del corazón, hipertensión y accidentes cerebrovasculares.

  4. Dependencia de la nicotina: Al igual que los cigarrillos, la shisha contiene nicotina, una sustancia altamente adictiva. Los fumadores frecuentes pueden desarrollar una dependencia que los lleve a consumir más tabaco y a sufrir síntomas de abstinencia cuando intentan dejar de fumar.

  5. Enfermedades bucales: Fumar shisha puede causar daño en los dientes y las encías, incluyendo caries, enfermedades periodontales y mal aliento. También aumenta el riesgo de cáncer oral.

  6. Infecciones: Dado que las pipas de shisha suelen compartirse entre varias personas, existe un riesgo significativo de transmisión de enfermedades infecciosas, como la tuberculosis, el herpes y otras infecciones respiratorias.

Conclusión

Fumar shisha, al igual que fumar cigarrillos, conlleva riesgos significativos para la salud. Aunque muchas personas perciben la shisha como una alternativa más segura o placentera al cigarro tradicional, la realidad es que ambas prácticas comparten muchos de los mismos peligros, incluidos los riesgos de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer. La creencia de que la shisha es menos dañina debido a la presencia de agua en el dispositivo es un mito que no tiene base científica. Los efectos nocivos del humo de la shisha, como la presencia de nicotina, monóxido de carbono y carcinógenos, siguen siendo peligrosos para la salud.

Por lo tanto, es esencial que los consumidores de shisha tomen conciencia de los riesgos asociados con su uso y consideren seriamente las implicaciones para su salud a largo plazo. Si bien muchas personas disfrutan de fumar shisha en entornos sociales, es importante recordar que la exposición constante al humo del tabaco puede tener consecuencias graves para la salud. La mejor opción es evitar el consumo de productos de tabaco en cualquiera de sus formas para llevar un estilo de vida más saludable y reducir el riesgo de enfermedades graves.

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