TERRITORIO Y RELIEVE DEL REINO DE MARRUECOS: UNA DIVERSIDAD GEOGRÁFICA ÚNICA
Marruecos, ubicado en el noroeste del continente africano, es un país que destaca por la variedad y complejidad de sus paisajes y relieves. Con una extensión territorial de aproximadamente 710,850 km², Marruecos cuenta con una geografía diversa que abarca desde vastas cordilleras montañosas hasta extensas planicies costeras y desiertos. Esta diversidad geográfica ha influido profundamente en la historia, la cultura y la vida cotidiana de sus habitantes. A lo largo de los siglos, las características del relieve marroquí han sido fundamentales para su desarrollo agrícola, sus rutas comerciales y su infraestructura.
1. Cadenas Montañosas
El relieve montañoso es, sin duda, una de las características más destacadas de Marruecos. El país está dominado por varias cordilleras, cada una con sus propias particularidades geográficas y climáticas.
a. El Atlas
La cordillera del Atlas es la principal formación montañosa de Marruecos y se extiende de suroeste a noreste, atravesando gran parte del país. Se divide en tres subcordilleras principales:
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Atlas Medio: Ubicado en el centro-norte del país, el Atlas Medio es una región de mesetas elevadas y valles profundos. Aquí, los paisajes son conocidos por su vegetación abundante, con bosques de cedros y robles que cubren amplias zonas. Durante el invierno, muchas áreas del Atlas Medio se cubren de nieve, lo que crea paisajes espectaculares.
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Gran Atlas: Es la parte más elevada de la cordillera, con cumbres que alcanzan los 4,167 metros en el caso del Jebel Toubkal, el pico más alto del norte de África. El Gran Atlas actúa como una barrera climática, separando las regiones costeras más húmedas del norte del interior más árido. Las montañas del Gran Atlas están llenas de profundos cañones y gargantas, y son el hogar de numerosas aldeas bereberes.
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Anti-Atlas: Ubicada al sur del Gran Atlas, esta subcordillera es menos elevada, pero no menos impresionante. Las montañas del Anti-Atlas se extienden hacia el Sahara y actúan como una transición entre las montañas y el desierto. A diferencia de las otras subcordilleras del Atlas, el Anti-Atlas está más seco y presenta una geografía más árida, con vastos paisajes rocosos y montañosos.
b. El Rif
Al norte de Marruecos se encuentra otra importante cordillera: el Rif. Esta región montañosa se extiende a lo largo de la costa mediterránea, desde la frontera con Argelia hasta el estrecho de Gibraltar. Las montañas del Rif, aunque no son tan altas como las del Atlas, son escarpadas y abruptas, con cumbres que superan los 2,000 metros. La geografía de esta región es notable por sus valles profundos y la proximidad al mar Mediterráneo, lo que le otorga un clima mediterráneo más húmedo que en otras partes del país. Las montañas del Rif están cubiertas de densos bosques, y su tierra fértil es ideal para la agricultura, especialmente para el cultivo de olivos y cereales.
2. Planicies y Mesetas
Las montañas de Marruecos están rodeadas por vastas planicies y mesetas, que son esenciales para la agricultura y el desarrollo de la vida urbana.
a. Planicie Costera Atlántica
La extensa franja costera del Atlántico alberga algunas de las ciudades más grandes e importantes de Marruecos, como Casablanca, Rabat y El Jadida. Esta planicie, conocida como la Llanura Atlántica, es una de las áreas agrícolas más productivas del país, gracias a su clima templado y a la presencia de ríos que irrigan la tierra. Cultivos como el trigo, la cebada y los cítricos prosperan en esta región. Además, esta área es clave para las actividades industriales y comerciales, ya que las ciudades portuarias aquí desempeñan un papel fundamental en el comercio marítimo del país.
b. Meseta Central
Entre el Atlas Medio y la Llanura Atlántica se extiende la meseta central, una vasta región de tierras elevadas. A diferencia de las planicies costeras, la meseta central tiene un clima más extremo, con inviernos fríos y veranos calurosos. Esta región es fundamental para la cría de ganado y el cultivo de cereales. A medida que se avanza hacia el interior, las condiciones se vuelven más áridas, lo que limita la agricultura a áreas irrigadas.
3. Valles y Cuencas Hidrográficas
La geografía de Marruecos está moldeada por varios ríos importantes que fluyen desde las montañas hacia el Atlántico o el Mediterráneo. Estos ríos crean valles fértiles y han sido esenciales para el desarrollo agrícola y la vida en las áreas más secas.
a. Río Sebou
El río Sebou, que fluye desde las montañas del Atlas Medio hacia el Atlántico, es uno de los más importantes de Marruecos. Su cuenca hidrográfica es extremadamente fértil y ha sido un centro de la agricultura durante siglos. En la región del Sebou se cultivan principalmente cereales, frutas y verduras.
b. Río Oum Er-Rbia
Otro río significativo es el Oum Er-Rbia, que también se origina en el Atlas Medio y fluye hacia el Atlántico. Es conocido por sus fuentes naturales y por la construcción de varios embalses a lo largo de su curso, lo que permite la irrigación de vastas áreas agrícolas y la generación de energía hidroeléctrica.
c. Valles del Ziz y del Drâa
En las regiones más áridas del sur y sureste de Marruecos, los ríos Ziz y Drâa atraviesan las montañas y el desierto. Estos ríos han creado impresionantes valles y oasis donde se cultivan dátiles y otros productos agrícolas. Los valles del Ziz y del Drâa son famosos por sus palmerales y su importancia histórica como rutas comerciales que conectaban Marruecos con el África subsahariana.
4. Desiertos
El Sahara, el mayor desierto del mundo, cubre el sureste de Marruecos. Si bien gran parte del desierto marroquí está compuesto por vastas extensiones de dunas de arena, como las famosas dunas de Erg Chebbi, también hay áreas de desierto rocoso, conocido como hamada. El Sahara marroquí es un lugar de extremos, con temperaturas que pueden superar los 50 grados Celsius en verano, pero que también experimentan noches frías. Aunque el desierto parece inhóspito, ha sido el hogar de comunidades nómadas durante siglos, y en los oasis se desarrollan pequeñas áreas agrícolas.
5. El Litoral
Marruecos tiene dos costas marítimas: una en el océano Atlántico y otra en el mar Mediterráneo.
a. Costa Atlántica
La costa atlántica se extiende desde Tánger hasta Agadir y presenta una combinación de playas arenosas y acantilados rocosos. Es una de las regiones más pobladas de Marruecos, con ciudades portuarias clave como Casablanca, Rabat y Safi. El clima es moderado, lo que la hace ideal para la agricultura, la pesca y el turismo.
b. Costa Mediterránea
La costa mediterránea es más corta, pero no menos importante. Desde Tánger hasta la frontera con Argelia, esta región es conocida por sus acantilados abruptos y pequeñas bahías. Aquí, las ciudades costeras, como Tetuán y Alhucemas, tienen una fuerte influencia mediterránea en su arquitectura y cultura.
CONCLUSIÓN
Marruecos es un país de notables contrastes geográficos. Sus montañas imponentes, planicies fértiles, valles exuberantes y desiertos áridos crean una diversidad que no solo es visualmente impactante, sino también fundamental para su economía y cultura. Cada región del país ofrece paisajes y climas únicos, lo que convierte a Marruecos en un lugar extraordinario tanto desde el punto de vista natural como humano.