Salud psicológica

Patrones de pensamiento depresivos

El pensamiento humano es una de las funciones más complejas que nos permite interpretar la realidad, tomar decisiones, resolver problemas y desarrollar nuestras emociones. Sin embargo, no todos los patrones de pensamiento son beneficiosos para nuestra salud mental. En ocasiones, ciertos modos de pensar pueden predisponernos a desarrollar trastornos psicológicos, siendo el más común el trastorno depresivo. En este artículo, exploraremos los 6 patrones de pensamiento más comunes que contribuyen al desarrollo del estrés, la ansiedad y, eventualmente, la depresión.

1. Pensamiento polarizado o «todo o nada»

Uno de los patrones de pensamiento más destructivos en el contexto de la depresión es el pensamiento polarizado, también conocido como «todo o nada». Las personas que piensan de esta manera tienden a ver las situaciones en extremos: si algo no es perfecto, entonces lo consideran completamente malo. Este tipo de pensamiento ignora la existencia de matices y variaciones en los eventos cotidianos. Un ejemplo de esto sería alguien que, tras cometer un error en el trabajo, se ve a sí mismo como un «fracaso total» en lugar de reconocer que cometió un error aislado que no define su capacidad profesional.

El problema principal del pensamiento «todo o nada» es que contribuye a la desmotivación y a la baja autoestima. Esta forma de pensar puede hacer que las personas se sientan atrapadas en una narrativa negativa de sí mismas, aumentando la probabilidad de desarrollar trastornos como la depresión. Los pacientes que presentan este tipo de pensamiento tienen dificultades para ver el lado positivo de las situaciones y tienden a enfocarse únicamente en lo negativo, lo cual perpetúa su malestar emocional.

2. Generalización excesiva

La generalización excesiva ocurre cuando una persona toma una experiencia negativa aislada y la aplica de manera amplia y general a todas las situaciones de su vida. Este tipo de pensamiento lleva a la conclusión errónea de que un solo incidente negativo refleja el panorama completo de la vida. Por ejemplo, si una persona experimenta una discusión con un amigo cercano, puede pensar «todos mis amigos me abandonan» o «siempre tengo problemas con las relaciones».

Este patrón de pensamiento es peligroso porque perpetúa la sensación de desesperanza. Las personas que tienden a generalizar excesivamente pueden creer que las malas experiencias son inevitables y continuas, lo que les lleva a desarrollar una visión catastrófica de su futuro. Esta perspectiva negativa, alimentada por la generalización, puede llevar al individuo a la depresión, pues se sienten impotentes para cambiar o mejorar las circunstancias de su vida.

3. Filtrado negativo

El filtrado negativo es un patrón cognitivo en el que una persona se concentra únicamente en los aspectos negativos de una situación, ignorando cualquier elemento positivo. Es como si pusieran un filtro en su mente que resalta todo lo malo y descarta lo bueno. Un ejemplo de esto sería alguien que recibe elogios por su desempeño en el trabajo, pero se enfoca solo en una pequeña crítica, creyendo que esa crítica define su rendimiento en su totalidad.

Este patrón de pensamiento es altamente perjudicial porque distorsiona la percepción de la realidad. En lugar de ver las situaciones en su totalidad, las personas con filtrado negativo tienden a sobrevalorar los aspectos negativos, lo que alimenta la desesperanza y la tristeza. Al enfocarse en lo negativo, pierden la oportunidad de experimentar la gratificación que proviene de los logros y las experiencias positivas, lo que puede hacer que se sientan más tristes y desmotivados con el tiempo.

4. Descalificación de lo positivo

La descalificación de lo positivo es un patrón de pensamiento en el que una persona rechaza cualquier tipo de reconocimiento o elogio positivo, ya sea de otras personas o de sí misma. Por ejemplo, si alguien recibe un cumplido sobre su apariencia o habilidad, puede restarle importancia al decir algo como: «Eso no es nada, cualquiera lo haría». En lugar de aceptar y valorar lo positivo, la persona lo descarta.

Este patrón está relacionado con una baja autoestima y la incapacidad de aceptar el amor o el reconocimiento. Al descalificar los aspectos positivos, las personas refuerzan la creencia de que no merecen lo bueno o que sus logros no son importantes. Esto puede aumentar los sentimientos de inadecuación y contribuir a la depresión, ya que impide que la persona se sienta satisfecha con sí misma o con sus logros.

5. Personalización

La personalización es un patrón de pensamiento en el que una persona asume que todo lo que ocurre a su alrededor tiene que ver directamente con ella, incluso si no tiene ninguna relación. Este patrón lleva a la persona a sentirse culpable o responsable por cosas fuera de su control. Un ejemplo sería si un compañero de trabajo está de mal humor y la persona piensa: «Debe ser porque hice algo mal», incluso si el estado de ánimo del compañero no tiene nada que ver con ella.

Las personas que piensan de esta manera tienden a cargar con una sensación de responsabilidad excesiva, lo que les hace sentir constantemente culpables y ansiosas. Este patrón puede llevar a la depresión porque crea un ciclo en el que la persona se siente como si estuviera fallando en todas las áreas de su vida, aunque no sea el caso. La personalización aumenta la autocrítica, lo que hace que la persona se sienta emocionalmente abrumada.

6. Lectura de la mente

La lectura de la mente es un patrón de pensamiento en el que una persona cree que sabe lo que los demás están pensando, sin tener pruebas concretas. Este patrón es particularmente problemático porque las personas que lo practican suelen asumir lo peor sobre las intenciones o pensamientos de los demás. Un ejemplo sería pensar: «Sé que mis amigos piensan que soy una persona aburrida» o «Estoy seguro de que mi jefe no está contento con mi trabajo», aunque no haya señales claras de ello.

Este tipo de pensamiento puede contribuir a la ansiedad social y la depresión, ya que las personas interpretan las situaciones de manera negativa sin evidencia real. La lectura de la mente también puede hacer que las personas se aíslen, ya que temen que los demás los juzguen o rechacen. Este aislamiento social y la preocupación constante por lo que otros piensan son factores que pueden desencadenar la depresión.

Conclusión

Los patrones de pensamiento que hemos descrito son solo algunos de los más comunes que pueden contribuir al desarrollo de la depresión. En muchos casos, estos pensamientos no solo distorsionan nuestra percepción de la realidad, sino que también alimentan una espiral negativa que dificulta la superación del malestar emocional. Afortunadamente, la terapia cognitivo-conductual y otras formas de tratamiento psicológico pueden ayudar a las personas a identificar y desafiar estos patrones de pensamiento.

Es importante ser consciente de la forma en que pensamos, ya que nuestros pensamientos tienen un impacto significativo en nuestras emociones y comportamientos. Si reconoces que alguno de estos patrones de pensamiento se aplica a ti, buscar ayuda profesional puede ser un paso crucial para mejorar tu bienestar emocional y evitar que estos pensamientos te lleven hacia la depresión.

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