Familia y sociedad

Palabras Extrañas en Niños

¿Por qué mi hijo dice palabras extrañas? Un análisis profundo sobre el lenguaje infantil y cómo abordar este comportamiento

El desarrollo del lenguaje es uno de los aspectos más fascinantes y complejos del crecimiento infantil. Desde los primeros balbuceos hasta la construcción de frases coherentes, los niños pasan por diversas etapas que reflejan no solo su madurez cognitiva, sino también su interacción con el mundo que los rodea. Sin embargo, es común que en ciertas fases del desarrollo, los niños utilicen palabras o frases que parecen «extrañas» o incomprensibles para los adultos, lo que puede generar preocupación entre los padres. En este artículo, exploraremos las razones detrás de estos «extraños» términos y cómo abordarlos de manera efectiva.

El lenguaje en el desarrollo infantil

Antes de sumergirnos en las palabras extrañas que los niños pueden usar, es importante entender cómo se desarrolla el lenguaje en los primeros años de vida. El proceso de adquisición del lenguaje en los niños puede dividirse en varias etapas clave:

  1. Balbuceo (0-6 meses): Durante los primeros meses, los bebés comienzan a emitir sonidos, aunque no son palabras. Estos balbuceos son una forma de practicar la articulación de sonidos y de explorar las posibilidades de su aparato fonador.

  2. Palabras aisladas (6-12 meses): A medida que los bebés crecen, empiezan a usar palabras aisladas para referirse a objetos, personas o situaciones, aunque todavía no formen frases completas.

  3. Frases simples (12-24 meses): A los 12 meses, la mayoría de los niños comienza a juntar dos palabras, creando frases simples como «mamá agua» o «perro grande». Esto refleja una mayor comprensión del lenguaje y una mayor capacidad para formar conexiones entre palabras.

  4. Frases complejas (2-3 años): A esta edad, los niños comienzan a combinar más palabras, formando frases más complejas y aprendiendo a utilizar los tiempos verbales básicos.

  5. Lenguaje más fluido (3-5 años): Entre los 3 y los 5 años, los niños empiezan a perfeccionar su gramática, a utilizar oraciones más largas y complejas y a comprender mejor las reglas del lenguaje.

Durante estas etapas, no es raro que los niños utilicen «palabras extrañas». Estas pueden ser términos inventados, combinaciones inusuales de palabras, o incluso repeticiones sin sentido aparente. Sin embargo, estas conductas suelen ser completamente normales y parte del proceso de aprendizaje.

Razones por las que un niño puede usar palabras extrañas

Las palabras «extrañas» de un niño pueden surgir por diversas razones. Algunas de las más comunes incluyen:

1. Imitación de adultos y su entorno

Los niños, especialmente en las primeras etapas del desarrollo, aprenden principalmente por imitación. Pueden repetir sonidos, palabras o frases que escuchan a su alrededor sin entender completamente su significado. A veces, pueden mezclar estas palabras o pronunciarlas de manera incorrecta, lo que resulta en expresiones que suenan extrañas para los adultos. Esta es una parte natural del proceso de adquisición del lenguaje.

2. Juego de lenguaje

El lenguaje es también una herramienta de juego para los niños. A medida que aprenden a dominar las palabras, pueden experimentar con sonidos y combinaciones sin preocuparse necesariamente por el significado. Esto no solo es divertido para ellos, sino que también les ayuda a fortalecer su capacidad para usar el lenguaje de manera más flexible. Por ejemplo, un niño puede comenzar a decir palabras inventadas como parte de un juego de roles o simplemente por diversión.

3. Desarrollo cognitivo y lingüístico

El cerebro infantil está en constante desarrollo, y parte de este desarrollo incluye la capacidad de comprender y producir lenguaje. A veces, los niños intentan usar palabras que han escuchado, pero no las pronuncian correctamente o las utilizan de manera inapropiada porque aún están aprendiendo las reglas y estructuras del lenguaje. Esto puede llevar a combinaciones de palabras que suenan extrañas, pero que son intentos de expresarse dentro de su nivel de desarrollo cognitivo.

4. Adaptación a nuevos entornos o experiencias

El cambio o la exposición a nuevas experiencias pueden influir en la forma en que un niño usa el lenguaje. Por ejemplo, si un niño comienza a interactuar con otros niños que usan diferentes términos o formas de hablar, puede empezar a incorporar esas palabras «extrañas» en su propio vocabulario. Estos cambios también pueden ocurrir cuando los niños enfrentan nuevos contextos familiares, como el ingreso a la escuela o la llegada de un hermano.

5. Trastornos del lenguaje y la comunicación

En algunos casos, las palabras extrañas pueden ser un signo de un trastorno del lenguaje o una dificultad en el desarrollo del habla. Los trastornos como el retraso en el lenguaje, la disartria o la apraxia del habla pueden hacer que los niños utilicen palabras incorrectas o que tengan dificultades para articular palabras de manera clara. Si bien muchos niños pueden pasar por fases en las que su lenguaje es menos comprensible, los padres deben estar atentos a cualquier patrón persistente o preocupante.

¿Cómo abordar las palabras extrañas de tu hijo?

Es natural que los padres se preocupen si su hijo empieza a usar palabras extrañas o incomprensibles. Sin embargo, en la mayoría de los casos, este comportamiento es una parte normal del desarrollo lingüístico. A continuación, se presentan algunas estrategias que pueden ayudar a los padres a manejar y fomentar el desarrollo del lenguaje en estos casos:

1. Mantén la calma y sé paciente

Recuerda que los niños aprenden el lenguaje de manera gradual. Si tu hijo está experimentando una fase en la que usa palabras extrañas, no te alarmes ni lo corrijas bruscamente. La corrección constante puede generar inseguridad en el niño o hacer que pierda la motivación para seguir hablando. En lugar de eso, muestra entusiasmo por sus esfuerzos y repite sus palabras correctamente para que pueda escucharlas de nuevo.

2. Fomenta la comunicación

Es importante que, incluso si las palabras de tu hijo no son claras, sigas fomentando la comunicación. Anímalo a seguir hablando y expresarse. Si es necesario, dale pistas o haz preguntas que lo incentiven a continuar. Esto fortalecerá tanto su confianza como su habilidad para organizar y utilizar el lenguaje de manera más efectiva.

3. Modela el lenguaje correcto

Cuando tu hijo utiliza una palabra de forma extraña, una estrategia útil es modelar la palabra correctamente sin hacer una corrección directa. Por ejemplo, si dice «cachorrito» en lugar de «perrito», simplemente puedes responder con «¡Sí! Es un perrito muy bonito». Esto le proporciona el modelo correcto sin hacerle sentir que está cometiendo un error.

4. Exposición a nuevos vocabularios

A medida que los niños crecen, es importante exponerlos a un vocabulario amplio. Leer libros, contar historias y mantener conversaciones significativas les ayudará a entender mejor las palabras y su uso. Asegúrate de que las palabras que usas sean comprensibles y apropiadas para su edad. Este tipo de interacciones enriquecerá su desarrollo lingüístico.

5. Consulta con un profesional si es necesario

Si el uso de palabras extrañas persiste más allá de la etapa esperada o si notas que tu hijo tiene dificultades importantes para comunicarse, es recomendable consultar a un especialista en desarrollo infantil o a un logopeda. Los profesionales pueden evaluar si hay algún retraso o trastorno en el desarrollo del lenguaje y ofrecerte estrategias de intervención adecuadas.

Conclusión

El lenguaje infantil está lleno de matices y momentos curiosos. Las palabras «extrañas» o incomprensibles son una parte normal de este proceso y, en la mayoría de los casos, no deben ser motivo de preocupación. Sin embargo, si notas que este comportamiento persiste o se asocia con otras dificultades, es importante prestar atención y buscar apoyo profesional. Mientras tanto, el mejor enfoque es seguir apoyando y alentando a tu hijo en su viaje lingüístico, siempre mostrando paciencia y comprensión mientras avanza hacia una comunicación más clara y efectiva.

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