Psicología

Orígenes y Desarrollo del Conductismo

La «escuela» o «corriente» conductista dentro de la psicología es una de las perspectivas más influyentes y prominentes en la historia de esta disciplina. Fundada principalmente por John B. Watson y luego desarrollada de manera significativa por Burrhus Frederic Skinner, la corriente conductista se caracteriza por su énfasis en el estudio de la conducta observable y medible, así como en el rechazo de la introspección y de los procesos mentales internos como objeto de estudio científico.

John B. Watson, un psicólogo estadounidense, es ampliamente reconocido como el fundador de la escuela conductista. Nació en 1878 y se graduó en filosofía en la Universidad de Chicago en 1903. A pesar de no tener formación en psicología, Watson se sintió atraído por esta disciplina y eventualmente se convirtió en uno de los psicólogos más influyentes de su tiempo. En 1913, publicó un artículo titulado «La psicología tal como la ve el conductista», en el que estableció los fundamentos de la psicología conductista y abogó por un enfoque exclusivo en la conducta observable y en la objetividad científica.

Watson argumentaba que los psicólogos debían estudiar únicamente la conducta observable, ya que los procesos mentales internos, como las emociones y los pensamientos, eran inaccesibles y no podían ser observados directamente. Creía firmemente en la idea de que la conducta humana estaba determinada por el ambiente y las experiencias pasadas, y que era posible predecir y controlar el comportamiento a través del condicionamiento.

Uno de los experimentos más famosos de Watson fue el experimento del pequeño Albert, realizado en 1920 junto con su colaboradora Rosalie Rayner. En este estudio, Watson y Rayner condicionaron a un niño de once meses llamado Albert para que tuviera miedo a los ratones al asociar el sonido de un golpe fuerte con la presencia de un ratón blanco. Este experimento ilustra el principio del condicionamiento clásico, que postula que los estímulos neutros pueden llegar a provocar respuestas emocionales si se asocian repetidamente con estímulos que provocan esas emociones.

Otro psicólogo destacado en la corriente conductista fue Burrhus Frederic Skinner, quien desarrolló el concepto de condicionamiento operante. Nacido en 1904 en Pennsylvania, Skinner estudió inicialmente literatura inglesa antes de cambiar a psicología. Obtuvo su doctorado en psicología en la Universidad de Harvard en 1931 y luego se unió al cuerpo docente de la misma universidad.

El condicionamiento operante, propuesto por Skinner, se basa en la idea de que el comportamiento puede ser moldeado a través de consecuencias, como recompensas y castigos. Skinner diseñó un aparato experimental llamado «caja de Skinner» o «caja de condicionamiento operante», en la que los sujetos podían recibir comida o agua al realizar ciertas acciones, lo que les motivaba a repetir esas acciones en el futuro. Este tipo de condicionamiento es fundamental para comprender el aprendizaje y la modificación del comportamiento en una variedad de contextos, desde la educación hasta la terapia conductual.

La influencia de la corriente conductista se ha extendido más allá del ámbito académico y ha tenido un impacto significativo en áreas como la educación, la terapia y la gestión empresarial. En el ámbito educativo, por ejemplo, los principios del condicionamiento operante se utilizan para fomentar el aprendizaje mediante el uso de recompensas y refuerzos positivos. En terapia, la terapia conductual se centra en modificar el comportamiento problemático utilizando técnicas derivadas del condicionamiento, como la desensibilización sistemática y la exposición gradual. En el ámbito empresarial, los principios conductistas se aplican en la gestión del rendimiento y la motivación de los empleados, a través de sistemas de recompensas y retroalimentación.

A pesar de su prominencia y contribuciones significativas a la psicología, la corriente conductista ha sido objeto de críticas y controversias. Algunos críticos argumentan que su enfoque exclusivo en la conducta observable y en el condicionamiento descuida la importancia de los procesos mentales internos y de la experiencia subjetiva en la comprensión del comportamiento humano. Además, el énfasis en la objetividad y la predicción del comportamiento puede llevar a una visión reduccionista y determinista de la naturaleza humana, ignorando la complejidad de los factores que influyen en el comportamiento humano.

En resumen, la corriente conductista en psicología, fundada por John B. Watson y desarrollada por Burrhus Frederic Skinner, ha dejado un legado duradero en la disciplina. Su énfasis en la conducta observable y en el condicionamiento ha influido en una amplia gama de campos, desde la educación hasta la terapia y la gestión empresarial. Aunque ha sido objeto de críticas, su impacto en la comprensión y el tratamiento del comportamiento humano sigue siendo significativo hasta el día de hoy.

Más Informaciones

La corriente conductista en psicología no se limita únicamente a las contribuciones de John B. Watson y Burrhus Frederic Skinner. De hecho, varios otros psicólogos importantes han contribuido al desarrollo y la expansión de esta perspectiva a lo largo del tiempo.

Uno de los precursores del conductismo fue Ivan Pavlov, un fisiólogo ruso conocido por sus experimentos sobre el condicionamiento clásico. Pavlov investigó los procesos de digestión en perros, pero notó que los perros comenzaban a salivar incluso antes de recibir comida, simplemente al ver al experimentador o al escuchar los sonidos asociados con la comida. Este fenómeno lo llevó a estudiar el condicionamiento, que eventualmente se convirtió en una parte fundamental del conductismo. Pavlov demostró que los estímulos neutros podían llegar a provocar respuestas automáticas si se asociaban repetidamente con estímulos que naturalmente provocaran esas respuestas.

Otro psicólogo destacado dentro del conductismo fue Edward Thorndike, quien desarrolló la teoría del condicionamiento instrumental, también conocida como «ley del efecto». Thorndike realizó experimentos con gatos en cajas de rompecabezas (conocidas como «puzzles box») para estudiar cómo los animales aprenden a realizar respuestas específicas para obtener recompensas. Observó que los gatos aprendían a escapar de la caja mediante un proceso de ensayo y error, y que las respuestas exitosas se volvían más frecuentes debido a las consecuencias satisfactorias que implicaban. Estos hallazgos sentaron las bases para la comprensión del condicionamiento operante, que luego fue desarrollado por Skinner.

Además de Watson, Skinner y Pavlov, otros psicólogos conductistas influyentes incluyen a Clark L. Hull y Edwin Guthrie. Hull desarrolló una teoría compleja del aprendizaje basada en la idea de que el comportamiento es el resultado de la interacción entre el organismo y el ambiente, y que se puede predecir y controlar mediante variables como los impulsos, los estímulos y las respuestas. Guthrie, por otro lado, propuso la teoría del aprendizaje por conexión, que sostiene que los comportamientos se aprenden mediante la formación de asociaciones entre estímulos y respuestas. Creía que una sola asociación entre un estímulo y una respuesta era suficiente para el aprendizaje, y que el aprendizaje ocurría de manera instantánea, en lugar de a través de un proceso gradual como lo postulaba el condicionamiento clásico.

El conductismo también ha tenido una influencia significativa en el campo de la psicología aplicada, especialmente en áreas como la psicología clínica y la psicología educativa. En el ámbito de la psicología clínica, la terapia conductual se ha utilizado con éxito para tratar una variedad de trastornos, como la ansiedad, la depresión, las fobias y los trastornos del espectro autista, entre otros. Esta forma de terapia se centra en identificar y modificar los comportamientos problemáticos mediante técnicas como la exposición gradual, el entrenamiento en habilidades sociales y el reforzamiento positivo.

En el ámbito de la psicología educativa, los principios conductistas han influido en la enseñanza y el aprendizaje, especialmente en el diseño de programas de modificación de conducta y enfoques de enseñanza basados en el refuerzo y la retroalimentación. El condicionamiento operante, en particular, ha sido utilizado para mejorar el comportamiento y el rendimiento académico de los estudiantes, así como para abordar problemas de disciplina en el aula.

A pesar de su impacto duradero, el conductismo ha sido objeto de críticas y ha sido complementado por otras perspectivas dentro de la psicología, como el cognitivismo y el constructivismo. Estas perspectivas enfatizan la importancia de los procesos mentales internos, como la percepción, la memoria y el pensamiento, en la comprensión del comportamiento humano. Sin embargo, el conductismo sigue siendo una parte integral del panorama psicológico contemporáneo y continúa informando la investigación y la práctica en una variedad de campos.

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