El desarrollo del feto durante el embarazo es un proceso fascinante, especialmente cuando se llega al tercer trimestre, que comienza en el séptimo mes de gestación. Durante este periodo, las madres pueden notar un aumento considerable en la actividad del bebé, que se refleja en movimientos más coordinados y perceptibles. La movilidad fetal en esta etapa no solo es señal de un crecimiento saludable, sino también una fuente de conexión emocional para los padres. En este artículo, exploraremos cómo son los movimientos del feto en el séptimo mes de embarazo, cómo interpretar estos movimientos, y qué cambios específicos se producen en el bebé en este periodo crucial.
El séptimo mes de embarazo: características del desarrollo fetal
El séptimo mes de embarazo abarca de la semana 27 a la semana 30 de gestación aproximadamente. En esta etapa, el feto mide entre 36 y 40 centímetros y pesa entre 900 gramos y 1,5 kilos, aproximadamente. Durante este tiempo, varios sistemas del cuerpo del bebé están en pleno desarrollo y maduración, especialmente los pulmones, aunque no estarán completamente funcionales hasta más adelante. Además, el cerebro está experimentando un rápido desarrollo y comienzan a formarse surcos en su superficie, lo que incrementa su actividad y capacidad de respuesta.
Movimientos fetales: ¿qué esperar en el séptimo mes?
Una de las características más notables del séptimo mes es el incremento de la percepción de los movimientos fetales. A medida que el bebé crece, los movimientos se hacen más fuertes y variados. Las patadas, giros y movimientos de los brazos y piernas se sienten con mayor claridad debido al tamaño del bebé, aunque es posible que se noten con menos frecuencia que en meses anteriores debido al espacio limitado en el útero.
1. Tipos de movimientos
Los movimientos que la madre puede sentir en el séptimo mes varían en intensidad y frecuencia. Los tipos más comunes incluyen:
- Patadas: El bebé extiende y flexiona sus piernas, produciendo golpes en la pared abdominal que se sienten como patadas. Estas suelen ser más fuertes y claras, especialmente en la parte superior del abdomen.
- Giros y volteretas: A pesar de la reducción del espacio en el útero, el feto sigue realizando movimientos de rotación. Estas vueltas son importantes para ayudar al bebé a colocarse en posición cefálica (con la cabeza hacia abajo), lo que será fundamental para el parto.
- Hipo fetal: Es común que las madres sientan una serie de pequeños movimientos rítmicos, los cuales son causados por episodios de hipo fetal, un reflejo relacionado con el desarrollo del sistema respiratorio.
- Estiramientos: En ocasiones, el feto puede extender sus extremidades o el torso, causando una sensación de presión en ciertas áreas del abdomen.
2. Frecuencia de los movimientos
En el séptimo mes, la frecuencia de los movimientos suele aumentar, pero también puede ser más variable. Muchos especialistas recomiendan que las madres presten atención a los movimientos del bebé a lo largo del día. Un buen indicador de bienestar es sentir al menos 10 movimientos en un lapso de dos horas, aunque esto puede variar ligeramente según el bebé. No obstante, cualquier disminución significativa en la actividad del bebé debe ser consultada con un médico.
Factores que influyen en los movimientos del bebé
Diversos factores pueden influir en la percepción y frecuencia de los movimientos fetales en el séptimo mes, entre los que destacan:
1. Posición del feto
En esta etapa, el bebé puede estar en posición cefálica, transversa o podálica (sentado). Dependiendo de su posición, los movimientos pueden sentirse más intensamente en ciertas áreas del abdomen. Por ejemplo, si el bebé está en posición cefálica, es probable que se sientan más las patadas en la parte superior del útero.
2. Espacio en el útero
A medida que el bebé crece, el espacio en el útero se reduce, lo que puede limitar los grandes movimientos como las volteretas, pero esto no significa que los movimientos cesen. Las patadas y estiramientos serán más pronunciados, aunque tal vez se sientan menos «acrobacias».
3. Estímulos externos
El bebé en el séptimo mes ya tiene un sentido del oído más desarrollado, por lo que puede reaccionar a ruidos fuertes, música o voces. También es sensible a los cambios de luz y puede moverse en respuesta a ciertos estímulos, como el tacto o una luz brillante apuntada al abdomen.
4. Estado de la madre
La actividad física de la madre puede influir en cómo se perciben los movimientos del bebé. Generalmente, los movimientos del feto se sienten más cuando la madre está en reposo o relajada, ya que el movimiento constante de la madre puede acunar al bebé y hacer que se duerma. Del mismo modo, después de ingerir alimentos, el aumento de la glucosa en la sangre puede estimular la actividad fetal.
¿Cuándo preocuparse? Signos de alerta en los movimientos fetales
Si bien los movimientos del bebé en el séptimo mes suelen ser un signo de salud y desarrollo normal, hay ciertos momentos en los que la falta de actividad puede ser motivo de preocupación. Las madres deben estar atentas a una disminución significativa en los movimientos, especialmente si pasan más de 2 horas sin sentir ninguna actividad, o si el patrón de movimientos cambia de forma repentina y drástica.
En estos casos, es recomendable realizar un conteo de movimientos fetales (también llamado «kick count») y, si persiste la ausencia o disminución de movimientos, contactar al médico. Es posible que el médico realice una ecografía o un monitoreo fetal para asegurarse de que todo esté en orden.
La importancia del monitoreo de los movimientos fetales
El monitoreo regular de los movimientos del bebé es una herramienta importante para evaluar el bienestar fetal durante el séptimo mes de embarazo. Los médicos suelen recomendar prestar atención a los patrones de actividad del bebé, ya que un cambio drástico puede ser una señal temprana de complicaciones como el sufrimiento fetal.
Los movimientos regulares indican que el bebé está recibiendo suficiente oxígeno y nutrientes, mientras que la disminución de movimientos puede ser un indicador de problemas en la placenta o en el suministro de oxígeno. Es importante recordar que cada bebé es diferente y puede tener patrones de actividad únicos, pero un monitoreo constante puede ayudar a identificar problemas antes de que se vuelvan graves.
Conclusión
El séptimo mes de embarazo es un periodo emocionante en el que los movimientos del bebé son más fuertes y variados, lo que indica un desarrollo sano. A medida que el feto crece y se prepara para el nacimiento, sus movimientos son una señal clara de vitalidad y bienestar. Para las madres, sentir estos movimientos no solo es reconfortante, sino también una forma de conectarse emocionalmente con su bebé.
Es crucial que las mujeres embarazadas se familiaricen con los patrones de movimiento de su bebé y consulten a un médico ante cualquier cambio significativo. Monitorear estos movimientos es una de las mejores maneras de asegurar que el bebé esté sano y de que el embarazo continúe sin complicaciones.
Finalmente, el séptimo mes marca una etapa avanzada en el desarrollo fetal, donde los movimientos del bebé no solo son reflejo de su crecimiento físico, sino también de su desarrollo neurológico y su capacidad para interactuar con el entorno intrauterino. Con el monitoreo adecuado, las madres pueden tener la tranquilidad de saber que su bebé está progresando de manera óptima hacia el momento del nacimiento.