MAZDA RX-7 (FC) 1985-1992: El Coupé Japonés que dejó huella
El Mazda RX-7, conocido como uno de los íconos de los coches deportivos de finales del siglo XX, representó una combinación perfecta de innovación tecnológica, rendimiento de alto nivel y diseño atrevido. En particular, la segunda generación del RX-7, conocida como RX-7 FC, lanzada en 1985 y fabricada hasta 1992, destacó por sus avances y su capacidad para conquistar a los conductores más exigentes. Conocido por su motor rotativo Wankel y su enfoque en el manejo deportivo, el RX-7 FC se ganó el apodo de «El Porsche japonés 924» debido a su estilo y rendimiento en la carretera. Este artículo examina en profundidad la historia, las especificaciones, el diseño y el legado de este modelo de Mazda que marcó una era en el automovilismo.
Orígenes y Contexto del Mazda RX-7 FC
Mazda, con su rica historia en la fabricación de vehículos deportivos y su experiencia con los motores rotativos, dio un gran paso adelante con la presentación del RX-7 FC. Este modelo fue el sucesor del RX-7 original (el modelo SA/FB), y se mantuvo fiel a la filosofía de su predecesor de ofrecer un coche deportivo con un motor único, pero con una serie de mejoras que lo hicieron más moderno, más potente y más refinado.
El RX-7 FC debutó oficialmente en 1985, y fue una evolución tanto en términos de diseño como de tecnología. A lo largo de su vida útil, este modelo pasó por varias actualizaciones y mejoras que aumentaron su rendimiento, lo que lo convirtió en un coche muy respetado tanto en el mercado de producción en masa como en el ámbito de los deportes de motor. Con la introducción del RX-7 FC, Mazda no solo buscaba ofrecer un coche rápido y manejable, sino también uno que pudiera competir en los mercados internacionales de deportivos de alto rendimiento.
Diseño y Estilo: Una Inspiración en el Porsche 924
El diseño del RX-7 FC fue obra de Akio Uchiyama, quien se inspiró en el Porsche 924, un coche deportivo conocido por su elegancia y su enfoque en el rendimiento. Sin embargo, el RX-7 FC también incorporó elementos aerodinámicos propios que definieron su estética única. Uno de los detalles más llamativos fueron sus faros emergentes, un elemento distintivo que le daba un aspecto futurista y dinámico. El diseño de la carrocería fue optimizado para ofrecer una excelente estabilidad a altas velocidades, lo que fue posible gracias a su coeficiente de arrastre (Cd) de solo 0.3, uno de los más bajos de su categoría.
La forma de la carrocería también era compacta y estilizada. La línea del techo, corta y ligeramente inclinada, combinaba a la perfección con un parabrisas tipo Camaro, mientras que los parachoques envolventes de plástico y las luces de estacionamiento integradas en el diseño del coche completaban su perfil. La parte trasera contaba con unos faros rectangulares que se alineaban perfectamente con la carrocería, lo que le otorgaba una apariencia limpia y moderna.
En términos de dimensiones, el RX-7 FC medía 168.9 pulgadas de largo (4290 mm), 66.5 pulgadas de ancho (1689 mm) y 48.8 pulgadas de alto (1240 mm), con una distancia entre ejes de 95.6 pulgadas (2428 mm). Estas proporciones le conferían una sensación de coche deportivo de bajo centro de gravedad, ideal para el manejo y la estabilidad.
Interior y Comodidades
El interior del RX-7 FC estaba diseñado pensando en el conductor y su experiencia de manejo. Contaba con dos asientos tipo cubo en la parte delantera y un banco en la parte trasera, lo que le daba un toque deportivo sin dejar de lado la comodidad. El tablero de instrumentos tenía una disposición sencilla y elegante, con dos grandes relojes para el velocímetro y el tacómetro, y cuatro indicadores adicionales que ayudaban al conductor a mantener un control total sobre el rendimiento del motor y otros aspectos del vehículo. La consola central era vertical, un diseño que se convirtió en uno de los rasgos característicos de este modelo.
El espacio interior no era excesivamente grande, pero suficiente para dos personas en los asientos delanteros, mientras que el asiento trasero estaba más destinado a ser utilizado por ocasiones puntuales, como el transporte de equipaje o el uso de los asientos por parte de niños o adultos de corta estatura.
Tecnología y Motorización
El corazón del Mazda RX-7 FC era su motor rotativo Wankel, que fue una de las características más innovadoras y distintivas de este modelo. A diferencia de los motores de pistón convencionales, el motor rotativo Wankel utiliza un rotor triangular para crear la combustión. Este diseño no solo le daba al RX-7 una suavidad en el funcionamiento del motor, sino que también le permitía ser más compacto y ligero, lo que beneficiaba la distribución de peso y la maniobrabilidad.
El modelo básico del RX-7 FC estaba equipado con un motor de 2.4 litros y 147 caballos de fuerza (108 kW) a 6500 revoluciones por minuto (RPM), lo que le permitía alcanzar una velocidad máxima de 130 mph (209 km/h). La versión con motor turboalimentado, lanzada más tarde, ofrecía un rendimiento significativamente superior, permitiendo al RX-7 FC competir con los mejores coches deportivos de la época. La potencia se transmitía a las ruedas traseras a través de una caja de cambios manual de cinco velocidades, lo que garantizaba una experiencia de conducción más interactiva y emocionante.
El sistema de suspensión trasera fue otro de los aspectos clave del RX-7 FC. Mazda implementó un sistema de suspensión independiente de doble horquilla que ayudaba a mitigar los problemas de «toe-in» y «toe-out» durante las maniobras de alta velocidad, lo que mejoraba la estabilidad y el control en las curvas. Este sistema permitió al RX-7 ofrecer una maniobrabilidad excepcional, que lo convirtió en una opción popular entre los entusiastas de los coches deportivos y los conductores que buscaban emociones fuertes en la carretera.
Rendimiento y Características
Además de su motor potente y su excelente suspensión, el Mazda RX-7 FC se destacó por sus frenos de discos ventilados en ambas ruedas, delantera y trasera. Estos frenos aseguraban un rendimiento de frenado consistente y fiable, incluso en condiciones extremas de conducción. En cuanto a la aceleración, el RX-7 FC era capaz de llegar de 0 a 100 km/h (62 mph) en 9.2 segundos, un tiempo impresionante para un coche de su época.
El coche era conocido por su ligereza, con un peso en vacío de 1223 kg (2696 lbs), lo que favorecía una relación peso-potencia excelente. Este factor, combinado con el sistema de propulsión trasera y la aerodinámica optimizada, otorgaba al RX-7 FC una agilidad y capacidad de respuesta sobresalientes, convirtiéndolo en un verdadero deleite para los conductores apasionados por el manejo deportivo.
Legado y Despedida del Mazda RX-7 FC
A lo largo de sus años de producción, el Mazda RX-7 FC se ganó una base de seguidores fieles, incluidos los amantes de los coches deportivos y los aficionados a las carreras. Sin embargo, como todos los buenos tiempos, la era del RX-7 FC llegó a su fin en 1992, cuando la marca decidió actualizar el modelo y lanzar la tercera generación del RX-7. A pesar de su retiro, el RX-7 FC sigue siendo un símbolo de innovación y rendimiento para Mazda y una de las joyas más codiciadas por los coleccionistas y fanáticos de los coches clásicos.
En resumen, el Mazda RX-7 FC es un coche que sigue vivo en el corazón de los aficionados al automovilismo, no solo por su diseño distintivo y su potente motor rotativo, sino también por su legado de desempeño en las carreteras y en las pistas de carreras. El RX-7 FC es un ejemplo de cómo la ingeniería y la pasión por los coches deportivos pueden dar lugar a una máquina que sigue siendo relevante incluso décadas después de su fabricación.