MAZDA 626 Station Wagon (Mk.3) 1988-1991: Una mirada profunda a un modelo icónico de los años 80
En la segunda mitad de la década de los 80, los vehículos tipo «station wagon» empezaban a encontrar su lugar en el mercado, especialmente en Europa y América. En un contexto donde las preferencias de los consumidores se inclinaban hacia la funcionalidad y el diseño, Mazda lanzó al mercado su tercera generación de la línea 626, también conocida como la versión Wagon. Este modelo combinó el estilo de un hatchback medio con las características de un vehículo más grande, acercándose al concepto de los vehículos multipropósito (MPV), pero sin perder la esencia de un automóvil compacto. El Mazda 626 Station Wagon 1988-1991 se presentaba como una alternativa interesante, con un diseño distintivo y características que lo hacían destacar dentro del segmento de los automóviles familiares.
Diseño y Estilo Exterior
El diseño de la tercera generación del Mazda 626 Wagon no fue necesariamente revolucionario, pero sí muy característico de la época. Con un cuerpo más largo y con una línea de techo más baja que los MPVs, este modelo de Mazda se mantenía firme en su identidad como un station wagon. La carrocería de este vehículo era sencilla pero efectiva, con detalles que apuntaban a la practicidad sin renunciar al estilo.
Uno de los elementos más llamativos de su exterior era la forma rectangular y horizontal de los faros delanteros, los cuales daban al coche un aire robusto pero elegante. La decisión de Mazda de suavizar ligeramente los bordes del coche reflejaba el intento de la marca por agradar a los mercados europeo y norteamericano, aunque no siempre lograron captar por completo las tendencias de diseño de estos mercados. De hecho, las líneas rectas y la disposición general de los faros no fueron necesariamente bien recibidas por todos los consumidores, pero la marca japonesa no dudó en mantenerse firme en su propuesta.
El perfil lateral del Mazda 626 Wagon mantenía los mismos paneles de las versiones hatchback del modelo, lo que resultaba en una forma algo peculiar en las ventanas traseras, especialmente detrás de los pilares C. En la parte trasera, Mazda optó por un diseño con luces traseras montadas en las esquinas, lo que permitió una línea de corte recta en la puerta del maletero, una característica distintiva de este modelo frente a muchos otros station wagons de la época.
Una de las características que diferenciaba al Mazda 626 Wagon de otros vehículos similares era su piso plano en la parte trasera, que se extendía hasta el parachoques trasero, permitiendo una mayor versatilidad en la carga. Esto lo hacía especialmente útil para familias y personas que necesitaban un vehículo con capacidad de carga sin recurrir a un SUV o un vehículo más grande.
Interior y Comodidad
Dentro del Mazda 626 Station Wagon, los diseñadores japoneses hicieron un esfuerzo considerable por crear un ambiente cómodo y funcional para los pasajeros. El tablero curvado y la ubicación del panel de instrumentos, que se encontraba elevado sobre la línea central del salpicadero, se distanciaban del diseño angular y más agresivo que otros fabricantes ofrecían en esa época. El diseño del tablero se centraba en la ergonomía, con un diseño más suave y líneas que invitaban a la comodidad.
Uno de los elementos más innovadores era la integración de las salidas de aire dentro del centro del tablero, una característica que no se encontraba en muchos vehículos de la época. Las opciones de asientos también eran variadas. Para algunos niveles de equipamiento, el Mazda 626 Wagon ofrecía asientos tipo «bucket» en la parte delantera, lo que aumentaba la sensación de confort en viajes largos. Los asientos traseros, por su parte, eran plegables, lo que permitía aumentar la capacidad del maletero cuando era necesario.
La comodidad no solo se limitaba al diseño interior, sino que también estaba respaldada por la suspensión independiente en las cuatro ruedas. Esto otorgaba al coche una conducción mucho más suave y agradable, incluso en carreteras en mal estado. Sin embargo, a pesar de que el coche estaba diseñado para brindar comodidad, no era tan espacioso como otros vehículos más grandes, lo que lo hacía ideal para familias pequeñas o aquellos que no requerían una capacidad de carga excepcional.
Motorización y Rendimiento
El Mazda 626 Station Wagon 1988-1991 ofreció varias opciones de motorización, adaptándose a diferentes necesidades y preferencias de los consumidores. El motor más popular de esta versión fue el de 2.0 litros de inyección electrónica de gasolina, que entregaba 90 caballos de fuerza a 5.000 rpm, proporcionando un rendimiento adecuado para un vehículo de este tipo. A pesar de no ser un coche deportivo, la combinación de su motor y transmisión manual de 5 marchas hacía que el coche fuera ágil y fácil de manejar, especialmente en carreteras urbanas.
El sistema de suspensión independiente, combinado con el motor de 2.0 litros, ofrecía una conducción bastante cómoda y estable. Aunque no se trataba de un vehículo de altas prestaciones, el Mazda 626 Wagon era lo suficientemente rápido como para satisfacer las necesidades de los conductores promedio. Alcanzaba una velocidad máxima de 171 km/h (106 mph), lo que lo colocaba en un nivel aceptable en cuanto a rendimiento para vehículos de su clase.
El consumo de combustible era razonable para la época, con una media de 27.7 mpg (8.5 L/100 km) en condiciones mixtas. Esto hacía del Mazda 626 Wagon un vehículo eficiente para quienes buscaban una opción económica para sus trayectos diarios, sin sacrificar la comodidad ni la capacidad de carga.
Especificaciones Técnicas
- Motor: 2.0i 5MT (90 HP)
- Cilindrada: 1998 cm³
- Potencia: 66 kW a 5,000 rpm (90 HP), 89 BHP a 5,000 rpm
- Par motor: 153 Nm a 2,500 rpm (113 lb-ft)
- Sistema de combustible: Inyección electrónica
- Transmisión: Manual de 5 velocidades
- Tracción: Delantera
- Frenos: Discos delanteros, tambores traseros
- Tamaño de llantas: 185/70 R14H
- Velocidad máxima: 171 km/h (106 mph)
- Aceleración (0-100 km/h): 11.9 segundos
- Consumo (ciudad): 10.4 L/100 km (22.6 mpg US)
- Consumo (carretera): 8.5 L/100 km (27.7 mpg US)
- Emisiones de CO2: 202 g/km
- Espacio de carga: 430 L (15.2 cuft)
- Peso sin carga: 1200 kg (2645.5 lbs)
Conclusión
El Mazda 626 Station Wagon 1988-1991 representa una pieza importante en la evolución de los vehículos familiares de los años 80. Aunque su diseño no fue un éxito rotundo en términos de estilo, su funcionalidad y comodidad lo convirtieron en una opción sólida dentro de su segmento. Mazda apostó por ofrecer un vehículo bien construido, práctico y con una motorización adecuada para la época, y aunque no fue el coche más revolucionario en cuanto a diseño, su durabilidad y confiabilidad han sido factores clave en su legado. Para aquellos que buscan un vehículo funcional y eficiente para viajes familiares o como opción de transporte diario, el Mazda 626 Station Wagon sigue siendo una opción que no debe ser subestimada.