Mazda 6 MPS 2006-2007: Un lobo disfrazado de oveja
El Mazda 6 MPS, producido entre 2006 y 2007, representó una rara y fascinante excepción dentro del segmento de sedanes familiares. Este modelo, que se presentó como un «sleeper» de fábrica, fue una máquina que deslumbró por su potente motor y su capacidad para enfrentarse, con una facilidad inquietante, a vehículos deportivos mucho más renombrados, incluidos los competidores japoneses más icónicos. A pesar de ser un sedán familiar en su versión estándar, el Mazda 6 MPS rompió moldes con su desempeño y se alzó como un rival formidable para vehículos de alta gama como el Subaru Impreza WRX o el Mitsubishi Lancer Evolution.
Herencia deportiva y la revolución del 6 MPS
Mazda ha sido una marca con una fuerte presencia en el mundo del automovilismo, siendo el primer fabricante japonés en ganar las famosas 24 horas de Le Mans. Esta rica herencia deportiva fue la que permitió a la marca dar un salto importante en la creación de vehículos de altas prestaciones como el Mazda 6 MPS. Aunque Mazda era más conocida por sus vehículos de uso familiar, la versión MPS (Mazda Performance Series) rompió esa percepción al traer al mercado un sedán deportivo con características de alto rendimiento.
El Mazda 6 MPS, al contrario de lo que muchos podrían haber esperado de un sedán de familia, se distinguió por una motorización turboalimentada que generaba una potencia impresionante. Equipado con un motor de 2.3 litros de 4 cilindros (DISI Turbo), el 6 MPS era capaz de generar 260 caballos de fuerza a 5500 rpm, con un par motor de 380 Nm a 3000 rpm, lo que lo convertía en un sedán sorprendentemente rápido y ágil. El motor estaba emparejado con una caja de cambios manual de 6 marchas que distribuía esa potencia de manera eficiente a las cuatro ruedas, gracias a su sistema de tracción integral (AWD), lo que le otorgaba una estabilidad y manejo excepcionales, especialmente en las curvas.
Un diseño que destaca pero que no desentona
El diseño exterior del Mazda 6 MPS era un claro indicio de que este sedán escondía algo más que lo que sus líneas tradicionales sugerían. A simple vista, la carrocería seguía los patrones del Mazda 6, pero contaba con detalles exclusivos que destacaban las intenciones deportivas del modelo. El capó incorporaba una abultada «power dome», que no solo le daba un aire de agresividad, sino qu