Familia y sociedad

Manejo del Comportamiento Infantil Obstaculizado

Para manejar eficazmente el comportamiento obstinado y nervioso de los niños entre el año y medio y los cuatro años de edad, es fundamental comprender algunas estrategias y enfoques que pueden ayudar a fomentar una crianza positiva y constructiva. Durante esta etapa del desarrollo, los niños están explorando su independencia y capacidad para expresar emociones, lo que a menudo se traduce en comportamientos desafiantes y emocionales. Aquí te presento algunas pautas útiles para lidiar con este tipo de comportamiento:

1. Mantén la Calma y la Paciencia

Cuando un niño muestra conductas obstinadas o se pone nervioso, es esencial mantener la calma. Los niños pequeños a menudo imitan las emociones y respuestas de los adultos a su alrededor. Si respondes con enojo o frustración, es probable que el niño se sienta aún más frustrado y reaccione de manera más intensa. Respira profundamente y trata de responder de manera tranquila y controlada.

2. Establece Rutinas y Expectativas Claras

Los niños se sienten más seguros cuando saben qué esperar. Establece rutinas diarias consistentes para las comidas, el juego, la hora de dormir y otras actividades importantes. Explica de manera clara y simple las reglas y expectativas, utilizando lenguaje positivo y constructivo. Por ejemplo, en lugar de decir «No grites», puedes decir «Hablemos con voz tranquila».

3. Ofrece Opciones

Dar opciones limitadas puede darles a los niños una sensación de control sobre su entorno y reducir la resistencia. Por ejemplo, en lugar de imponer una sola opción, como «Ponte este abrigo», podrías decir «¿Quieres ponerte el abrigo rojo o el azul?» Esto les da la oportunidad de tomar decisiones dentro de los límites que has establecido.

4. Usa el Refuerzo Positivo

Reconoce y elogia el buen comportamiento. Cuando el niño muestra cooperación, paciencia o habilidades para resolver problemas, hazle saber que aprecias su esfuerzo. El refuerzo positivo fortalece el comportamiento deseado y fomenta una relación positiva entre el niño y el cuidador.

5. Establece Consecuencias Lógicas

Cuando sea necesario establecer límites, asegúrate de que las consecuencias estén directamente relacionadas con el comportamiento del niño. Por ejemplo, si tiran juguetes después de haberles pedido que los guarden, podrían perder el privilegio de jugar con esos juguetes por un tiempo determinado. Las consecuencias deben ser claras, consistentes y aplicadas de manera calmada y sin enojo.

6. Modela el Comportamiento Deseado

Los niños aprenden observando a los adultos a su alrededor. Modela la paciencia, la resolución de problemas y la comunicación efectiva. Si cometes un error o pierdes la paciencia, reconócelo y discúlpate. Esto muestra al niño que es normal cometer errores y que es importante corregirlos y aprender de ellos.

7. Fomenta la Comunicación y la Empatía

Ayuda al niño a identificar y expresar sus emociones. Enséñales palabras para describir cómo se sienten y escucha activamente sus preocupaciones y pensamientos. La empatía ayuda a fortalecer el vínculo emocional y ayuda al niño a desarrollar habilidades para resolver conflictos de manera positiva.

8. Busca Momentos de Calma y Conexión

Aprovecha los momentos tranquilos para conectarte emocionalmente con tu hijo. Dedica tiempo a jugar juntos, leer un libro o simplemente hablar sobre el día. Los momentos de conexión fortalecen la relación y ayudan al niño a sentirse seguro y amado.

9. Busca Apoyo y Paciencia

La crianza de niños pequeños puede ser desafiante. Busca apoyo en familiares, amigos u otros padres. A veces, hablar con alguien que entienda puede proporcionar nuevas perspectivas y estrategias que pueden funcionar para ti y tu hijo.

10. Recuerda que Cada Niño es Único

Lo que funciona para un niño puede no funcionar para otro. Observa y aprende las señales individuales de tu hijo y adapta tus enfoques según sea necesario. La crianza efectiva implica comprensión, paciencia y flexibilidad.

Al implementar estas estrategias, puedes ayudar a tu hijo a desarrollar habilidades para manejar emociones y comportamientos de manera más positiva y constructiva a medida que crecen y exploran el mundo que los rodea.

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