Medicina y salud

Lunares: Tipos y Cuidado

Las «shamas», conocidas también como lunares en el habla común, son pequeñas lesiones en la piel que aparecen como manchas oscuras. Su coloración puede variar desde el marrón claro hasta casi negro, y pueden ser planas o elevadas. La aparición de lunares es un fenómeno bastante común y la mayoría de las personas tienen entre 10 y 40 lunares en su cuerpo en algún momento de su vida.

¿Qué son los lunares?

Los lunares son grupos de células llamadas melanocitos que se agrupan en lugar de dispersarse por la piel. Los melanocitos son las células que producen melanina, el pigmento que da color a nuestra piel, cabello y ojos. Cuando estas células se agrupan, forman un lunar.

Tipos de lunares

Existen varios tipos de lunares, cada uno con características específicas:

  1. Lunares comunes: Son pequeños, redondos u ovalados, de color marrón, rosa, negro o del color de la piel. Pueden ser planos o elevados.
  2. Lunares displásicos: Son lunares atípicos que pueden ser más grandes que los lunares comunes y tener bordes irregulares y colores variados, que van del rosa al marrón oscuro. Estos lunares pueden parecerse a melanomas (cáncer de piel), pero no son cancerosos.
  3. Lunares congénitos: Aparecen al nacer y varían en tamaño. Algunos pueden ser muy grandes y aumentar el riesgo de desarrollar melanoma.
  4. Lunares adquiridos: Son los que aparecen durante la infancia o en la vida adulta y son generalmente inofensivos.

Causas de la formación de lunares

Los lunares pueden ser causados por varios factores, entre ellos:

  • Genética: La predisposición genética juega un papel importante. Si tus padres tienen muchos lunares, es probable que tú también los tengas.
  • Exposición al sol: La exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol puede aumentar el número de lunares en la piel. Es importante usar protección solar para prevenir la formación de nuevos lunares y reducir el riesgo de que los existentes se conviertan en cáncer de piel.
  • Cambios hormonales: Los cambios hormonales, como los que ocurren durante la adolescencia o el embarazo, pueden causar la aparición de nuevos lunares o cambios en los existentes.

Cuándo preocuparse por un lunar

Aunque la mayoría de los lunares son inofensivos, es crucial estar atentos a cualquier cambio en su apariencia, ya que pueden ser una señal de melanoma, un tipo agresivo de cáncer de piel. Aquí se utiliza la regla ABCDE para evaluar los lunares:

  • A (Asimetría): Un lunar es asimétrico si una mitad no se parece a la otra mitad.
  • B (Bordes): Bordes irregulares, dentados o mal definidos pueden ser un signo de alerta.
  • C (Color): La variación de colores dentro de un mismo lunar (marrón, negro, rojo, blanco, azul) es motivo de preocupación.
  • D (Diámetro): Los lunares que tienen más de 6 milímetros de diámetro (aproximadamente el tamaño de una goma de borrar) deben ser revisados.
  • E (Evolución): Cualquier cambio en el tamaño, forma, color o comportamiento del lunar (como sangrado, picazón o dolor) debe ser evaluado por un dermatólogo.

Prevención y cuidado

Para minimizar el riesgo de desarrollar lunares peligrosos, se recomienda:

  • Protección solar: Usar protector solar con un alto factor de protección, incluso en días nublados. También es útil usar ropa protectora y evitar la exposición directa al sol durante las horas pico (10 a.m. – 4 p.m.).
  • Autoexamen: Realizar autoexámenes regulares de la piel para identificar cualquier cambio en los lunares existentes o la aparición de nuevos.
  • Consulta médica: Visitar a un dermatólogo anualmente para un examen completo de la piel. Esto es especialmente importante para las personas con antecedentes familiares de melanoma o con muchos lunares displásicos.

Tratamiento de los lunares

La mayoría de los lunares no requieren tratamiento. Sin embargo, si un lunar es sospechoso o si es molesto por razones estéticas o físicas, un dermatólogo puede recomendar su eliminación. Los métodos comunes para eliminar lunares incluyen:

  • Escisión quirúrgica: El lunar y una pequeña porción del tejido circundante se cortan y se retiran. Este método se utiliza generalmente para los lunares que pueden ser cancerosos.
  • Afeitado: El lunar se corta hasta el nivel de la piel. Este método se utiliza para lunares no sospechosos y menos profundos.
  • Criocirugía: Se utiliza nitrógeno líquido para congelar y destruir el lunar. Es una opción para lunares superficiales y verrugas.
  • Láser: Un láser se utiliza para eliminar lunares pequeños y no sospechosos. Es menos invasivo y tiene un tiempo de recuperación rápido.

Mitos y realidades sobre los lunares

Existen varios mitos sobre los lunares que es importante desmentir:

  • «Cortar un lunar causará cáncer»: No hay evidencia científica que respalde esta afirmación. Sin embargo, es esencial que cualquier lunar sospechoso sea evaluado por un dermatólogo antes de intentar cualquier forma de eliminación.
  • «Todos los lunares son cancerosos»: La mayoría de los lunares son benignos. Solo un pequeño porcentaje de los lunares se convierten en melanomas.
  • «Los lunares son siempre hereditarios»: Aunque la genética juega un papel importante, otros factores como la exposición al sol también contribuyen a la formación de lunares.

Conclusión

Los lunares son una parte natural de la piel y, en la mayoría de los casos, no son motivo de preocupación. Sin embargo, estar atentos a los cambios en los lunares y realizar autoexámenes regulares es crucial para la detección temprana del melanoma. Con la protección adecuada contra el sol y visitas regulares al dermatólogo, se puede minimizar el riesgo de problemas graves relacionados con los lunares. La educación y la conciencia son claves para mantener la salud de la piel y prevenir enfermedades graves.

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