Lancia A112 Abarth (1984-1986): El Último Suspiro de un Clásico Italiano
El Lancia A112 Abarth, fabricado entre 1984 y 1986, marcó el final de una era para uno de los modelos más emblemáticos de la marca italiana. Este modelo fue la última versión antes de que la línea A112 fuera reemplazada por el Lancia Y10 en 1986, y su producción se enmarcó dentro de un proceso de evolución que hizo de este pequeño hatchback un icono del automovilismo de su época. Aunque la base del A112 Abarth se encontraba en una plataforma que Fiat había desarrollado para el modelo 128 en los años 60, el vehículo consiguió forjar una identidad propia que lo mantuvo relevante durante más de dos décadas.
Un Origen Histórico: La Evolución del A112
El A112 Abarth no nació como un modelo de alto rendimiento, sino como una respuesta de Autobianchi (una marca italiana adquirida por Fiat) al éxito del Mini en los rallys y el mercado europeo. El concepto de este vehículo se gestó en 1969, cuando Autobianchi compró la plataforma del Fiat 128 y la redujo para crear un coche compacto y ágil, ideal para competir con el Mini y otros vehículos pequeños del segmento. Sin embargo, el A112 no logró superar las cifras de ventas del modelo británico, aunque su éxito fue considerable, logrando una producción superior a 1.2 millones de unidades en varias versiones.
En la década de 1980, Fiat se hizo con la marca Autobianchi y comenzó a vender sus vehículos bajo la marca Lancia. Esto incluyó al A112, que pasó a denominarse Lancia A112 a partir de 1974. La versión Abarth, lanzada en 1982, se basaba en el mismo principio que los modelos de alto rendimiento del fabricante italiano: tomar un vehículo compacto y darle un toque deportivo sin perder las características de un automóvil accesible y práctico.
Diseño Exterior: El Estilo Clásico del A112 Abarth
El Lancia A112 Abarth de 1984 se distinguió por un diseño exterior que mantenía la esencia del modelo original de Autobianchi, pero con algunos ajustes modernos que reflejaban el enfoque de Lancia hacia el rendimiento y la estética deportiva. En la parte delantera, el coche conservaba los faros redondos que se ubicaban más elevados que el capó, una característica que recuerda a los primeros modelos de la marca. A partir de 1984, el A112 Abarth recibió un rediseño que incluía una nueva parrilla negra de plástico, además de manijas de puertas del mismo material, aportando una imagen más moderna y agresiva.
La carrocería de este pequeño hatchback se caracterizaba por su reducido tamaño, con una longitud de 3.27 metros, lo que lo hacía un automóvil perfecto para las ciudades y para aquellos que buscaban un coche ágil y fácil de maniobrar. La combinación de sus dimensiones compactas y su diseño deportivo lo convertía en un coche con una apariencia que no pasaba desapercibida.
Interior: Funcionalidad y Estilo Deportivo
El interior del Lancia A112 Abarth estaba pensado para acomodar cómodamente a cuatro adultos, aunque los asientos traseros eran notoriamente más estrechos, lo que limitaba la comodidad en los viajes largos. Frente al conductor, se encontraba un pequeño conjunto de instrumentos con dos grandes diales para el velocímetro y el tacómetro, mientras que los indicadores de temperatura del refrigerante y el nivel de combustible se ubicaban dentro del dial del velocímetro, lo que otorgaba un aspecto sencillo pero funcional.
El coche contaba con asientos deportivos tipo bucket, tapizados en cuero sintético (vinilo), y los reposacabezas eran desmontables, lo que le daba un toque aún más exclusivo y práctico. A pesar de su pequeño tamaño, el habitáculo del A112 Abarth reflejaba la intención de Lancia de crear un vehículo accesible para el conductor común, pero con la estética y la sensación de un coche de competición.
Motor y Rendimiento: Un Propulsor Pequeño, pero Ágil
Bajo el capó del Lancia A112 Abarth se encontraba un motor de 1.1 litros, con cuatro cilindros dispuestos en línea. Este motor fue afinado por Abarth para proporcionar una potencia de alrededor de 68 caballos de fuerza a 6600 rpm, lo que, en combinación con el bajo peso del vehículo, le otorgaba una agilidad impresionante en las carreteras. La transmisión era manual de cinco marchas, lo que permitía un control preciso sobre el rendimiento del motor.
Aunque la potencia del motor no era extraordinaria, el Lancia A112 Abarth se destacaba por su ligereza y su capacidad para ofrecer una conducción deportiva en todo tipo de terrenos. Sus ruedas de aleación ligera de 13 pulgadas, junto con una suspensión independiente en el eje delantero y un eje rígido en el trasero, permitían al coche tomar las curvas con gran precisión y estabilidad.
Rendimiento y Características Técnicas
El motor del Lancia A112 Abarth de 1984 alcanzaba una velocidad máxima de 155 km/h (96.3 mph), lo que lo situaba como un coche rápido dentro de su categoría. A pesar de su tamaño compacto, el coche podía acelerar de 0 a 100 km/h (62 mph) en 13.6 segundos, un rendimiento respetable para un vehículo de su tipo. En cuanto al consumo de combustible, el A112 Abarth mostraba una eficiencia destacable, alcanzando los 7.4 litros por cada 100 km recorridos en condiciones combinadas, lo que lo hacía ideal para el uso urbano y los trayectos cortos.
El sistema de frenos estaba compuesto por discos en las ruedas delanteras y tambores en las traseras, lo que proporcionaba un rendimiento adecuado para un coche de esta categoría. En cuanto a las emisiones de CO2, el Lancia A112 Abarth generaba 176 gramos por kilómetro recorrido, lo que lo situaba dentro de los estándares de su época.
Conclusión: El Legado del A112 Abarth
El Lancia A112 Abarth, producido entre 1984 y 1986, se mantuvo fiel a la tradición de los pequeños coches deportivos de la marca italiana. Aunque no llegó a alcanzar las cifras de ventas del Mini, el A112 Abarth se ganó un lugar en la historia de los vehículos compactos gracias a su diseño, su agilidad y su legado como un coche de carreras accesible para el público general. Con una producción que superó el millón de unidades y una base de fans que aún lo recuerda con cariño, el A112 Abarth sigue siendo un símbolo de la ingeniería italiana en su versión más deportiva y compacta.
La transición hacia el Lancia Y10 en 1986 marcó el fin de una era para el A112, pero no para su legado. El A112 Abarth sigue siendo una pieza apreciada por los coleccionistas y aficionados a los coches clásicos, un testimonio de la capacidad de Lancia para crear vehículos pequeños, pero con un gran corazón deportivo.