La verdad detrás de la «Lahaíta» para bebés: beneficios, riesgos y recomendaciones
La llegada de un bebé conlleva una serie de decisiones importantes que los padres deben tomar para garantizar su bienestar, comodidad y desarrollo saludable. Una de estas decisiones gira en torno al uso de la famosa «lahaíta» o chupete. Mientras que para algunos padres este pequeño objeto puede parecer una solución milagrosa para calmar el llanto de un bebé, otros lo ven con escepticismo y precaución debido a los posibles riesgos que puede conllevar su uso prolongado. ¿Es realmente beneficioso o potencialmente perjudicial?

En este artículo, analizaremos a fondo tanto los beneficios como los riesgos del uso de la laháíta, basándonos en estudios científicos y las recomendaciones de profesionales de la salud. Además, ofreceremos pautas para su uso adecuado en caso de optar por introducirla en la vida de un bebé.
Beneficios del uso de la lahaíta
1. Calma y consuelo
Uno de los principales motivos por los que los padres recurren a la laháíta es su capacidad para calmar a los bebés. El acto de succionar es innato en los recién nacidos y les proporciona una sensación de confort y seguridad. No siempre que un bebé succiona lo hace porque tiene hambre; en muchas ocasiones, lo hace para autorregularse y tranquilizarse. La succión no nutritiva, facilitada por la laháíta, puede ser una forma eficaz de ayudar al bebé a relajarse en momentos de estrés o incomodidad.
2. Reducción del riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)
Diversos estudios han demostrado que el uso de la laháíta durante el sueño está asociado con una disminución del riesgo de SMSL, una de las principales causas de muerte en bebés menores de un año. Aunque las razones no están del todo claras, se especula que el uso del chupete ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas, facilitando la respiración y reduciendo la probabilidad de apneas (pausas respiratorias) durante el sueño.
Un estudio de la Academia Americana de Pediatría (AAP) concluyó que el uso del chupete durante las siestas y el sueño nocturno puede reducir este riesgo hasta en un 90%. Sin embargo, es importante destacar que este beneficio solo se aplica durante los primeros meses de vida, ya que los expertos recomiendan su retirada gradual después del primer año.
3. Facilita el sueño
Muchos padres reportan que el uso de la lahaíta ayuda a sus bebés a conciliar el sueño más rápidamente y a mantenerse dormidos por períodos más largos. Esto puede ser de gran ayuda, especialmente en los primeros meses, cuando las rutinas de sueño del bebé aún no están bien establecidas y los despertares nocturnos son frecuentes. La succión calmante del chupete puede proporcionar una sensación de tranquilidad que facilita la transición al sueño.
4. Distracción en momentos incómodos
El chupete puede ser una herramienta valiosa para distraer al bebé durante momentos potencialmente molestos o estresantes, como las visitas al médico, la vacunación o los viajes largos. En estas situaciones, la succión puede ayudar a aliviar el malestar y calmar al bebé rápidamente, evitando llantos prolongados y estrés adicional para los padres.
5. Evita el hábito de chuparse el dedo
Si bien tanto chuparse el dedo como usar un chupete son mecanismos de succión no nutritiva, el uso de la lahaíta tiene la ventaja de que puede ser eliminado con mayor facilidad que el hábito de chuparse el dedo. Esto es particularmente importante cuando llega el momento de retirar el hábito de succión para prevenir problemas dentales, ya que los padres pueden controlar cuándo ofrecer o retirar el chupete, mientras que chuparse el dedo es un comportamiento más difícil de erradicar.
Riesgos y desventajas del uso de la lahaíta
1. Impacto en la lactancia materna
Uno de los principales puntos de controversia en torno al uso de la laháíta es su posible interferencia con la lactancia materna, especialmente si se introduce demasiado pronto. Los bebés que usan el chupete pueden confundirse entre la succión del pezón y la del chupete, lo que puede afectar su capacidad para prenderse correctamente al pecho. Esta confusión puede reducir la efectividad de las tomas y llevar a problemas como la disminución de la producción de leche y la frustración tanto para el bebé como para la madre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan que se evite el uso de chupetes en las primeras semanas de vida para no interferir con el establecimiento de la lactancia. Solo se debería considerar una vez que la lactancia esté bien establecida, generalmente después del primer mes de vida.
2. Riesgos para la salud dental
El uso prolongado del chupete, más allá de los primeros años de vida, puede tener efectos negativos en el desarrollo dental. La presión constante sobre las encías y los dientes en desarrollo puede llevar a problemas como la maloclusión, donde los dientes no encajan correctamente, y otras irregularidades en la alineación dental.
Un estudio realizado por la Asociación Dental Americana reveló que los niños que usan chupete más allá de los 2-3 años tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas dentales a largo plazo. Por esta razón, los expertos recomiendan limitar su uso y comenzar el proceso de retirada progresiva a partir de los 12 meses, idealmente antes de los 24 meses.
3. Dependencia psicológica
El uso habitual del chupete puede llevar a que los bebés desarrollen una fuerte dependencia psicológica hacia este objeto. Si bien es comprensible que los bebés utilicen el chupete para calmarse, existe el riesgo de que se convierta en un hábito difícil de romper más adelante. La retirada del chupete puede convertirse en un proceso angustioso tanto para el niño como para los padres, especialmente si el bebé lo utiliza como principal mecanismo de consuelo.
4. Mayor riesgo de infecciones
El chupete puede convertirse en un vehículo para la proliferación de bacterias, hongos y virus si no se limpia adecuadamente. Los bebés pequeños tienen un sistema inmunológico inmaduro, lo que los hace más susceptibles a infecciones como la candidiasis oral (conocida como «muguet») y las infecciones del oído medio. Algunos estudios han mostrado una correlación entre el uso prolongado del chupete y un aumento en la incidencia de infecciones del oído medio en bebés y niños pequeños.
Para minimizar este riesgo, los chupetes deben limpiarse y esterilizarse regularmente, y los padres deben estar atentos a cualquier señal de infección en la boca o el oído del bebé.
Recomendaciones para un uso seguro
Si bien el uso del chupete tiene tanto beneficios como riesgos, su impacto en el bebé dependerá en gran medida de cómo y cuándo se utilice. A continuación, se presentan algunas recomendaciones para un uso seguro y adecuado:
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Esperar hasta que la lactancia esté bien establecida: Si estás amamantando, es recomendable esperar al menos tres o cuatro semanas antes de introducir el chupete. De esta manera, te aseguras de que el bebé haya aprendido a succionar correctamente el pecho.
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Limitar el uso del chupete: El chupete debe ofrecerse principalmente para ayudar al bebé a calmarse y conciliar el sueño, pero no debe convertirse en una herramienta de uso constante. Limitar su uso durante el día puede ayudar a prevenir la dependencia.
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Mantener el chupete limpio: Lava y esteriliza el chupete con regularidad para evitar la acumulación de bacterias y reducir el riesgo de infecciones. Reemplaza el chupete cuando esté desgastado o dañado.
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Retirar gradualmente a partir del primer año: Muchos expertos recomiendan comenzar a retirar el chupete entre los 12 y 24 meses para evitar problemas dentales y dependencia psicológica. Este proceso debe ser gradual y respetar el ritmo del niño para evitar episodios de ansiedad o estrés.
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Ofrecer el chupete solo durante el sueño: Limitar el uso del chupete a los momentos de sueño puede maximizar sus beneficios (como la reducción del riesgo de SMSL) y minimizar los posibles efectos adversos.
Conclusión
El chupete, como cualquier herramienta de crianza, tiene sus beneficios y riesgos. Puede ser un aliado valioso para calmar y consolar a los bebés, ayudando a reducir el riesgo de SMSL y facilitando el sueño. Sin embargo, su uso indebido o prolongado puede interferir con la lactancia, causar problemas dentales y aumentar el riesgo de infecciones.
Como padres, es fundamental estar informados sobre las mejores prácticas y seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud. Con un uso adecuado y responsable, la lahaíta puede ser una herramienta útil en el cuidado del bebé, siempre y cuando se retiren a tiempo y se mantengan hábitos de higiene adecuados.
Beneficio | Explicación |
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Reducción del SMSL | El chupete durante el sueño reduce el riesgo de muerte súbita. |
Calma y consuelo | Ayuda a calmar al bebé y proporciona seguridad emocional. |
Evita el hábito de chuparse el dedo | Es más fácil retirar el chupete que modificar este comportamiento. |
Facilita el sueño | Los bebés concilian el sueño más rápido con el chupete. |