El Tercer Ley de Newton, conocida también como la Ley de Acción y Reacción, es uno de los principios fundamentales de la física clásica formulado por Sir Isaac Newton en el siglo XVII. Esta ley establece que «a toda acción siempre se opone una reacción igual en magnitud pero en dirección opuesta». En términos más simples, cuando un objeto ejerce una fuerza sobre otro objeto, el segundo objeto simultáneamente ejerce una fuerza de igual magnitud y dirección contraria sobre el primero.
Formulación y Significado
La formulación matemática de esta ley es fundamental en la mecánica newtoniana y se expresa como:
FAB=−FBA
donde FAB es la fuerza que el objeto A ejerce sobre el objeto B, y FBA es la fuerza que el objeto B ejerce sobre el objeto A. La importancia de esta ley radica en su capacidad para explicar numerosos fenómenos físicos, desde el movimiento de los cuerpos en el espacio hasta la interacción entre partículas subatómicas.
Ejemplos Cotidianos
Para comprender mejor la Ley de Acción y Reacción, consideremos algunos ejemplos cotidianos:
-
Camina sobre el suelo: Cuando caminas sobre una superficie, tus pies aplican una fuerza hacia abajo sobre el suelo. El suelo, a su vez, ejerce una fuerza igual y opuesta hacia arriba sobre tus pies, lo que te permite avanzar.
-
Empuje de un barco: Cuando un barco empuja el agua hacia atrás con sus hélices, el agua ejerce una fuerza hacia adelante sobre el barco, permitiéndole moverse en la dirección deseada.
-
Lanzamiento de cohetes: Los cohetes expulsan gases a alta velocidad hacia atrás. Según la Tercera Ley de Newton, estos gases ejercen una fuerza hacia adelante sobre el cohete, impulsándolo en la dirección opuesta.
Aplicaciones en la Ingeniería y la Astronáutica
La Ley de Acción y Reacción es crucial en el diseño de sistemas de propulsión, como motores de cohetes y aviones. Por ejemplo, en la propulsión de cohetes, los motores expulsan gases a alta velocidad hacia atrás, generando una fuerza de reacción hacia adelante que impulsa al cohete hacia el espacio. Esta aplicación es fundamental para entender cómo los vehículos espaciales pueden alcanzar velocidades extremadamente altas y escapar de la gravedad terrestre.
Críticas y Ampliaciones
Aunque la Tercera Ley de Newton es ampliamente aceptada y validada experimentalmente, existen contextos en los cuales puede parecer que no se cumple. Por ejemplo, cuando uno empuja un objeto pesado sobre una superficie rugosa, la fricción puede contrarrestar la acción de la fuerza aplicada, complicando la observación directa de la reacción igual y opuesta.
Además, en la física moderna, especialmente en la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad, las formulaciones de la fuerza y la interacción han evolucionado, pero la esencia de la Ley de Acción y Reacción sigue siendo válida en el ámbito macroscópico y en situaciones donde las velocidades involucradas son significativamente menores que la velocidad de la luz.
Conclusión
En resumen, el Tercer Ley de Newton es uno de los pilares fundamentales de la física clásica y ha sido crucial para el desarrollo de la mecánica y la comprensión de las interacciones entre objetos físicos en el universo observable. Su capacidad para explicar desde el movimiento de los cuerpos en la Tierra hasta el funcionamiento de naves espaciales demuestra su relevancia y aplicabilidad en diversos campos de la ciencia y la ingeniería.