Historia de los países

La Historia de Fez

La fundación de la ciudad de Fez, una de las urbes más antiguas y culturalmente ricas de Marruecos, se remonta a la época del gobierno islámico en la región del Magreb. Este enclave urbano, situado estratégicamente en una fértil llanura al norte de las montañas del Atlas, ha sido testigo de una rica historia que abarca más de un milenio.

Fez, o Fas en árabe, fue establecida en el siglo VIII por Idris I, fundador de la dinastía Idrisí, quien es considerado un importante líder religioso y político en la historia de Marruecos. La elección de este lugar no fue aleatoria, ya que su ubicación ofrecía ventajas geográficas significativas. Estaba cerca de rutas comerciales importantes, lo que facilitaba el intercambio de bienes y conocimientos entre el norte de África y otras regiones del mundo islámico.

Inicialmente, la ciudad de Fez se desarrolló en dos áreas distintas: la actual Fez el-Bali (o Fez antigua) y Fez el-Jdid (o Fez nueva). Fez el-Bali fue el núcleo original de la ciudad, donde se erigieron las primeras mezquitas, madrazas (escuelas religiosas islámicas) y bazares. Esta parte de la ciudad conserva su encanto medieval hasta el día de hoy, con estrechas calles empedradas y arquitectura tradicional.

Con el tiempo, Fez el-Bali se convirtió en un importante centro de aprendizaje y religión en el mundo musulmán. La Universidad de Al-Qarawiyyin, fundada en 859 por Fatima al-Fihri, es considerada la universidad más antigua del mundo en funcionamiento continuo. Durante siglos, atrajo a estudiantes y eruditos de todo el mundo islámico, contribuyendo al prestigio intelectual de Fez.

Por otro lado, Fez el-Jdid fue establecida más tarde, en el siglo XIII, por la dinastía de los Meriníes, que gobernó gran parte del norte de África durante ese período. Esta área de la ciudad se diseñó siguiendo principios urbanísticos más avanzados, con calles más amplias y una planificación más ordenada. Fez el-Jdid albergaba la residencia del sultán y se convirtió en el centro administrativo y político de la ciudad.

La combinación de Fez el-Bali y Fez el-Jdid refleja la rica diversidad cultural e histórica de la ciudad. Durante siglos, Fez fue un importante centro de comercio, artesanía, religión y cultura en el norte de África, atrayendo a personas de diversas procedencias y creencias.

La ciudad experimentó períodos de florecimiento y declive a lo largo de su historia. Durante la Edad Media, alcanzó su apogeo como una de las ciudades más prósperas e influyentes del mundo islámico. Sin embargo, con la llegada de la colonización europea en el siglo XIX, Fez y Marruecos en su conjunto se vieron afectados por la dominación extranjera y la pérdida de autonomía política.

A pesar de estos desafíos, Fez ha mantenido su importancia como centro cultural y espiritual en Marruecos. En 1981, la Medina de Fez el-Bali fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en reconocimiento a su valor histórico y arquitectónico excepcional. La Medina, con sus laberínticas calles y monumentos históricos, sigue siendo uno de los destinos turísticos más populares del país y un testimonio vivo de la rica herencia de Fez.

En resumen, la fundación de Fez en el siglo VIII por Idris I marcó el inicio de una historia fascinante y rica en eventos. Desde sus modestos orígenes como un asentamiento islámico hasta su desarrollo como una próspera metrópoli medieval y su actual estatus como un importante centro cultural, Fez ha dejado una huella indeleble en la historia de Marruecos y del mundo islámico.

Más Informaciones

Claro, profundicemos más en la historia y el desarrollo de la ciudad de Fez a lo largo de los siglos.

Después de su fundación en el siglo VIII, Fez experimentó un período de crecimiento y prosperidad bajo la dinastía Idrisí. Sin embargo, fue durante el dominio de la dinastía Almorávide en el siglo XI cuando la ciudad alcanzó un nuevo nivel de importancia. Los Almorávides, un imperio bereber que se extendía desde el norte de África hasta la península ibérica, convirtieron a Fez en su capital y promovieron la construcción de importantes obras arquitectónicas, incluyendo mezquitas y fortificaciones.

El siglo siguiente vio la llegada de otra dinastía significativa: los Almohades. Estos gobernantes, también de origen bereber, expandieron el imperio y dejaron su marca en la arquitectura de Fez, especialmente en la construcción de la famosa Mezquita de los Andaluces. Sin embargo, el apogeo de Fez como centro político e intelectual llegó durante el reinado de la dinastía Meriní en el siglo XIII.

Los Meriníes, una dinastía de origen bereber que gobernó Marruecos y partes del norte de África desde su capital en Fez, transformaron la ciudad en una metrópoli aún más impresionante. Fundaron Fez el-Jdid como una extensión planificada de la ciudad, con palacios, mezquitas y jardines ornamentados. Bajo su reinado, Fez se convirtió en un centro de intercambio cultural y comercial entre África, Europa y el mundo islámico.

Durante los siglos siguientes, Fez continuó siendo un importante centro de aprendizaje y religión. La Universidad de Al-Qarawiyyin, fundada en el siglo IX, se convirtió en un faro de conocimiento islámico y atrajo a estudiantes y eruditos de todo el mundo musulmán. La ciudad también fue un importante centro de producción artesanal, especialmente en la fabricación de cerámica, tejidos y cuero.

Con la llegada de la era moderna, Fez enfrentó nuevos desafíos y cambios. Durante el dominio colonial francés en Marruecos, la ciudad perdió parte de su autonomía política y económica. Sin embargo, la resistencia y la identidad cultural de Fez se mantuvieron firmes, y la ciudad continuó siendo un importante centro cultural y espiritual en el país.

En la época contemporánea, Fez ha experimentado un renacimiento cultural y turístico. La Medina, con sus laberínticas calles y monumentos históricos, atrae a visitantes de todo el mundo interesados en explorar su rica herencia. Además, la ciudad se ha adaptado a los tiempos modernos con la expansión de infraestructuras turísticas y la promoción de festivales culturales y eventos.

Hoy en día, Fez sigue siendo un crisol de historia, cultura y tradición en Marruecos. Su distinción como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ha contribuido a preservar su rica herencia para las generaciones futuras, mientras que su vibrante vida urbana refleja su capacidad de adaptación y renovación. En resumen, la ciudad de Fez continúa siendo un tesoro invaluable en el corazón de Marruecos, recordando su glorioso pasado mientras mira hacia un futuro lleno de promesas.

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