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La Convención de Sykes-Picot

La Convención de Sykes-Picot, también conocida como el Acuerdo Sykes-Picot, fue un acuerdo secreto firmado el 16 de mayo de 1916 entre el Reino Unido y Francia, con el consentimiento de la entonces Rusia zarista. Este acuerdo fue elaborado durante la Primera Guerra Mundial y tuvo un impacto significativo en la configuración del Medio Oriente moderno.

El propósito principal de la Convención de Sykes-Picot era establecer zonas de influencia y control entre el Reino Unido y Francia en el Medio Oriente, en caso de que los aliados salieran victoriosos de la guerra. Este acuerdo se llevó a cabo en un contexto en el que el Imperio Otomano, que controlaba gran parte de la región, estaba en declive y los poderes europeos buscaban asegurar su control sobre los territorios otomanos una vez finalizada la guerra.

Según los términos del acuerdo, se propuso dividir los territorios árabes del Imperio Otomano en varias zonas de influencia. Francia obtendría el control de lo que hoy son Siria y Líbano, así como partes del sureste de Turquía y de la región norte de Irak. Por su parte, el Reino Unido recibiría el control de Palestina, Transjordania (ahora Jordania) y el sur de Irak, incluida la región petrolera de Basora.

Sin embargo, la implementación completa del acuerdo se vio obstaculizada por una serie de factores, entre ellos, el surgimiento del nacionalismo árabe y la creciente presión de Estados Unidos, que abogaba por la autodeterminación de los pueblos. Además, la Revolución Rusa de 1917 y la retirada de Rusia de la guerra llevaron a cambios en el equilibrio de poder y a nuevas negociaciones sobre el futuro de la región.

A pesar de estos desafíos, el espíritu del acuerdo Sykes-Picot influyó en la posterior división y control del Medio Oriente por parte de las potencias coloniales europeas. Los territorios de la región fueron divididos en mandatos bajo el control de la Sociedad de Naciones, precursora de las Naciones Unidas, con Francia y el Reino Unido como administradores principales.

La implementación de estos mandatos llevó a la creación de nuevos estados en el Medio Oriente, con fronteras artificiales que no siempre reflejaban las divisiones étnicas, religiosas o culturales de la región. Esto contribuyó a tensiones étnicas y políticas que persisten hasta el día de hoy.

La Convención de Sykes-Picot ha sido objeto de críticas por parte de muchos en el Medio Oriente y más allá, ya que se percibe como un ejemplo de intervención extranjera y de división arbitraria de territorios que ha tenido consecuencias duraderas para la región. Muchos consideran que este acuerdo sentó las bases para conflictos posteriores y para la inestabilidad política en el Medio Oriente. En resumen, la Convención de Sykes-Picot es vista como un símbolo del legado colonial en la región y de las decisiones que han dado forma al mapa geopolítico del Medio Oriente moderno.

Más Informaciones

La Convención de Sykes-Picot fue solo una parte de un complejo entramado de acuerdos y compromisos entre las potencias europeas durante la Primera Guerra Mundial. Este periodo estuvo marcado por una intensa competencia imperialista, donde las potencias buscaban asegurar sus intereses estratégicos y económicos en diferentes regiones del mundo, incluido el Medio Oriente.

Uno de los principales impulsores detrás de la Convención de Sykes-Picot fue el deseo del Reino Unido y Francia de asegurar el control sobre las rutas comerciales y los recursos naturales en el Medio Oriente, particularmente el petróleo. El petróleo estaba emergiendo como una fuente de energía crucial, y los británicos, en particular, estaban interesados ​​en garantizar el acceso a las reservas petroleras de la región para mantener su supremacía naval y su ventaja militar.

Además del acuerdo Sykes-Picot, hubo otros compromisos y promesas que influyeron en la configuración del Medio Oriente. Por ejemplo, la Declaración Balfour de 1917, en la que el Reino Unido expresó su apoyo a la creación de un «hogar nacional judío» en Palestina, tuvo un impacto significativo en el futuro de la región y contribuyó a las tensiones entre las comunidades árabe y judía.

La Revolución Rusa de 1917 y la posterior retirada de Rusia de la guerra también alteraron el equilibrio de poder en la región y llevaron a nuevas negociaciones entre las potencias aliadas sobre el futuro del Medio Oriente. Los británicos, en particular, se encontraron en una posición más dominante después de la retirada de Rusia, lo que les permitió ejercer una mayor influencia en la región.

La implementación de los términos de la Convención de Sykes-Picot se vio obstaculizada por una serie de factores, incluido el surgimiento del nacionalismo árabe y el deseo de autodeterminación de los pueblos de la región. Estos movimientos nacionalistas desafiaron la legitimidad de los acuerdos coloniales y buscaron la independencia de las potencias europeas.

Uno de los líderes prominentes del nacionalismo árabe fue el príncipe Faisal, hijo del líder árabe Sharif Hussein de La Meca. Faisal y otros líderes árabes buscaron el apoyo de las potencias aliadas para la creación de un Estado árabe unificado en el Levante, que incluiría los territorios que estaban bajo control otomano.

Sin embargo, las promesas hechas a los líderes árabes durante la guerra no se cumplieron completamente, y las potencias europeas continuaron ejerciendo su influencia en la región a través de la creación de mandatos bajo el control de la Sociedad de Naciones. Estos mandatos dividieron artificialmente la región y dieron lugar a la creación de nuevos estados, como Irak, Siria y Líbano, con fronteras trazadas en gran medida por intereses coloniales más que por consideraciones étnicas o culturales.

La división del Medio Oriente según los términos de la Convención de Sykes-Picot y otros acuerdos coloniales ha tenido consecuencias duraderas para la región. Las fronteras artificiales han contribuido a conflictos étnicos y políticos, así como a la inestabilidad en toda la región. Además, la presencia de potencias extranjeras y la interferencia en los asuntos internos de los países del Medio Oriente han alimentado el resentimiento y la desconfianza hacia Occidente en la región.

En resumen, la Convención de Sykes-Picot fue un acuerdo emblemático que influyó en la configuración del Medio Oriente moderno, pero debe entenderse dentro del contexto más amplio de la Primera Guerra Mundial y la competencia imperialista de la época. Su legado continúa siendo objeto de debate y análisis en el estudio de la historia y la política de la región.

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