El término «Baitul Maqdis», traducido como «la Casa Santa», generalmente se refiere a la mezquita Al-Aqsa y sus alrededores en Jerusalén. La historia de este lugar es profundamente arraigada en la religión islámica y tiene implicaciones históricas y religiosas significativas.
La fecha de la fundación de Al-Aqsa no se puede establecer con precisión, ya que ha experimentado numerosas reconstrucciones y modificaciones a lo largo de los siglos. Sin embargo, se considera que el área ha sido un lugar de culto desde la antigüedad. La tradición islámica sostiene que la mezquita fue la segunda casa de oración construida en la Tierra después de la Kaaba en La Meca.
Históricamente, en el año 637 d.C., durante el califato del segundo califa musulmán, Omar ibn al-Jattab, Jerusalén fue conquistada por los musulmanes. Según las crónicas, Omar visitó Jerusalén y, después de inspeccionar el lugar, decidió construir una mezquita en el lugar del Templo de Salomón, que había sido destruido siglos antes. Esta mezquita, conocida como la mezquita Al-Aqsa, se convirtió en un importante centro religioso y cultural para los musulmanes.
El área alrededor de la mezquita Al-Aqsa, incluido el Domo de la Roca, también es de importancia significativa para los musulmanes. El Domo de la Roca, construido en el siglo VII, es conocido por albergar la Roca Sagrada, el lugar desde el cual se cree que el Profeta Mahoma ascendió al cielo en su Viaje Nocturno.
El control político y religioso de Jerusalén, incluido Baitul Maqdis, ha sido objeto de disputa durante siglos entre diferentes imperios y potencias regionales. Desde la conquista musulmana inicial, Jerusalén ha pasado por períodos de dominación musulmana, cristiana y judía.
En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, Israel capturó Jerusalén Oriental, incluida la Ciudad Vieja y el área de Baitul Maqdis, de Jordania. Desde entonces, Israel ha ejercido control sobre la ciudad en su conjunto, aunque la soberanía sobre Jerusalén Oriental, donde se encuentra Baitul Maqdis, es objeto de disputa internacional y no está reconocida por gran parte de la comunidad internacional, que considera que Jerusalén Oriental es territorio ocupado.
La cuestión de Jerusalén, incluido Baitul Maqdis, sigue siendo uno de los problemas más complejos y delicados en el conflicto israelí-palestino y en la geopolítica de Oriente Medio en general. Las tensiones y los enfrentamientos han surgido repetidamente en torno a la gestión y el control de este lugar sagrado para musulmanes, judíos y cristianos. Las negociaciones de paz han abordado la cuestión de Jerusalén y Baitul Maqdis como parte de un posible acuerdo de dos estados entre Israel y Palestina, pero hasta la fecha, no se ha alcanzado una solución definitiva.
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Por supuesto, profundicemos más en la historia y la importancia de Baitul Maqdis, también conocido como Al-Aqsa, desde diferentes perspectivas históricas, religiosas y geopolíticas.
Desde una perspectiva histórica, el área que alberga Baitul Maqdis ha sido un centro de culto y actividad humana durante milenios. Jerusalén, la ciudad en la que se encuentra, tiene una historia rica y compleja que se remonta a miles de años atrás. En la antigüedad, Jerusalén fue la capital del Reino de Israel bajo el reinado de David y Salomón, y albergó el Templo de Salomón, considerado el centro religioso del judaísmo en ese momento.
El Templo de Salomón fue destruido por los babilonios en el año 586 a.C., y los judíos fueron exiliados de Jerusalén. Más tarde, durante la época del Segundo Templo, construido después del regreso de los judíos del exilio babilónico, Jerusalén volvió a ser un importante centro religioso y cultural. Sin embargo, en el año 70 d.C., el Segundo Templo fue destruido por los romanos, marcando un período de exilio y dispersión del pueblo judío.
Para los musulmanes, Jerusalén tiene un significado especial como el tercer lugar más sagrado del islam, después de La Meca y Medina. El Corán hace referencia a la «mezquita más lejana» (Al-Aqsa) en varias ocasiones, y los musulmanes creen que el Profeta Mahoma realizó su Viaje Nocturno desde La Meca a Jerusalén y ascendió al cielo desde el lugar donde ahora se encuentra el Domo de la Roca.
Desde una perspectiva religiosa, tanto para judíos como para musulmanes, Jerusalén es un lugar de profundo significado espiritual y simbólico. La presencia de Baitul Maqdis, con la mezquita Al-Aqsa y el Domo de la Roca, representa la conexión histórica y religiosa de ambas religiones con la ciudad y su importancia como centro de adoración y peregrinación.
Sin embargo, la importancia religiosa de Jerusalén también ha sido una fuente de conflicto. Durante siglos, diferentes imperios y poderes políticos han luchado por el control de la ciudad, y las tensiones entre las comunidades judía, musulmana y cristiana han dado lugar a conflictos y enfrentamientos.
Desde una perspectiva geopolítica, la cuestión de Jerusalén, incluido Baitul Maqdis, es uno de los problemas más complejos y delicados en el conflicto israelí-palestino. Después de la guerra árabe-israelí de 1948, Jerusalén quedó dividida entre Israel en el oeste y Jordania en el este, con Baitul Maqdis bajo control jordano. Sin embargo, durante la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel capturó Jerusalén Oriental, incluida la Ciudad Vieja y Baitul Maqdis, y desde entonces ha ejercido control sobre toda la ciudad.
La soberanía sobre Jerusalén, especialmente Jerusalén Oriental, donde se encuentra Baitul Maqdis, es objeto de disputa internacional. La comunidad internacional, incluida la ONU, no reconoce la soberanía de Israel sobre Jerusalén Oriental y considera que la Ciudad Santa está bajo ocupación. Las negociaciones de paz entre Israel y Palestina han abordado la cuestión de Jerusalén como parte de un posible acuerdo de dos estados, pero hasta la fecha, no se ha alcanzado una solución definitiva.
En resumen, Baitul Maqdis, también conocido como Al-Aqsa, es un lugar de profundo significado histórico, religioso y geopolítico en Jerusalén. Su historia está entrelazada con la historia del judaísmo, el cristianismo y el islam, y su control político y religioso ha sido objeto de disputa durante siglos. La cuestión de Jerusalén sigue siendo uno de los problemas más difíciles de resolver en el conflicto israelí-palestino y en la geopolítica de Oriente Medio.