Coches

Honda Civic CRX 1988-1993

Honda Civic CRX 1988-1993: La Revolución del Pocket-Rocket

El Honda Civic CRX, lanzado entre 1988 y 1993, marcó un antes y un después en la historia de los autos compactos deportivos. Aunque en apariencia era un vehículo pequeño y relativamente simple, su impacto en el mundo de los automóviles fue significativo, sobre todo porque se posicionó como una de las opciones más atractivas para los amantes de los vehículos ligeros y rápidos. Con una filosofía que priorizaba la agilidad, la eficiencia y el rendimiento, el CRX se convirtió en un referente dentro del segmento de los hot-hatches.

Un Diseño Inconfundible

El Honda Civic CRX se basaba en la misma plataforma que el Honda Civic, pero más allá de la similitud en el nombre, era un coche completamente diferente. Su carrocería hatchback de dos puertas y su diseño compacto lo hacían fácil de reconocer. Con una longitud de menos de 150 pulgadas (3.8 metros) y una altura de solo 50 pulgadas (1.27 metros), el CRX era un automóvil bajo, ágil y con una presencia dinámica. La parte delantera del coche contaba con un capó corto y un parabrisas inclinado, mientras que la parte trasera se caracterizaba por una línea de techo en caída que culminaba en un portón trasero que integraba una ventana trasera grande y bien delineada.

Una de las principales características de la versión de 1988 fue la incorporación de un panel de vidrio vertical adicional, que mejoraba la visibilidad trasera, un detalle que no estaba presente en su predecesor. Este diseño innovador no solo mejoraba la estética del automóvil, sino que también lo hacía más funcional, pues aumentaba la visibilidad, algo crucial para un coche con un diseño tan pequeño.

Interior: Funcionalidad y Minimalismo

Al ingresar al interior del Honda Civic CRX, uno se encontraba con un ambiente espartano pero eficiente. Los asientos delanteros estaban montados muy bajos, lo que ayudaba a dar una sensación de deportividad y control, especialmente para los conductores que apreciaban un manejo más conectado con el vehículo. La configuración de dos plazas traseras, aunque teóricamente aptas para pasajeros, estaba más orientada a ofrecer espacio para equipaje o una mascota pequeña, debido a lo reducidas que eran. A pesar de esto, el respaldo del asiento trasero podía plegarse, lo que ofrecía un espacio útil para aumentar la capacidad de carga.

El maletero, como era de esperar en un coche de estas dimensiones, no era grande. Sin embargo, Honda lo aprovechó al máximo, integrando una rueda de repuesto de tamaño reducido para maximizar el espacio disponible. En resumen, el CRX era un coche pensado para aquellos que no necesitaban mucho espacio, pero sí querían un automóvil ágil y con una gran capacidad de respuesta.

Tecnología de Suspensión y Rendimiento

Uno de los elementos más destacados del Honda Civic CRX era su plataforma técnica. En lugar de conformarse con una suspensión convencional, el CRX contaba con una suspensión independiente en las cuatro ruedas, lo que le otorgaba una excelente estabilidad y maniobrabilidad, especialmente en curvas. La suspensión de doble horquilla en cada esquina y los frenos de disco en los modelos de alta gama eran detalles que lo diferenciaban de otros competidores del segmento.

El CRX estaba disponible con varias opciones de motorización. En términos generales, Honda ofreció tres opciones de motor, cada una pensada para satisfacer diferentes necesidades de los conductores: un motor económico para aquellos que priorizaban la eficiencia de combustible, un motor intermedio para quienes buscaban un balance entre rendimiento y ahorro, y un motor de 1.6 litros con tecnología VTEC (Variable Valve Timing and Lift Electronic Control), que ofrecía 102 caballos de fuerza a 5,750 rpm. Este motor, con una potencia sorprendente de 100 hp por cada litro de desplazamiento, representaba el alma deportiva del CRX.

Para el mercado estadounidense, este motor se deshizo de 10 caballos de fuerza adicionales debido a las limitaciones del combustible de menor calidad disponible en ese país. Sin embargo, a pesar de esta reducción de potencia, el CRX seguía ofreciendo una experiencia de conducción impresionante, gracias a su motor naturalmente aspirado y a su bajo peso, lo que le permitía acelerar de manera sorprendente.

Motor y Especificaciones Técnicas

El modelo básico del CRX, con su motorización de 1.5 litros y cinco marchas, producía 75 kW (102 HP) a 5,750 rpm y un par motor de 130 Nm (96 lb-ft) a 4,500 rpm. Este motor, aunque no tan potente como las versiones más deportivas, seguía ofreciendo un rendimiento más que adecuado para los conductores que no necesariamente buscaban un automóvil de altas prestaciones, pero sí uno que fuera rápido, económico y fiable. Con una velocidad máxima de 112 mph (180 km/h), el CRX podía ser una opción viable para aquellos que querían disfrutar de la conducción sin necesidad de un motor sobrealimentado.

El Honda Civic CRX tenía una distancia entre ejes de 2301 mm (90.6 pulgadas), lo que contribuía a su agilidad y estabilidad en las carreteras. El ancho de la pista era de 1450 mm en la parte delantera y de 1461 mm en la parte trasera, mientras que la carga útil del maletero era de 195 litros (6.9 cuft). Esta configuración proporcionaba una experiencia de conducción precisa y controlada, especialmente en las versiones de gama alta con los frenos de disco en las cuatro ruedas.

Impacto y Legado

El Honda Civic CRX no fue solo un coche pequeño y rápido; fue una demostración de cómo la ingeniería japonesa podía crear vehículos divertidos y accesibles. A lo largo de los años, el CRX desarrolló una base de seguidores leales que lo veían no solo como un automóvil de rendimiento, sino también como una excelente plataforma para modificaciones. Su ligereza y diseño compacto lo hacían ideal para los entusiastas del tuning y las carreras callejeras.

El modelo de 1988 a 1993 no solo dejó una huella en el mercado de los automóviles compactos deportivos, sino que también sentó las bases para lo que sería la evolución de los hot-hatches y otros vehículos compactos de alto rendimiento en los años siguientes. Su popularidad en los mercados europeos y norteamericanos se debió a su equilibrio entre precio, eficiencia de combustible y rendimiento, y aún hoy en día se le sigue considerando un clásico entre los autos compactos.

En resumen, el Honda Civic CRX de 1988-1993 es un ejemplo perfecto de cómo un coche pequeño puede tener un gran impacto. A pesar de no contar con grandes motores sobrealimentados ni con una enorme cantidad de potencia, el CRX consiguió un equilibrio perfecto entre diversión, economía y rendimiento, convirtiéndose en uno de los coches más icónicos de su época.

Botón volver arriba