Historia de los países

Historia Antigua de Jordania

El territorio que ahora conocemos como Jordania ha sido habitado desde tiempos prehistóricos. Los registros arqueológicos revelan evidencia de asentamientos humanos que datan de hace más de 10,000 años. Durante la Edad de Piedra, diversas culturas neolíticas florecieron en esta región, dejando tras de sí herramientas de piedra, cerámica y arte rupestre como testimonio de su existencia.

Uno de los períodos más destacados en la historia antigua de Jordania es la Edad del Bronce, cuando la región estaba habitada por varios pueblos, incluidos los amorreos, los edomitas y los moabitas. La región también estuvo influenciada por las grandes civilizaciones vecinas, como la egipcia, la mesopotámica y la hitita.

Durante el primer milenio antes de Cristo, la región fue testigo de la expansión y declive de varios imperios, como el asirio, el babilónico y el persa. Estos imperios conquistaron y gobernaron partes de lo que ahora es Jordania, influyendo en su cultura y sociedad.

En el siglo IV a.C., Alejandro Magno conquistó la región, introduciendo la cultura helenística y dejando una marca duradera en la historia y la arquitectura de Jordania. Después de la muerte de Alejandro, la región pasó a formar parte del Imperio Seléucida y luego del Imperio Ptolemaico, antes de ser conquistada por los nabateos.

Los nabateos, una tribu árabe, establecieron su capital en Petra, una ciudad tallada en la roca que se convirtió en un importante centro comercial en la región. Durante su apogeo en los siglos I a.C. y I d.C., los nabateos controlaron rutas comerciales importantes que conectaban Arabia, Egipto y el Levante.

En el año 106 d.C., el Imperio Romano anexó la región y la incorporó a la provincia de Arabia. Durante la dominación romana, se construyeron numerosos monumentos y ciudades, y el cristianismo comenzó a extenderse en la región.

En el siglo VII, el Islam se extendió por la región, y Jordania pasó a formar parte del califato islámico. Durante el período omeya, la ciudad de Amán se convirtió en un importante centro administrativo y militar.

En los siglos siguientes, la región fue gobernada por varios imperios islámicos, incluidos los abasíes, los fatimíes y los ayubíes. Durante las Cruzadas, la región fue testigo de conflictos entre cristianos y musulmanes por el control de Tierra Santa.

En el siglo XVI, la región pasó a formar parte del Imperio Otomano, que gobernó durante varios siglos hasta su colapso al final de la Primera Guerra Mundial.

Tras la caída del Imperio Otomano, la región de Jordania pasó a formar parte del Mandato Británico de Palestina, establecido por la Sociedad de Naciones en 1922. Durante este período, hubo un crecimiento del nacionalismo árabe y palestino en la región, así como tensiones entre las comunidades árabe y judía.

En 1946, Jordania obtuvo su independencia del Reino Unido, convirtiéndose en un reino independiente con el nombre de Transjordania, bajo el reinado del rey Abdullah I. Más tarde, en 1950, el país fue rebautizado como el Reino Hachemita de Jordania, en honor a la dinastía Hachemita que ha gobernado el país desde entonces.

Desde su independencia, Jordania ha enfrentado numerosos desafíos, incluidos conflictos regionales, tensiones internas y problemas económicos. Sin embargo, ha logrado mantener la estabilidad en medio de una región marcada por la inestabilidad y los conflictos. Hoy en día, Jordania es conocida por su rica historia, su patrimonio cultural y sus esfuerzos por promover la paz y la estabilidad en Oriente Medio.

Más Informaciones

Por supuesto, profundicemos más en la historia pre-hachemita de Jordania.

Durante la Edad del Bronce (aproximadamente entre 3300 y 1200 a.C.), varias civilizaciones y pueblos habitaron la región que ahora es Jordania. Entre ellos se encontraban los amorreos, un pueblo semítico que se estableció en varias partes de la región, incluida la ciudad de Amán. Los amorreos eran conocidos por su habilidad en la metalurgia y la artesanía, y jugaron un papel importante en la historia temprana de la región.

Otro grupo significativo en la antigua Jordania fueron los edomitas, que se establecieron en el sur del país, en la región montañosa de Edom, alrededor del siglo VIII a.C. Los edomitas eran un pueblo semítico que se dedicaba principalmente a la ganadería y la agricultura. Su territorio incluía importantes rutas comerciales que conectaban Arabia con el Levante y Egipto, lo que les permitía controlar el comercio en la región.

Los moabitas fueron otro pueblo importante en la antigua Jordania, estableciéndose al este del río Jordán, en la región que ahora es conocida como el este de Jordania y parte del oeste de Arabia Saudita. Los moabitas eran semitas y estaban estrechamente relacionados con los israelitas y los edomitas. Su territorio también estaba en una posición estratégica en las rutas comerciales entre Arabia y el Levante.

Durante el período persa (siglos VI-IV a.C.), la región de Jordania estuvo bajo el dominio del Imperio Aqueménida, que gobernaba un vasto territorio desde Persia hasta Egipto. Durante este tiempo, la región experimentó un período de estabilidad y prosperidad, con la construcción de carreteras y la promoción del comercio.

Con la conquista de Alejandro Magno en el siglo IV a.C., la región de Jordania pasó a formar parte del Imperio Macedonio y luego del Imperio Seléucida, que controlaba gran parte del Medio Oriente después de la muerte de Alejandro. Bajo el dominio seléucida, la región experimentó un período de helenización, con la introducción de la cultura griega y la construcción de ciudades al estilo griego.

Sin embargo, en el siglo II a.C., los nabateos emergieron como una fuerza poderosa en la región, estableciendo un reino independiente con Petra como su capital. Los nabateos eran árabes nómadas que se asentaron en la región y construyeron una próspera civilización basada en el comercio y la agricultura. Petra se convirtió en un importante centro comercial y cultural, con impresionantes monumentos tallados en la roca que todavía se conservan hoy en día.

En el año 106 d.C., los romanos anexaron la región de Jordania y la incorporaron a la provincia de Arabia. Durante la dominación romana, se construyeron numerosos monumentos y ciudades, y el cristianismo comenzó a extenderse en la región, especialmente después de la conversión del emperador Constantino en el siglo IV d.C.

La llegada del islam en el siglo VII trajo consigo importantes cambios a la región de Jordania. Durante el período omeya, la región floreció como parte del califato islámico, con la construcción de ciudades y la promoción del comercio y la cultura. Amán se convirtió en un importante centro administrativo y militar durante este tiempo.

En resumen, la historia pre-hachemita de Jordania está marcada por la presencia de varias civilizaciones y pueblos, desde los amorreos y edomitas hasta los nabateos y romanos. Estos pueblos dejaron una profunda huella en la región, que se refleja en su rica historia y patrimonio cultural.

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