El salto largo, una de las disciplinas más fascinantes del atletismo, combina potencia, técnica y precisión para alcanzar distancias impresionantes. Este deporte, parte integral de los Juegos Olímpicos modernos desde su reinstauración en 1896, ha evolucionado significativamente en términos de técnica y rendimiento.
Historia del Salto Largo
El salto largo tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde los atletas competían en lo que se conocía como el «salto largo» en los Juegos Olímpicos antiguos. Sin embargo, su práctica moderna se consolidó en el siglo XIX, cuando comenzaron a formalizarse las reglas y técnicas de la disciplina.
Reglas Básicas
Las reglas fundamentales del salto largo son simples pero cruciales para asegurar la validez y seguridad de las marcas alcanzadas por los atletas:
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Despegue: El atleta debe despegar desde una tabla de batida, generalmente fabricada de plástico o madera. Esta tabla marca el punto desde donde comienza el salto.
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Línea de batida: Es la línea de aproximación que los atletas no deben sobrepasar antes de realizar el salto. Es esencial para garantizar que el intento sea válido.
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Aterrizaje: El salto debe ser medido desde el borde más cercano de la marca dejada por el atleta en la arena hasta la línea más cercana trazada perpendicularmente a la línea de aproximación desde el borde de la tabla de batida.