La superficie de Arabia Saudita, un país situado en la península arábiga en el suroeste de Asia, es de aproximadamente 2,15 millones de kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en el país más grande del Medio Oriente y el décimo segundo a nivel mundial en términos de área total. Esta vasta extensión territorial abarca una diversidad de paisajes, que incluyen desiertos extensos, montañas y costas que se extienden a lo largo de dos mares, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico.
Arabia Saudita se encuentra en la región árida de la península arábiga, y su geografía está dominada principalmente por desiertos, siendo el desierto de Rub al-Jali, también conocido como el «Empty Quarter» o «Cuarto Vacío», uno de los desiertos de arena más grandes del mundo. Este desierto cubre una vasta área en el sureste del país y es famoso por sus dunas de arena que se extienden hasta donde alcanza la vista, y sus condiciones extremas de calor y sequedad.
La geografía saudita también incluye la cordillera de Hejaz, que se extiende a lo largo de la costa occidental del país, y el Macizo de Asir en el suroeste, que alberga las montañas más altas de Arabia Saudita, con picos que pueden superar los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Este relieve montañoso se caracteriza por sus tierras más fértiles y su clima relativamente más templado en comparación con el resto del país.
En el norte del país, se encuentran las regiones desérticas del Néguev y el desierto de An-Nafud. Al noreste, la región de Al-Hasa es una zona de oasis que ha sido históricamente importante para la agricultura y el abastecimiento de agua en un entorno predominantemente árido. En contraste, la región costera del este de Arabia Saudita es rica en recursos minerales y petróleo, lo que ha contribuido significativamente al desarrollo económico del país.
Arabia Saudita tiene un clima desértico caracterizado por temperaturas extremadamente altas durante el verano y temperaturas más frescas durante el invierno. Las precipitaciones son escasas en la mayor parte del país, con algunas regiones recibiendo menos de 100 milímetros de lluvia al año. Esta aridez ha llevado a la construcción de sistemas avanzados de riego y la explotación de acuíferos subterráneos para apoyar la agricultura y el suministro de agua en las zonas habitadas.
El país está subdividido en varias provincias, cada una con sus características geográficas y climáticas particulares. Entre las provincias más notables se encuentran Riad, la capital del país, situada en el centro; Jeddah, un importante puerto en la costa del Mar Rojo; y Dhahran, ubicada en la región oriental cerca del Golfo Pérsico, que es crucial para la industria petrolera.
En términos de acceso a los recursos naturales, Arabia Saudita se destaca por sus vastas reservas de petróleo, que han sido una piedra angular de su economía y desarrollo. El descubrimiento de petróleo en la década de 1930 y la posterior explotación de estos recursos han transformado al país, posicionándolo como uno de los principales exportadores de petróleo del mundo. Las reservas de petróleo están principalmente ubicadas en la región oriental del país, en áreas como la cuenca de Ghawar, que es una de las reservas más grandes y productivas del mundo.
El impacto de la explotación de petróleo ha llevado a un rápido crecimiento urbano y desarrollo en áreas clave, con ciudades como Riad y Jeddah experimentando un desarrollo significativo en infraestructura, educación y servicios públicos. La modernización y el desarrollo económico han sido impulsados por una política de diversificación económica para reducir la dependencia del petróleo y promover sectores como la industria, el turismo y la tecnología.
Arabia Saudita también posee una rica herencia cultural e histórica, que se refleja en su patrimonio arquitectónico, como los antiguos sitios arqueológicos de Al-Ula, la ciudad de Diriyah y la histórica ciudad de Meca, que es el centro espiritual del Islam y el destino de millones de musulmanes que realizan el Hajj cada año.
En resumen, la extensión territorial de Arabia Saudita, con su vasta superficie desértica, montañas y costas, juega un papel crucial en su identidad nacional y en su posición geopolítica. Su geografía no solo define las características físicas del país, sino que también influye en su economía, cultura y desarrollo.