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Ford Fiesta 1983-1986: Icono Compacto

FORD Fiesta 3 Puertas 1983-1986: Un Clásico del Segmento Compacto

El Ford Fiesta es uno de los modelos más icónicos en la historia de la marca estadounidense, y su evolución a lo largo de las décadas ha marcado tendencias en el segmento de los vehículos compactos. En 1983, Ford lanzó la segunda generación del Fiesta, conocida como la MKII, un modelo que mantuvo el éxito de su predecesor, pero con modificaciones importantes que lo hicieron destacar en un mercado cada vez más competitivo.

Contexto del Lanzamiento del Ford Fiesta MKII

La segunda generación del Ford Fiesta se presentó al mercado en agosto de 1983. En ese momento, el segmento de vehículos pequeños estaba viendo una fuerte competencia. Modelos como el Volkswagen Polo de segunda generación, el Opel Corsa, el Renault 4 y el Citroën Visa ya estaban ocupando el mercado. Esta presión hizo que Ford tuviera que mejorar el Fiesta para seguir siendo uno de los modelos más vendidos en su categoría.

El Fiesta MKII no sufrió una transformación radical en términos de diseño, pero sí se hicieron ajustes clave que lo diferenciaron del modelo anterior y lo hicieron más competitivo. Con un diseño más redondeado y mejoras en la seguridad y la comodidad, el Fiesta MKII rápidamente ganó la preferencia de los conductores, consolidándose como uno de los vehículos más importantes en su segmento.

Cambios en el Diseño Exterior

Una de las características más destacadas del Fiesta MKII fue la modificación de su diseño exterior. Si bien la forma general del vehículo se mantenía, se hicieron importantes mejoras estéticas y funcionales. El frontal del vehículo se redondeó, lo que le otorgó un aspecto más moderno y menos anguloso que su predecesor. La trasera, por su parte, dejó atrás el diseño de la compuerta trasera plana y se adoptó una forma más ergonómica y estilizada.

Un cambio significativo fue la reubicación de las luces de giro. Anteriormente situadas debajo de los faros delanteros, las luces de giro del Fiesta MKII se movieron a los costados del vehículo, lo que mejoró la visibilidad y aumentó la seguridad. Este cambio permitió a los conductores ser más visibles al realizar cambios de carril, lo que resultó ser un detalle apreciado por los conductores de la época.

Además, como parte de las mejoras de seguridad, Ford introdujo un espejo retrovisor del lado del pasajero, lo que era un detalle muy solicitado en los vehículos de esa época. Esta inclusión no solo mejoraba la visibilidad del conductor, sino que también representaba un paso importante en el proceso de hacer que los vehículos pequeños fueran más seguros en las carreteras.

Interiores y Confort

En el interior del Fiesta MKII, los diseñadores de Ford adoptaron un nuevo lenguaje de diseño, más moderno y funcional. El tablero de instrumentos adoptó una forma cuadrada y se extendió sobre la consola central, lo que le dio al vehículo un aire más contemporáneo y organizado. Aunque en esos tiempos Ford no consideraba que una consola central fuera imprescindible en un coche pequeño, el diseño de la cabina del Fiesta era eficiente y práctico para el tipo de vehículo al que pertenecía.

El espacio interior era algo limitado, como es de esperar en un modelo compacto, pero la posibilidad de abatir los asientos traseros para ampliar la capacidad del maletero era una característica que lo hacía más versátil. A pesar de ser un vehículo pequeño, el Fiesta MKII ofrecía suficiente espacio para los ocupantes, lo que lo convertía en una opción atractiva para quienes buscaban un vehículo ágil y práctico para la ciudad, pero con capacidad para realizar algunos viajes cortos.

Motorización y Especificaciones Técnicas

En cuanto a las motorizaciones, el Fiesta MKII ofreció varias opciones para satisfacer las demandas de los conductores. Una de las novedades más destacadas fue la introducción de una versión diésel naturalmente aspirada que se caracterizaba por su eficiencia en el consumo de combustible. Esta versión de motor diésel ofreció una alternativa económica y atractiva para quienes buscaban un vehículo con bajo costo de mantenimiento y una gran autonomía.

El motor más común en esta versión del Fiesta era el de 1.0 litros, con una potencia de 45 caballos de fuerza (33 kW) a 5,750 RPM, lo que permitía al vehículo alcanzar una velocidad máxima de 137 km/h (85.1 mph). El motor L4 de 957 cm³ de desplazamiento estaba alimentado por un carburador, y el sistema de transmisión consistía en una caja de cambios manual de 4 velocidades, lo que proporcionaba un manejo sencillo y eficiente para los conductores.

El Fiesta MKII contaba con tracción delantera, y su sistema de frenos estaba compuesto por discos en la parte delantera y tambores en la parte trasera, lo que resultaba adecuado para un vehículo de su tamaño. Además, el vehículo tenía un peso sin carga de 740 kg (1,631.4 lbs), lo que le permitía ser ágil y fácil de manejar, especialmente en entornos urbanos.

Consumo de Combustible y Eficiencia

Una de las características más valoradas del Fiesta MKII fue su eficiencia en el consumo de combustible. El modelo de 1.0 litros lograba un rendimiento combinado de 6.4 L/100 km (36.8 mpg US), lo que lo convertía en una opción excelente para los conductores que necesitaban un coche económico tanto para viajes urbanos como para trayectos largos en carretera.

Este consumo eficiente se combinaba con un tanque de combustible de 34.1 litros (9.0 galones), lo que proporcionaba una autonomía considerable para el tamaño del vehículo. El Fiesta MKII era, por tanto, un coche accesible no solo en términos de precio, sino también en cuanto a costos operativos, lo que lo hacía aún más atractivo para los conductores en una época de altos precios de los combustibles.

Rendimiento y Comportamiento en la Carretera

A pesar de ser un coche pequeño, el Fiesta MKII ofrecía un comportamiento de conducción muy satisfactorio. Su peso ligero, su tamaño compacto y la tracción delantera lo hacían ideal para moverse por las calles estrechas de las ciudades. El tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h (0 a 62 mph) de 19.8 segundos puede parecer lento por los estándares actuales, pero en su época, era adecuado para un vehículo de estas características.

El Fiesta MKII también se destacó por su estabilidad en carretera, algo que, junto con sus pequeñas dimensiones, lo hacía una opción popular para quienes buscaban un coche fácil de aparcar y maniobrar en el tráfico urbano. A pesar de sus limitaciones de espacio y potencia, el Fiesta MKII proporcionaba una conducción cómoda y sin complicaciones, con una suspensión adecuada para soportar los rigores del uso diario.

Conclusión: El Legado del Ford Fiesta MKII

El Ford Fiesta 3 puertas 1983-1986 representó una evolución importante para el modelo, permitiendo a la marca mantenerse competitiva en un mercado cada vez más saturado. Con mejoras en el diseño, la seguridad, y la eficiencia de combustible, el Fiesta MKII consolidó su posición como uno de los vehículos más vendidos de su clase, un título que mantendría durante varias décadas.

Este modelo sigue siendo un referente dentro de la historia del automóvil, tanto por su contribución al segmento de los vehículos pequeños como por su influencia en las generaciones futuras del Fiesta. Con su combinación de funcionalidad, diseño accesible y características de seguridad mejoradas, el Ford Fiesta MKII sigue siendo una pieza clave para los entusiastas de los coches clásicos y para aquellos que valoran la simplicidad y eficiencia en un vehículo.

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