Medicina y salud

Fiebre reumática: causas y tratamiento

La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria que puede surgir después de una infección por estreptococos del grupo A, como una faringitis o una amigdalitis. Esta afección afecta principalmente a niños y adolescentes, pero puede ocurrir en adultos en casos raros. Aunque hoy en día la fiebre reumática es menos común gracias a los avances en el tratamiento de las infecciones estreptocócicas, sigue siendo un problema significativo en muchas partes del mundo, especialmente en países en vías de desarrollo. En este artículo, exploraremos en detalle qué es la fiebre reumática, sus causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y prevención.

¿Qué es la fiebre reumática?

La fiebre reumática es una enfermedad autoinmune que se desarrolla como una complicación de una infección por estreptococos del grupo A, comúnmente conocida como estreptococo. Esta infección, en particular, suele presentarse como faringitis estreptocócica (dolor de garganta) o amigdalitis. La fiebre reumática ocurre cuando el sistema inmunológico del cuerpo responde de manera excesiva al estreptococo, atacando tejidos sanos en lugar de solo al patógeno.

La respuesta inmune no solo afecta la garganta, sino que puede causar inflamación y daño en otras áreas del cuerpo, como el corazón, las articulaciones, la piel y el sistema nervioso. La fiebre reumática puede ser grave si no se trata adecuadamente, ya que puede llevar a complicaciones crónicas, como la enfermedad cardíaca reumática, que puede dañar las válvulas del corazón.

Causas de la fiebre reumática

La fiebre reumática es una complicación que sigue a una infección de garganta causada por el estreptococo del grupo A. Aunque no todas las personas que tienen una infección por estreptococo desarrollarán fiebre reumática, aquellos que no reciben tratamiento adecuado para la infección de garganta tienen un mayor riesgo de padecerla.

El estreptococo del grupo A puede desencadenar una respuesta inmune en el cuerpo que, en lugar de destruir el patógeno, ataca las células del propio cuerpo. Esta respuesta inmune es lo que provoca la inflamación característica de la fiebre reumática. Se desconoce por completo por qué algunas personas desarrollan fiebre reumática después de una infección estreptocócica, mientras que otras no lo hacen. Sin embargo, los factores genéticos, el entorno y la virulencia de la cepa de estreptococo son factores que pueden influir en la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.

Síntomas de la fiebre reumática

Los síntomas de la fiebre reumática pueden variar de leves a graves y pueden aparecer entre dos a cuatro semanas después de una infección estreptocócica no tratada o mal tratada. Los síntomas comunes incluyen:

  1. Fiebre: La fiebre es uno de los síntomas principales de la fiebre reumática y puede ser alta.

  2. Dolores articulares: Uno de los síntomas más característicos de la fiebre reumática es el dolor en las articulaciones. Este dolor, que generalmente afecta a las grandes articulaciones (como las rodillas, los codos, los tobillos y las muñecas), puede ir acompañado de hinchazón y enrojecimiento.

  3. Carditis: La inflamación del corazón es una complicación grave de la fiebre reumática. Puede afectar las válvulas cardíacas, lo que puede dar lugar a una enfermedad cardíaca crónica, como la enfermedad valvular reumática.

  4. Erupciones cutáneas: En algunos casos, los pacientes con fiebre reumática desarrollan una erupción llamada eritema marginado. Esta erupción consiste en manchas rosadas o rojas que aparecen principalmente en el torso y los brazos.

  5. Nódulos subcutáneos: Son pequeñas protuberancias indoloras bajo la piel, generalmente en las zonas de las articulaciones.

  6. Corea de Sydenham: Se trata de un trastorno neurológico caracterizado por movimientos involuntarios y descoordinados, especialmente de las manos y los pies. Es más común en las niñas.

Diagnóstico de la fiebre reumática

El diagnóstico de la fiebre reumática se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, los síntomas y las pruebas de laboratorio. El diagnóstico puede ser complicado, ya que los síntomas pueden parecerse a los de otras enfermedades. Sin embargo, los criterios diagnósticos más utilizados son los criterios de Jones, que se dividen en criterios mayores y menores:

Criterios mayores:

  • Carditis (inflamación del corazón).
  • Poliartritis (inflamación de varias articulaciones).
  • Corea de Sydenham (movimientos involuntarios).
  • Eritema marginado (erupciones en la piel).
  • Nódulos subcutáneos (bultos indoloros bajo la piel).

Criterios menores:

  • Fiebre.
  • Dolor articular (sin inflamación evidente).
  • Pruebas de laboratorio: como niveles elevados de proteína C reactiva (PCR) o velocidad de sedimentación de eritrocitos (VSG) que indican inflamación en el cuerpo.

Si un paciente cumple con los criterios mayores y menores, junto con un historial reciente de infección estreptocócica, se puede realizar un diagnóstico de fiebre reumática.

Tratamiento de la fiebre reumática

El tratamiento de la fiebre reumática implica varias estrategias. Es fundamental tratar la infección estreptocócica inicial para prevenir la fiebre reumática y sus complicaciones. En general, el tratamiento incluye:

  1. Antibióticos: El tratamiento antibiótico, generalmente con penicilina, es crucial para erradicar la infección por estreptococos y prevenir su recurrencia. El antibiótico puede administrarse por vía oral o, en algunos casos, por inyección intramuscular.

  2. Medicamentos antiinflamatorios: Los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) se usan para aliviar el dolor en las articulaciones y reducir la inflamación. En casos de carditis grave, los corticosteroides pueden ser necesarios para controlar la inflamación del corazón.

  3. Tratamiento para la corea de Sydenham: En casos de corea, se pueden usar medicamentos como los anticonvulsivos, como el valproato o el carbamazepina, para controlar los movimientos involuntarios.

  4. Rehabilitación cardíaca: Si la fiebre reumática ha afectado las válvulas cardíacas, los pacientes pueden necesitar monitoreo regular y, en algunos casos, cirugía para reparar o reemplazar las válvulas dañadas.

Prevención de la fiebre reumática

La prevención de la fiebre reumática se basa principalmente en el tratamiento adecuado y rápido de las infecciones por estreptococo. Algunas estrategias preventivas incluyen:

  • Tratamiento temprano de las infecciones estreptocócicas: Los antibióticos, como la penicilina, deben administrarse tan pronto como se diagnostique una infección por estreptococo en la garganta. Esto ayuda a prevenir la fiebre reumática.

  • Profilaxis a largo plazo: Los niños que han tenido fiebre reumática deben recibir antibióticos profilácticos durante varios años para prevenir recurrencias. Esto se hace a través de inyecciones de penicilina o antibióticos orales.

  • Monitoreo regular: Las personas que han tenido fiebre reumática deben someterse a exámenes médicos periódicos, especialmente para verificar la salud del corazón y las válvulas cardíacas.

Complicaciones de la fiebre reumática

La fiebre reumática no tratada o mal tratada puede dar lugar a complicaciones graves, entre las cuales la más importante es la enfermedad valvular reumática, que afecta las válvulas del corazón. Esta complicación puede resultar en insuficiencia cardíaca y requerir una cirugía de reemplazo valvular. Otras complicaciones incluyen daño articular permanente, alteraciones neurológicas debido a la corea de Sydenham y efectos a largo plazo sobre la función renal.

Conclusión

La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria seria que sigue a una infección por estreptococos, particularmente de la garganta. Aunque su prevalencia ha disminuido en países desarrollados gracias al acceso a antibióticos, sigue siendo una preocupación en muchas regiones del mundo. El tratamiento adecuado y temprano de las infecciones por estreptococos es clave para prevenir la fiebre reumática y sus complicaciones. Es fundamental que los pacientes reciban atención médica adecuada para evitar secuelas graves, especialmente en el corazón.

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