Medicina y salud

Fiebre Reumática: Causas y Prevención

La Fiebre Reumática: Causas, Diagnóstico, Tratamiento y Prevención

La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria que puede desarrollarse como una complicación de una infección por estreptococos del grupo A, particularmente después de una faringitis o amigdalitis no tratada. Aunque hoy en día la fiebre reumática es menos común en los países desarrollados, sigue siendo una de las principales causas de enfermedades cardíacas en jóvenes y niños en regiones en vías de desarrollo. En este artículo se abordarán las causas, síntomas, diagnóstico, tratamiento y medidas preventivas relacionadas con la fiebre reumática, con el fin de proporcionar una comprensión profunda de esta condición.

¿Qué es la fiebre reumática?

La fiebre reumática es una enfermedad inflamatoria sistémica que puede afectar varios sistemas del cuerpo, especialmente el corazón, las articulaciones, la piel y el cerebro. Es una de las principales complicaciones de la faringitis estreptocócica no tratada, y la respuesta del cuerpo a la infección bacteriana genera una inflamación anómala que afecta a estos órganos. En particular, la afectación del corazón, que puede llevar a la valvulopatía reumática, es la complicación más grave y de largo plazo asociada con la fiebre reumática.

Causas y factores de riesgo

La fiebre reumática es causada por una respuesta autoinmune a la infección por el estreptococo beta-hemolítico del grupo A, el cual provoca la faringitis estreptocócica o amigdalitis. Este tipo de bacteria libera toxinas que, cuando no se tratan adecuadamente, provocan una reacción en el sistema inmunológico del cuerpo que ataca tejidos sanos, en lugar de defenderse de la infección. Se cree que las proteínas de la bacteria son similares a las de los tejidos humanos, lo que genera un fenómeno conocido como «mimetismo molecular».

Los principales factores de riesgo para desarrollar fiebre reumática incluyen:

  1. Infecciones repetidas por estreptococos: Las personas que sufren múltiples infecciones de garganta sin tratar tienen un mayor riesgo de desarrollar fiebre reumática.
  2. Edad: La fiebre reumática afecta principalmente a niños entre 5 y 15 años, aunque también puede ocurrir en adultos jóvenes.
  3. Condiciones socioeconómicas bajas: La falta de acceso a atención médica adecuada y las condiciones de vida hacinadas aumentan el riesgo de infecciones por estreptococos no tratadas.
  4. Historial familiar: Tener antecedentes familiares de fiebre reumática o enfermedades cardíacas reumáticas aumenta la probabilidad de padecer la enfermedad.

Síntomas de la fiebre reumática

Los síntomas de la fiebre reumática suelen aparecer entre 2 y 4 semanas después de una infección de garganta por estreptococos no tratada. Aunque los síntomas pueden variar de una persona a otra, los más comunes incluyen:

  1. Fiebre: Una fiebre alta, que es uno de los principales síntomas iniciales de la fiebre reumática.
  2. Artritis migratoria: Inflamación de las articulaciones, que afecta principalmente a las grandes articulaciones como las rodillas, los tobillos, los codos y las muñecas. La artritis puede ser dolorosa y cambiar de una articulación a otra.
  3. Carditis: Inflamación del corazón, que puede involucrar las válvulas cardíacas, el músculo cardíaco y la capa que recubre el corazón. La carditis es una de las complicaciones más graves de la fiebre reumática, ya que puede dañar permanentemente las válvulas cardíacas, provocando insuficiencia cardíaca o arritmias.
  4. Nódulos subcutáneos: Protuberancias firmes y sin dolor que se encuentran bajo la piel, típicamente sobre las articulaciones.
  5. Eritema marginado: Una erupción en la piel que aparece como manchas rosadas con bordes elevados. Es un signo menos común de la fiebre reumática, pero puede ser una manifestación característica.
  6. Corea de Sydenham: Un trastorno neurológico que causa movimientos involuntarios, rápidos y descoordinados. A menudo se asocia con una fiebre reumática grave.

Diagnóstico de la fiebre reumática

El diagnóstico de la fiebre reumática se basa en una combinación de síntomas clínicos, antecedentes médicos y resultados de pruebas de laboratorio. El criterio principal para el diagnóstico es la identificación de antecedentes de infección por estreptococos y la presencia de síntomas típicos de la fiebre reumática.

  1. Criterios de Jones: Para hacer un diagnóstico de fiebre reumática, los médicos se basan en los «Criterios de Jones», que incluyen criterios mayores (como carditis, artritis, corea de Sydenham, nódulos subcutáneos y eritema marginado) y criterios menores (como fiebre, antecedentes de infección estreptocócica, y hallazgos de laboratorio como la elevación de la proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular). Se deben cumplir al menos dos criterios mayores o uno mayor y dos menores para confirmar el diagnóstico.

  2. Cultivo de garganta o prueba rápida de antígeno: Se realiza un cultivo de garganta o una prueba rápida para detectar la presencia de estreptococos del grupo A, ya que una infección reciente por esta bacteria es necesaria para el diagnóstico.

  3. Ecocardiograma: En los casos de sospecha de carditis, se puede realizar un ecocardiograma para evaluar el daño en las válvulas cardíacas y la función general del corazón.

Tratamiento de la fiebre reumática

El tratamiento de la fiebre reumática tiene dos objetivos principales: tratar la infección estreptocócica y controlar la inflamación y los síntomas. Además, es importante prevenir complicaciones a largo plazo, especialmente en relación con el corazón.

  1. Antibióticos: El tratamiento inicial consiste en administrar antibióticos para erradicar la infección por estreptococos. La penicilina es el antibiótico de elección y se administra generalmente por vía intramuscular. También se puede utilizar azitromicina en personas alérgicas a la penicilina.

  2. Anti-inflamatorios: Para reducir la inflamación y el dolor, se emplean medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) como el ácido acetilsalicílico (aspirina) o el ibuprofeno. Estos fármacos ayudan a controlar la artritis y otros síntomas inflamatorios.

  3. Corticosteroides: En casos graves de carditis, los corticosteroides como la prednisona pueden ser necesarios para reducir la inflamación del corazón y prevenir daños mayores en las válvulas cardíacas.

  4. Tratamiento para la corea de Sydenham: Si se presenta corea de Sydenham, se pueden utilizar medicamentos como los anticonvulsivos o los neurolepticos para controlar los movimientos involuntarios.

  5. Seguimiento a largo plazo: El seguimiento a largo plazo es esencial, especialmente para evaluar la salud cardíaca. En algunos casos, se requiere cirugía para reparar o reemplazar las válvulas cardíacas dañadas.

Prevención de la fiebre reumática

La prevención primaria de la fiebre reumática se centra en tratar de manera efectiva las infecciones por estreptococos del grupo A, evitando que se desarrollen complicaciones.

  1. Tratamiento temprano de las infecciones por estreptococos: Es fundamental tratar adecuadamente la faringitis estreptocócica con antibióticos, especialmente en niños y adolescentes. El uso de penicilina o antibióticos alternativos como la azitromicina puede prevenir la aparición de fiebre reumática.

  2. Profilaxis antibiótica secundaria: Para prevenir la recurrencia de la fiebre reumática en personas que ya han tenido la enfermedad, se recomienda un tratamiento antibiótico a largo plazo, generalmente con inyecciones de penicilina cada 3 a 4 semanas. Este tratamiento puede durar años, dependiendo del grado de daño cardíaco y otros factores.

  3. Educación y concienciación: Es importante educar a la población sobre la importancia de tratar adecuadamente las infecciones de garganta y de reconocer los síntomas tempranos de la fiebre reumática.

Conclusión

La fiebre reumática es una enfermedad que, aunque menos frecuente en los países desarrollados, sigue siendo un problema significativo en muchas partes del mundo. La clave para prevenirla radica en el tratamiento adecuado de las infecciones por estreptococos, especialmente en niños y adolescentes. Cuando se diagnostica y trata a tiempo, las complicaciones graves pueden evitarse o minimizarse, y la calidad de vida de los pacientes puede mejorarse considerablemente.

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