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Fiat 128 Rally: Historia y Rendimiento

Fiat 128 Rally 1972-1974: Un Clásico de la Competencia y la Innovación

La historia del Fiat 128 Rally, producido entre 1972 y 1974, es un claro ejemplo de cómo una marca puede evolucionar y adaptar sus vehículos para captar tanto la atención de los conductores urbanos como de los entusiastas del motor. La versión Rally de este icónico modelo se desarrolló con el objetivo de proporcionar una experiencia de conducción más deportiva, complementada con una versión homologada para rally, que además de ofrecer prestaciones mejoradas, representaba un punto de inflexión en la historia de Fiat y en la industria automotriz en general.

El Fiat 128: Un Hito en la Historia Automotriz de Fiat

Antes de adentrarnos en los detalles del 128 Rally, es fundamental entender el contexto en el que este coche fue creado. El Fiat 128, lanzado a finales de la década de 1960, fue un vehículo revolucionario que marcó un antes y un después en la industria. Con su arquitectura de tracción delantera, ofreció un diseño innovador que permitía un interior más espacioso y cómodo, algo que no era habitual en los coches de la época. Este diseño facilitaba una mayor habitabilidad en el habitáculo, ya que eliminaba la necesidad de un túnel de transmisión elevado, como ocurría en otros modelos de la marca, como el Fiat 124 y el Fiat 1100.

Gracias a estas innovaciones, el Fiat 128 recibió el prestigioso galardón de «Coche del Año» en 1970. Esto no solo consolidó su éxito comercial, sino que también posicionó a Fiat como una marca capaz de desarrollar vehículos modernos y funcionales para un público más amplio.

El Nacimiento del Fiat 128 Rally

El Fiat 128 Rally se basó en la versión de dos puertas del Fiat 128, en lugar del modelo coupé deportivo que también formaba parte de la gama. Aunque ambas versiones compartían el mismo nombre y plataforma básica, el modelo Rally fue especialmente diseñado para destacar en el ámbito de los rallys, siendo una opción más deportiva y orientada al rendimiento. Fiat fabricó este modelo como una variante homologada por la FIA para su participación en competiciones de rally, lo que requería ajustes y modificaciones específicas que lo diferenciaran de los modelos convencionales.

Diseño Exterior: Un Toque de Deportividad

El diseño exterior del Fiat 128 Rally reflejaba la intención de Fiat de ofrecer un modelo de aspecto más agresivo y deportivo. A diferencia de sus hermanos de gama, el Rally presentaba una parrilla frontal negra, en lugar de las clásicas lamas cromadas horizontales que caracterizaban al resto de los modelos 128. Esta diferencia visual, aunque sutil, otorgaba al Rally una apariencia más imponente y diferenciada.

En la parte delantera, el modelo incluía un parachoques metálico diseñado específicamente para la versión Rally, que incorporaba luces antiniebla, un detalle que no solo mejoraba la funcionalidad, sino que también aportaba un toque distintivo al diseño. En la parte trasera, los faros redondos y agrupados en cuartos daban al coche una identidad visual única.

Además, Fiat ofreció como opción unas llantas de aleación que, no solo mejoraban la estética del vehículo, sino que también aportaban un rendimiento superior en términos de peso y durabilidad.

Interior: Deportivo y Funcional

El interior del Fiat 128 Rally estaba pensado para aquellos que buscaban una experiencia de conducción más pura y directa. El salpicadero era completamente nuevo, con un diseño moderno que incluía un cuadro de instrumentos más alto, perfilado alrededor de un panel de dos diales. Este diseño mejoraba la visibilidad y la ergonomía, permitiendo que el conductor tuviera todo al alcance de la mano, algo esencial en las competiciones.

Una de las características más notables del interior era la ausencia de un guantera tradicional. En su lugar, Fiat optó por un pequeño estante debajo del tablero en el lado del pasajero, lo que facilitaba el acceso rápido a un roadbook o un mapa durante las competiciones. Esta decisión reflejaba la orientación deportiva del modelo, que buscaba ofrecer un entorno más práctico y enfocado en la acción.

Los asientos, fabricados en una combinación de vinil y tela, aportaban comodidad y un toque de exclusividad, acorde con la naturaleza del vehículo. La tapicería de mayor calidad era una de las características de los modelos deportivos de la época, y el 128 Rally no era la excepción.

Motor y Rendimiento: Potencia y Agilidad

Uno de los aspectos más destacados del Fiat 128 Rally fue su motorización. Mientras que la mayoría de los modelos 128 montaban un motor de 1.1 litros, la versión Rally contaba con una unidad de 1.3 litros, obtenida mediante un proceso de sobrealimentación del motor original. Este motor de cuatro cilindros en línea estaba alimentado por un carburador doble cuerpo Webber, lo que le permitía generar 67 caballos de fuerza (66 hp) a 6400 revoluciones por minuto, lo que representaba una mejora notable en términos de potencia con respecto a las versiones estándar.

A pesar de que su potencia no era impresionante en comparación con los deportivos de mayor cilindrada de la época, la relación peso-potencia del Fiat 128 Rally era excelente, lo que le otorgaba una agilidad sobresaliente en carretera. La caja de cambios, de 4 marchas, estaba ajustada para ofrecer una mejor respuesta en términos de aceleración, con relaciones más cortas que favorecían el rendimiento en situaciones de conducción deportiva.

Datos Técnicos

El motor de 1.3 litros entregaba 67 caballos de fuerza a 6400 rpm, alcanzando un par motor de 88 Nm a 4000 rpm. Aunque no era un vehículo extremadamente rápido, con una velocidad máxima de 150 km/h (93 mph), su agilidad en las curvas y su capacidad para acelerar de 0 a 100 km/h en 13.6 segundos lo convertían en una máquina divertida y dinámica para los amantes de la conducción deportiva.

El 128 Rally tenía una autonomía bastante respetable para su tamaño, con un consumo de combustible combinado de 25.8 mpg (9.1 L/100 km), lo que lo hacía relativamente eficiente en comparación con otros vehículos deportivos de la época.

Suspensión y Manejo

La suspensión del Fiat 128 Rally estaba configurada para garantizar una conducción más deportiva y equilibrada. En la parte delantera, el coche contaba con frenos de disco, mientras que en la parte trasera se montaban frenos de tambor, una configuración que no era inusual en los vehículos deportivos de la época. Las llantas de tamaño 145 HR 13 ofrecían una buena adherencia y estabilidad en las curvas, lo que permitía una conducción precisa y divertida.

Conclusión: Un Ícono de la Era

El Fiat 128 Rally, aunque breve en su producción, se convirtió rápidamente en un símbolo de la capacidad de Fiat para desarrollar vehículos deportivos con un enfoque práctico y accesible. Su motor más potente, su diseño específico para rally y su interior funcional hicieron de este modelo una opción atractiva tanto para los aficionados a los rallys como para aquellos que buscaban un automóvil más exclusivo dentro de la gama Fiat.

A lo largo de los años, el Fiat 128 Rally ha mantenido su estatus de coche clásico, apreciado por los coleccionistas y los entusiastas de los coches antiguos. Hoy en día, sigue siendo un modelo querido por quienes valoran la combinación de simplicidad, rendimiento y estilo de los vehículos de su época.

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