FERRARI 159 S 1947-1948: LA EVOLUCIÓN DE UNA LEYENDA
El Ferrari 159 S, fabricado entre 1947 y 1948, representa una de las joyas más exclusivas en la historia de la marca italiana. Si bien fue concebido para continuar el legado de su predecesor, el Ferrari 125 S, la 159 S fue mucho más que una simple evolución. Esta obra maestra del diseño y la ingeniería automotriz no solo impresionó por su rendimiento en la pista, sino que también marcó una etapa crucial en el desarrollo de los deportivos Ferrari.
Orígenes y contexto histórico
En 1947, Ferrari ya había establecido su reputación en el mundo de las carreras con el Ferrari 125 S, el primer automóvil fabricado por Enzo Ferrari bajo su propio nombre. Este vehículo fue un éxito inmediato, destacándose por su rendimiento en las competiciones y sentando las bases para el desarrollo de una marca que revolucionaría el mundo del automovilismo. Sin embargo, Ferrari no se conformó con el éxito del 125 S y, en su búsqueda constante de la perfección, presentó la 159 S, que incorporaba mejoras significativas.
Al igual que el 125 S, el Ferrari 159 S fue diseñado con la intención de sobresalir en las competiciones de larga distancia. Ferrari entendió desde un principio que cada detalle, por pequeño que fuera, podía marcar la diferencia en las pistas. El 159 S, por tanto, no solo se caracterizó por su motor más potente, sino también por un diseño más aerodinámico y una estructura más adecuada para las exigencias de las carreras.
El diseño y la evolución del Ferrari 159 S
El diseñador Gioacchino Colombo, que ya había trabajado en el 125 S, fue el encargado de dar forma al 159 S. Colombo se dio cuenta de que el 159 S requería una carrocería más ancha y un diseño que garantizara una mayor protección contra la suciedad y las piedras que se generaban a alta velocidad. Para conseguir esto, el nuevo modelo contaba con un diseño modificado que incluía pasos de rueda completamente cubiertos, una característica que diferenció a la 159 S del 125 S.
La parte frontal del vehículo también fue ampliada, y se añadieron tomas de aire adicionales a ambos lados de la parrilla principal. Estas entradas de aire no solo cumplían una función estética, sino que también ayudaban a enfriar los frenos, una necesidad vital para el rendimiento en las competiciones. Además, el compartimento del motor recibió más salidas de aire, situadas en los laterales detrás de las aletas, para facilitar la expulsión del calor generado por el motor.
Uno de los cambios más notables del Ferrari 159 S fue la eliminación de las puertas. Al ser un coche diseñado específicamente para las carreras, el 159 S prescindió de las puertas tradicionales, lo que no solo reducía el peso del vehículo, sino que también facilitaba el acceso al interior. Este enfoque minimalista y funcional era típico en los coches de carreras de la época, donde cada gramo contaba.
En cuanto al habitáculo, el Ferrari 159 S fue concebido para albergar a dos ocupantes: el conductor y el navegante. En las competiciones de larga distancia, el papel del navegante era crucial para guiar al piloto durante la carrera. Sin embargo, cuando el 159 S competía en circuitos cerrados, solo se instalaba un asiento, lo que permitía al coche reducir su peso y mejorar su rendimiento.
El motor y el rendimiento
Una de las características más destacadas del Ferrari 159 S fue su motor. El 159 S contaba con un motor V12 de 2 litros, una evolución del motor utilizado en el 125 S. Este motor fue diseñado por Gioacchino Colombo, quien amplió el diámetro y la carrera de los cilindros para aumentar la cilindrada y, con ello, la potencia del vehículo. El resultado fue un motor que producía 125 caballos de fuerza a 7.000 revoluciones por minuto, lo que representaba un aumento significativo con respecto al 125 S. La alimentación del motor se realizaba a través de tres carburadores Webber-32DCF, una configuración que mejoraba la respuesta del motor y la eficiencia en la entrega de potencia.
Este motor, combinado con una transmisión manual de 5 velocidades y un sistema de tracción trasera, le permitía al Ferrari 159 S alcanzar una velocidad máxima de 220 km/h (137 mph). Aunque no era el coche más rápido de su época, su agilidad, fiabilidad y capacidad para mantener un rendimiento constante en largas distancias lo convertían en un competidor temible en las pistas.
Especificaciones técnicas
- Motor: V12 de 2 litros, 125 caballos de fuerza a 7.000 RPM.
- Cilindrada: 1903 cm³.
- Par motor: 96 lb-ft (130 Nm) a 5.000 RPM.
- Transmisión: Manual de 5 velocidades.
- Tracción: Trasera.
- Frenos: Tambor en las cuatro ruedas.
- Rendimiento: Velocidad máxima de 220 km/h.
- Peso: 750 kg.
- Dimensiones: Longitud de 4501 mm, ancho de 1481 mm, y altura de 1100 mm.
- Consumo: 11,5 L/100 km (20,5 mpg en carretera).
El Ferrari 159 S en las competiciones
El Ferrari 159 S fue diseñado para competir en las más exigentes competiciones automovilísticas de la época. Su primer gran desafío fue la Mille Miglia de 1948, una de las pruebas de resistencia más prestigiosas de Italia. Este evento fue fundamental para demostrar la capacidad del coche en condiciones extremas y consolidar la reputación de Ferrari en el ámbito de las carreras.
En el caso del 159 S, la evolución continuó más allá de su producción inicial. De hecho, uno de los dos ejemplares fabricados fue posteriormente modificado y convertido en el Ferrari 166 S, que participó con éxito en la Mille Miglia. Este modelo, aunque derivado del 159 S, se benefició de mejoras en varios aspectos del vehículo, lo que permitió a Ferrari seguir avanzando en la perfección de sus coches de competición.
Exclusividad y legado
La producción del Ferrari 159 S fue limitada a solo dos unidades, lo que lo convierte en un automóvil extremadamente raro y codiciado por los coleccionistas. La exclusividad de este modelo, combinado con su desempeño en las competiciones y su impresionante diseño, ha convertido al Ferrari 159 S en uno de los modelos más emblemáticos de la marca.
Hoy en día, los Ferrari 159 S que aún existen son piezas de museo, representando lo mejor de la ingeniería de mediados del siglo XX y el legado de Ferrari como fabricante de autos deportivos de alto rendimiento. La 159 S no solo fue una pieza clave en la historia de Ferrari, sino también un símbolo de la pasión, la innovación y la dedicación que siempre han caracterizado a la marca italiana.
Conclusión
El Ferrari 159 S es mucho más que un coche de carreras; es una pieza de historia que marca el paso de Ferrari de un fabricante de coches deportivos a una leyenda en el mundo de la automoción. Con su diseño innovador, su motor potente y su éxito en las competiciones, el Ferrari 159 S se consolidó como una joya dentro del universo automovilístico. Aunque hoy en día es una rara pieza de colección, su legado continúa inspirando a generaciones de amantes de los autos deportivos y de la ingeniería de alto nivel.