Cómo evitar la «positividad tóxica» y promover un bienestar genuino
La «positividad tóxica» es un concepto que ha ganado relevancia en las conversaciones sobre salud mental y emocional en los últimos años. Se refiere a la creencia y práctica de que siempre se debe mantener una actitud positiva, sin importar las circunstancias o los sentimientos internos. Aunque la intención de promover la positividad y el optimismo puede parecer útil, la positividad tóxica puede tener efectos perjudiciales en la salud mental, especialmente cuando se ignoran o invalidan las emociones y experiencias difíciles. Este artículo explora qué es la positividad tóxica, cómo identificarla y qué estrategias emplear para evitarla y promover un bienestar emocional genuino.
¿Qué es la positividad tóxica?
La positividad tóxica se refiere a la insistencia en ver todo a través de una lente excesivamente optimista, incluso cuando las circunstancias no lo permiten o no es apropiado. Es el impulso constante de afirmar que «todo estará bien», «al menos estás vivo» o «si piensas positivo, las cosas mejorarán», sin considerar la validación de las emociones negativas que son completamente naturales y humanas. Esta mentalidad puede resultar contraproducente, ya que evita que las personas enfrenten, procesen y validen sus emociones y experiencias difíciles.
La positividad tóxica niega la complejidad de la experiencia humana, haciendo que las personas sientan que sus luchas emocionales no son válidas o que están haciendo algo mal al sentirse tristes, frustradas o enojadas. En lugar de fomentar una mentalidad saludable y resiliente, la positividad tóxica puede aumentar la ansiedad, la vergüenza y la culpa.
Efectos negativos de la positividad tóxica
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Invalidación emocional: Cuando una persona está pasando por un momento difícil y recibe comentarios como «todo pasa por una razón» o «no te preocupes, las cosas mejorarán», se está minimizando su dolor. Esto puede generar una sensación de que no tienen derecho a sentirse tristes o enojados, lo que lleva a la represión emocional.
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Aislamiento: La positividad tóxica puede hacer que las personas se sientan incomprendidas o solas, ya que los demás podrían no reconocer la gravedad de su situación. Esto puede dificultar que busquen apoyo o compartan sus verdaderos sentimientos, lo que, a su vez, puede contribuir al aislamiento social y emocional.
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Aumento de la ansiedad y la culpa: En lugar de fomentar un entorno donde las personas puedan procesar sus emociones de manera saludable, la insistencia en «pensar positivo» puede generar ansiedad. Las personas pueden sentir que no están haciendo lo suficiente para mejorar su situación o que deberían sentirse mejor rápidamente. Esto puede generar un ciclo de culpa y presión interna.
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Falta de autocompasión: La positividad tóxica no fomenta la autocompasión ni la aceptación de uno mismo. En lugar de permitir que las personas se den permiso para sentirse vulnerables y cuidar de sí mismas, promueve una mentalidad en la que «no hay espacio para la tristeza». Esto puede interferir con el proceso de curación emocional y la construcción de resiliencia.
Cómo evitar la positividad tóxica
A continuación, se ofrecen algunas estrategias que pueden ayudarte a evitar la positividad tóxica y, en cambio, fomentar una actitud más saludable y equilibrada hacia las emociones y los desafíos de la vida:
1. Valida tus emociones
El primer paso para evitar la positividad tóxica es reconocer y validar tus emociones, sin juzgarlas. Las emociones negativas, como la tristeza, el miedo o el enojo, son respuestas naturales a las experiencias difíciles de la vida. En lugar de suprimirlas o ignorarlas, permítete sentirlas plenamente y comprender su origen. Aceptar que es normal sentirte abrumado, frustrado o vulnerable es un acto de autocompasión y te permitirá procesar esas emociones de manera más saludable.
2. Practica la autenticidad emocional
Ser auténtico contigo mismo significa ser honesto acerca de cómo te sientes. No se trata de fingir que todo está bien cuando no lo está. Si estás pasando por una situación difícil, como la pérdida de un ser querido, una enfermedad o un desafío emocional, es fundamental permitirte sentir esa dificultad y hablar sobre ella con las personas cercanas. Ser auténtico emocionalmente también incluye no sentir la necesidad de ocultar o «disfrazar» el dolor detrás de una sonrisa forzada.
3. Desafía los comentarios de «pensamiento positivo» no solicitados
Es común que las personas que no entienden completamente la profundidad de tu situación intenten consolarte con frases como «piensa en lo positivo» o «todo pasa por una razón». Si bien estas frases pueden ser bienintencionadas, no siempre son útiles ni apropiadas. Cuando escuches comentarios de este tipo, es importante reconocer que no tienes que aceptarlos. Puedes responder de manera asertiva, explicando que prefieres hablar sobre lo que sientes en lugar de enfocarte en soluciones rápidas que no aborden lo que realmente necesitas en ese momento.
4. Fomenta la empatía y la escucha activa
Cuando las personas que te rodean están atravesando dificultades, en lugar de ofrecer soluciones rápidas o frases motivacionales, elige escuchar activamente y ofrecer empatía. A veces, lo más valioso que puedes hacer por alguien es estar presente, escuchar sin juzgar y ofrecer apoyo emocional sin intentar cambiar inmediatamente la situación. La empatía permite a las personas sentirse vistas y comprendidas, lo cual es un paso crucial para el proceso de sanación.
5. Establece límites saludables en las interacciones sociales
Es posible que en algunas situaciones, la positividad tóxica provenga de los demás. Si bien es importante rodearte de personas que te apoyen, también es necesario establecer límites con aquellos que constantemente te dicen que «pienses positivo» sin tener en cuenta tus emociones. Puedes educar a quienes te rodean sobre cómo prefieres ser apoyado y sobre la importancia de reconocer las dificultades sin trivializarlas.
6. Fomenta la resiliencia, no la «fuerza excesiva»
Ser resiliente no significa siempre mantener una actitud positiva, sino poder adaptarse y aprender de los desafíos. En lugar de presionarte para «ser fuerte» y ocultar tus emociones, permite que las dificultades te enseñen algo valioso sobre ti mismo y sobre la vida. La resiliencia se construye a través de la aceptación de la adversidad, el aprendizaje de las experiencias difíciles y el desarrollo de una mayor capacidad para manejar el estrés.
7. Busca apoyo profesional cuando lo necesites
Si sientes que las emociones difíciles están interfiriendo en tu capacidad para funcionar de manera efectiva, considera buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Los terapeutas pueden ayudarte a explorar tus emociones de manera profunda, enseñarte estrategias para lidiar con el estrés y la ansiedad, y proporcionarte herramientas para evitar caer en la trampa de la positividad tóxica.
Conclusión
La positividad tóxica es un fenómeno que puede parecer inofensivo, pero sus efectos en la salud emocional pueden ser profundos y perjudiciales. Si bien la actitud positiva tiene su lugar en la vida, es esencial equilibrarla con la aceptación y validación de las emociones difíciles. Al reconocer que las emociones negativas son una parte natural de la experiencia humana y al darles el espacio adecuado para ser procesadas, podemos cultivar una mentalidad más saludable y resiliente. Practicar la autenticidad emocional, ser empáticos con los demás y buscar apoyo cuando sea necesario son pasos clave para evitar la positividad tóxica y promover un bienestar genuino.