La estructura del juego de voleibol, conocido en muchos países como «balón volea» o «volei», se organiza en una serie de sets o «shouts», los cuales determinan la duración y el flujo de cada encuentro. Generalmente, en competiciones de alto nivel, como los Juegos Olímpicos o los campeonatos mundiales, un partido de voleibol se desarrolla al mejor de cinco sets. Cada set se juega hasta que un equipo alcanza los 25 puntos, aunque es necesario que exista una ventaja de al menos dos puntos para ganar el set.
En el caso de que ambos equipos lleguen a una situación de empate en 24 puntos, se intensifica la competitividad, ya que es necesario que un equipo logre obtener dos puntos consecutivos para asegurarse la victoria en ese set. Este formato no solo añade un elemento estratégico al juego, sino que también genera un clima de tensión y emoción tanto para los jugadores como para los espectadores.

El quinto set, que se denomina comúnmente «set decisivo», tiene una peculiaridad: se juega a 15 puntos en lugar de 25. De nuevo, se requiere una ventaja de dos puntos para ganar, lo que puede llevar a momentos dramáticos donde un equipo que parecía al borde de la derrota logra una remontada memorable. Este sistema de puntuación ha sido diseñado para garantizar que los partidos de voleibol se mantengan dinámicos y emocionantes, al mismo tiempo que se fomenta la habilidad, la resistencia y la estrategia de los equipos.
Es importante señalar que en algunas ligas o competiciones de menor nivel, como en el voleibol recreativo, los partidos pueden jugarse en un formato diferente, donde se pueden utilizar sets más cortos o incluso jugar a un número fijo de sets. Sin embargo, la regla general de los cinco sets y las respectivas puntuaciones suelen ser la norma predominante en el voleibol profesional.
El voleibol ha evolucionado a lo largo de los años, adaptándose a diferentes estilos de juego y formatos, pero su esencia sigue siendo la misma: un deporte que combina habilidades individuales con un fuerte enfoque en el trabajo en equipo. La capacidad de anticiparse a las jugadas del adversario, la precisión en los pases y la coordinación en los remates son elementos clave que determinan el éxito de un equipo.
En conclusión, el número de sets en un partido de voleibol puede variar dependiendo de la competencia, pero la estructura más común en los niveles más altos consiste en jugar hasta un máximo de cinco sets, con las particularidades en la puntuación que hacen de este deporte una experiencia apasionante y llena de sorpresas. La dinámica del juego, junto con la intensidad de cada set, contribuye a que el voleibol se considere uno de los deportes más emocionantes y estratégicos en la escena deportiva mundial.