Medicina y salud

Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes

Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes: Un Estudio Exhaustivo

La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes (LCP) es una patología ortopédica que afecta principalmente a niños, caracterizada por la interrupción temporal del suministro sanguíneo a la cabeza del fémur, lo que provoca la necrosis avascular del hueso. Esta condición puede llevar a deformidades articulares, dolor crónico y limitación del movimiento, lo que, a largo plazo, puede resultar en artritis o problemas articulares degenerativos en la cadera.

En este artículo se explorarán en detalle los aspectos clave de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes: desde sus causas, síntomas y diagnóstico hasta los tratamientos más efectivos y las perspectivas a largo plazo.

Definición y Contexto Clínico

La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es un trastorno del desarrollo óseo que afecta a la articulación de la cadera. Se produce cuando el flujo sanguíneo hacia la cabeza del fémur, la parte del hueso que se articula con la pelvis, se ve reducido o interrumpido. Esto provoca la muerte de las células óseas en esa área, conocida como necrosis avascular, y puede dar lugar a deformidades en el hueso que afectan el funcionamiento normal de la cadera.

El trastorno fue descrito por primera vez en 1910 por los médicos Legg, Calvé y Perthes, quienes observaron en sus investigaciones la necrosis de la cabeza femoral en niños.

Epidemiología y Factores de Riesgo

La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es relativamente rara, pero es una de las principales causas de cojera en niños. Afecta principalmente a niños entre 4 y 8 años, aunque puede presentarse en un rango de 2 a 12 años. Los factores epidemiológicos que se han identificado incluyen:

  • Sexo: Los niños varones tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar la enfermedad que las niñas, con una relación de aproximadamente 4:1.
  • Raza y etnia: En términos de prevalencia, la enfermedad es más común en niños de origen caucásico y menos frecuente en niños de raza negra.
  • Condiciones médicas subyacentes: Se ha observado que los niños con antecedentes familiares de enfermedad de Legg-Calvé-Perthes tienen una mayor probabilidad de desarrollarla, sugiriendo un componente genético en su origen.
  • Tabaquismo y exposición al humo de tabaco: Algunos estudios sugieren que los niños que han estado expuestos al humo de tabaco pueden tener un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Causas y Patofisiología

Aunque la causa exacta de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes sigue siendo desconocida, se cree que se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales que afectan el suministro sanguíneo a la cabeza femoral. La necrosis avascular se desarrolla cuando los vasos sanguíneos que irrigan la cabeza del fémur se bloquean o dañan, lo que priva al hueso de oxígeno y nutrientes esenciales para su mantenimiento y desarrollo.

Entre las posibles causas que pueden contribuir a esta interrupción del flujo sanguíneo se incluyen:

  • Traumatismos o lesiones previas: Un golpe o traumatismo en la cadera puede afectar la circulación sanguínea en la zona, predisponiendo a la necrosis.
  • Problemas circulatorios: Cualquier condición que interfiera con la circulación sanguínea, como trastornos de los vasos sanguíneos, podría ser un factor de riesgo.
  • Infecciones: En algunos casos, infecciones que afectan a los vasos sanguíneos o a los huesos pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.

Sintomatología

El principal síntoma de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es el dolor en la cadera, aunque también pueden presentarse otros signos y síntomas, que incluyen:

  1. Dolor en la cadera: Es el síntoma más común y suele ser de aparición gradual. El dolor puede irradiar hacia la ingle, el muslo o la rodilla.
  2. Cojera: Los niños afectados suelen caminar con una cojera debido al dolor o a la debilidad de la articulación de la cadera.
  3. Rigidez en la cadera: La articulación de la cadera puede volverse rígida, lo que limita la capacidad de movimiento.
  4. Disminución de la actividad física: Los niños pueden mostrar una preferencia por evitar actividades que requieran el uso de la cadera, como correr o saltar.
  5. Atrofia muscular: La falta de uso de la cadera afectada puede llevar a la pérdida de masa muscular en la zona.

Diagnóstico

El diagnóstico temprano de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es crucial para prevenir complicaciones a largo plazo, como la artritis degenerativa de la cadera. El proceso diagnóstico se basa en una combinación de historia clínica, examen físico y estudios de imagen.

  1. Historia clínica: El médico examinará los antecedentes del niño, incluyendo la duración del dolor, la localización del mismo y cualquier posible traumatismo reciente.
  2. Examen físico: Durante el examen físico, el médico evaluará la movilidad de la cadera y buscará signos de rigidez o deformidades articulares.
  3. Radiografías: Las radiografías son esenciales para identificar cambios en la estructura ósea de la cadera. Los signos característicos de la enfermedad incluyen un colapso de la cabeza femoral, que aparece como una imagen irregular o achatada en las radiografías.
  4. Resonancia magnética (RM): En algunos casos, puede ser necesario realizar una resonancia magnética para evaluar el grado de daño en los huesos y tejidos blandos circundantes.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes varía según el grado de afectación de la cadera y la edad del niño. El objetivo principal del tratamiento es aliviar el dolor, mejorar la movilidad de la cadera y evitar complicaciones a largo plazo.

  1. Enfoque conservador:

    • Reposo y limitación de actividades: Durante las fases agudas de la enfermedad, se recomienda reducir la actividad física y evitar el impacto en la cadera.
    • Fisioterapia: La fisioterapia puede ser útil para mejorar la fuerza y la flexibilidad de los músculos de la cadera, así como para restaurar la función de la articulación.
    • Uso de dispositivos ortopédicos: En algunos casos, se pueden utilizar órtesis o aparatos ortopédicos para ayudar a mantener la articulación en la posición correcta y evitar deformidades adicionales.
  2. Tratamiento quirúrgico:

    • En casos más graves o cuando el tratamiento conservador no es efectivo, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica. El objetivo de la cirugía es remodelar o estabilizar la cabeza femoral para prevenir deformidades severas.
    • Osteotomía: Una osteotomía implica cortar y realinear los huesos para mejorar la posición de la cadera y permitir que la cabeza femoral se cure de manera adecuada.
    • Artroplastias: En situaciones extremas, puede ser necesaria una intervención de reemplazo articular (artroplastia) si la cadera se ha desgastado gravemente.

Pronóstico y Seguimiento

El pronóstico de la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes depende de varios factores, incluyendo la edad del niño en el momento del diagnóstico, el grado de daño a la cabeza femoral y la respuesta al tratamiento. En general, cuanto más joven es el niño en el momento del diagnóstico, mejor es el pronóstico, ya que los huesos tienen una mayor capacidad de remodelación y recuperación.

Es importante que los niños con enfermedad de Legg-Calvé-Perthes sean seguidos de cerca por un especialista en ortopedia infantil para asegurar una correcta evolución. Con un tratamiento adecuado y una intervención temprana, muchos niños pueden experimentar una recuperación completa o casi completa.

Conclusión

La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es una afección compleja que afecta principalmente a niños en edad temprana. Aunque su causa exacta aún no se comprende completamente, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden mejorar significativamente el pronóstico de los afectados. La combinación de tratamiento conservador y, en algunos casos, cirugía, puede restaurar la función normal de la cadera y prevenir complicaciones a largo plazo, como la artritis.

Es crucial que los padres y cuidadores reconozcan los primeros signos de la enfermedad, como el dolor en la cadera y la cojera, y busquen atención médica especializada para garantizar el mejor resultado posible para el niño.

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