Salud psicológica

Energía mental en pandemia

Cómo aprovechar tu energía mental durante la pandemia de COVID-19: Estrategias para el bienestar psicológico

La pandemia de COVID-19 ha transformado por completo nuestras vidas en múltiples aspectos. Desde la alteración de nuestras rutinas diarias hasta el confinamiento, la incertidumbre y las restricciones sociales, la crisis sanitaria global ha afectado profundamente tanto nuestra salud física como emocional. El confinamiento, la ansiedad por la salud, la preocupación por la estabilidad económica y la falta de interacción social son solo algunos de los factores que contribuyen al estrés y la fatiga mental. Sin embargo, a pesar de los retos, es posible aprender a manejar y aprovechar nuestra energía psicológica de manera eficaz para mantener el bienestar durante este período tan desafiante.

En este artículo, exploraremos diversas estrategias que te permitirán maximizar tu energía mental y emocional, aprender a gestionar el estrés y encontrar formas de adaptarte mejor a las circunstancias que nos presenta la pandemia. Estas estrategias no solo te ayudarán a sobrellevar la situación, sino que también pueden ser útiles a largo plazo para mejorar tu resiliencia emocional en cualquier tipo de crisis.

1. Reconocer y aceptar las emociones

Uno de los primeros pasos para aprovechar nuestra energía psicológica es reconocer las emociones que estamos experimentando. La ansiedad, la tristeza, el miedo y la frustración son respuestas comunes frente a situaciones difíciles como la que nos presenta la pandemia. Sin embargo, es importante no reprimir estas emociones ni ignorarlas, ya que esto puede generar un mayor estrés a largo plazo.

Aceptar tus emociones es una forma poderosa de gestionar la energía mental. En lugar de luchar contra lo que sientes, permite que estas emociones se expresen y toma conciencia de ellas. Esto no significa rendirse ante los sentimientos negativos, sino más bien comprender que son una parte natural de la experiencia humana, especialmente cuando nos enfrentamos a lo desconocido.

Una vez que aceptes tus emociones, será más fácil abordarlas de manera saludable. La meditación, la escritura emocional o incluso hablar con un amigo cercano son excelentes formas de liberar la carga emocional acumulada y, de esta forma, recuperar energía mental.

2. Establecer una rutina diaria

El aislamiento social y la incertidumbre pueden hacer que la estructura diaria se desmorone rápidamente, lo que puede llevar a una sensación de caos y desconcierto. Una rutina diaria es esencial para proporcionar estabilidad emocional y psicológica durante tiempos inciertos. Establecer horarios regulares para comer, dormir, trabajar y descansar ayuda a estructurar el día y reduce la ansiedad.

El ritmo constante de una rutina no solo mejora la productividad, sino que también puede mejorar la salud mental. Las actividades como el ejercicio, la lectura, la meditación y el tiempo de calidad con la familia o seres queridos (de forma virtual si es necesario) deben ser parte de este plan. Asegúrate de incluir momentos de autocuidado, ya que esto es crucial para mantener tu energía mental.

3. Practicar el autocuidado físico y emocional

El autocuidado es un componente esencial para preservar y gestionar nuestra energía mental. Aunque muchas personas asocian el autocuidado con el bienestar físico, es igualmente importante cuidar la salud emocional. La actividad física regular, como caminar, hacer yoga o cualquier tipo de ejercicio que disfrutes, no solo mejora la salud física, sino que también promueve la liberación de endorfinas, las hormonas responsables de generar sensaciones de bienestar y felicidad.

Además, es crucial cuidar el aspecto emocional del autocuidado. Esto puede incluir prácticas como la meditación, el mindfulness o simplemente asegurarte de que estás tomando el tiempo necesario para relajarte y desconectar. Si bien no podemos controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, podemos elegir cómo reaccionar ante ello y cómo cuidarnos en el proceso.

4. Cultivar una mentalidad positiva

Durante la pandemia, es fácil caer en la trampa del pesimismo, especialmente cuando estamos rodeados de noticias negativas y una constante incertidumbre. Sin embargo, cultivar una mentalidad positiva puede ser clave para aprovechar nuestra energía mental. Esto no significa ignorar la realidad o minimizar los desafíos, sino más bien enfocar nuestra atención en las soluciones y en lo que está dentro de nuestro control.

Practicar la gratitud es una técnica poderosa para cultivar una mentalidad positiva. Al enfocarnos en lo que tenemos y agradecer por las pequeñas cosas diarias, podemos cambiar nuestra perspectiva. Incluso en medio de la crisis, siempre hay algo por lo que estar agradecido: un hogar seguro, la salud, el tiempo para reflexionar, entre otros. Hacer una lista diaria de cosas por las que estamos agradecidos puede ayudarnos a mantener una mentalidad optimista.

5. Buscar apoyo social, incluso a distancia

El aislamiento social puede ser una de las mayores fuentes de agotamiento mental durante la pandemia. La interacción humana es fundamental para nuestra salud emocional, y aunque no podamos reunirnos físicamente, la tecnología nos ofrece muchas maneras de mantenernos conectados. Aprovecha las videollamadas, las llamadas telefónicas o incluso los mensajes de texto para mantener el contacto con amigos, familiares o colegas.

El apoyo social no solo ayuda a disminuir el estrés, sino que también mejora nuestra sensación de pertenencia y conexión. Hablar sobre tus preocupaciones con alguien de confianza puede aliviar la carga emocional y brindarte una perspectiva diferente sobre la situación. Además, compartir momentos de alegría, aunque sea virtualmente, puede revitalizar nuestra energía emocional.

6. Reajustar las expectativas y ser flexible

Uno de los mayores desafíos durante la pandemia ha sido la constante incertidumbre sobre el futuro. Las expectativas que teníamos antes de la crisis han tenido que ser reevaluadas y ajustadas a una nueva realidad. Esta flexibilidad mental es fundamental para mantener nuestra energía psicológica. Aprender a ser más tolerante con nosotros mismos y con las circunstancias puede ayudarnos a reducir el estrés que proviene de intentar controlar lo incontrolable.

Es importante recordar que el proceso de adaptación lleva tiempo y que no todo saldrá como esperábamos. Permítete experimentar altibajos emocionales sin sentirte culpable. Cada día es una oportunidad para aprender a ser más flexible, ajustar tus expectativas y seguir adelante con lo mejor que tienes.

7. Establecer metas pequeñas y alcanzables

A veces, los problemas a gran escala como los que hemos enfrentado con la pandemia pueden hacernos sentir abrumados. Establecer metas pequeñas y alcanzables cada día es una manera eficaz de concentrar nuestra energía mental en objetivos concretos. Estas metas no tienen que ser grandes ni complicadas; pueden ser tan simples como hacer ejercicio durante 30 minutos, leer un capítulo de un libro o completar una tarea en el trabajo.

Al lograr estos pequeños objetivos, experimentamos una sensación de logro que refuerza nuestra confianza y nos proporciona una dosis positiva de energía psicológica. Estos logros nos permiten mantener el enfoque y seguir adelante a pesar de los desafíos más grandes.

8. Aceptar la incertidumbre como parte del proceso

La pandemia nos ha enseñado una lección importante sobre la incertidumbre. A medida que avanzamos, no podemos prever cómo evolucionará la situación, lo que puede generar una sensación de pérdida de control. Sin embargo, aprender a aceptar la incertidumbre en lugar de luchar contra ella es una habilidad poderosa.

Una forma de manejar esta incertidumbre es centrarse en el presente. La práctica de mindfulness, o atención plena, nos permite vivir el momento sin preocuparnos excesivamente por el futuro. Esta práctica puede ser particularmente útil para reducir la ansiedad y liberar la energía mental que gastamos anticipando lo que vendrá. Al enfocarnos en lo que podemos hacer hoy, aumentamos nuestra capacidad de adaptación y nuestra paz interior.

9. Evitar la sobrecarga informativa

El acceso constante a las noticias sobre la pandemia puede ser una fuente significativa de estrés. El bombardeo de información, muchas veces sensacionalista o contradictoria, puede generar sentimientos de ansiedad y agotamiento mental. Es importante limitar el tiempo que dedicamos a consumir noticias y elegir fuentes confiables que nos ofrezcan información clara y útil.

Establecer horarios específicos para informarse y desconectar cuando se haya alcanzado el límite puede ayudar a proteger nuestra energía mental. Recuerda que es esencial informarse, pero también lo es preservar tu bienestar psicológico.

10. Fomentar la creatividad y el aprendizaje

Durante la pandemia, muchas personas han descubierto nuevos intereses y pasatiempos. Aprovechar esta oportunidad para explorar actividades creativas o aprender algo nuevo no solo es una excelente manera de pasar el tiempo, sino que también tiene beneficios mentales significativos. La creatividad estimula el cerebro, reduce el estrés y mejora la capacidad de concentración.

Si tienes tiempo libre, considera iniciar un proyecto artístico, aprender a cocinar, estudiar un nuevo idioma o incluso comenzar un curso en línea. Estas actividades no solo te permitirán desconectar de las preocupaciones diarias, sino que también te darán una sensación de logro y te ayudarán a mantener tu mente activa.

Conclusión

En tiempos de crisis, como la pandemia de COVID-19, nuestras energías psicológicas pueden sentirse mermadas, pero es posible recuperarlas y fortalecerlas. Al adoptar prácticas que promuevan el autocuidado, la flexibilidad mental, la gratitud y el apoyo social, podemos mejorar nuestra resiliencia y mantener un equilibrio emocional más saludable.

No hay un camino único ni rápido para superar los retos de la pandemia, pero cada pequeño esfuerzo hacia el bienestar cuenta. Al invertir en nuestra salud mental, no solo nos preparamos mejor para enfrentar la crisis actual, sino que también cultivamos una mayor capacidad de adaptación y una vida más equilibrada en el futuro.

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