El Sueño de tu Bebé entre los 8 y los 12 Meses: Claves para un Buen Descanso
El desarrollo del sueño en los bebés es un aspecto crucial durante los primeros años de vida, ya que no solo influye en su bienestar físico y emocional, sino que también juega un papel esencial en su crecimiento y aprendizaje. Entre los 8 y los 12 meses, los bebés atraviesan varias etapas de desarrollo que afectan tanto su patrón de sueño como su capacidad para descansar adecuadamente. En este artículo, exploraremos los cambios en el sueño de los bebés en este rango de edad, las dificultades comunes que pueden surgir y las mejores prácticas para ayudar a tu pequeño a dormir mejor.
Cambios en el sueño del bebé entre los 8 y 12 meses
Durante esta etapa, el sueño del bebé se va volviendo más estable, pero sigue siendo un proceso de adaptación. A medida que el bebé crece, su cerebro y cuerpo experimentan una serie de cambios que afectan la calidad y duración del sueño. A los 8 meses, muchos bebés ya duermen durante más tiempo por la noche, aunque aún pueden despertarse varias veces. Entre los 9 y los 12 meses, los patrones de sueño tienden a consolidarse, y los periodos de sueño nocturno continúan alargándose, con menos despertares.
En general, a esta edad, el bebé puede dormir entre 12 y 14 horas en total al día, distribuidas entre las horas de sueño nocturno y dos siestas diurnas. Sin embargo, la calidad del sueño es tan importante como la cantidad. Los ciclos de sueño en los bebés pequeños todavía no son completamente maduros, lo que significa que su descanso puede interrumpirse con mayor frecuencia que en los niños mayores.
¿Qué cambios ocurren en el sueño del bebé?
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Mayor consolidación del sueño nocturno: A los 8 meses, es común que los bebés empiecen a dormir durante un bloque más largo por la noche, generalmente entre 6 y 9 horas continuas, aunque muchos todavía necesitan alimentarse por la noche.
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Reducción de las siestas: Aunque los bebés entre 8 y 12 meses aún necesitan tomar dos siestas al día, es posible que se reduzca la duración de estas. La primera siesta del día suele ser la más larga, mientras que la segunda puede ser más corta.
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Desarrollo de un ciclo de sueño más estructurado: A esta edad, los bebés comienzan a experimentar ciclos de sueño más definidos, con fases de sueño profundo y ligero. Sin embargo, aún pueden pasar por ciclos de sueño más cortos, lo que puede llevar a que se despierten con mayor facilidad.
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Mayor actividad durante el día: A medida que el bebé se vuelve más activo y explora su entorno, puede que se sienta más cansado a la hora de dormir, lo que puede facilitar la conciliación del sueño nocturno, pero también puede generar una sobrecarga que dificulte que se relaje por completo.
Desafíos comunes en el sueño de los bebés de 8 a 12 meses
Aunque el sueño de los bebés comienza a consolidarse, no está exento de desafíos. Existen varios factores que pueden interrumpir o dificultar el descanso de tu bebé, y es importante estar preparado para abordarlos de manera adecuada.
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Ansiedad por separación: Entre los 8 y 10 meses, muchos bebés atraviesan una etapa en la que experimentan ansiedad por separación. Esto significa que pueden ponerse muy ansiosos cuando sus padres no están cerca, lo que puede dificultar que se duerman de manera independiente. Este comportamiento es completamente normal y es parte del desarrollo emocional del bebé. Sin embargo, puede llevar a que el bebé se despierte más de lo habitual durante la noche y a que tarde más en dormirse.
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Dentición: La dentición es otra de las razones comunes por las que los bebés tienen dificultades para dormir en este rango de edad. Los dientes suelen comenzar a emerger entre los 6 y los 12 meses, lo que puede generar molestias y dolor, afectando la calidad del sueño. Es importante estar atento a los signos de dentición, como babeo excesivo, morder objetos y llanto inconsolable, y ofrecer consuelo o tratamientos para aliviar el malestar.
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Desarrollo motor: A los 8-12 meses, los bebés comienzan a dominar nuevas habilidades motoras como gatear, ponerse de pie y dar los primeros pasos. Estos avances pueden resultar emocionantes para ellos, pero también pueden generar inquietud, lo que hace que se despierten más veces por la noche. Además, muchos bebés en esta etapa experimentan cambios en sus patrones de sueño debido a las nuevas habilidades que desarrollan.
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Cambios en la rutina o entorno: Cualquier cambio en la rutina diaria o en el entorno del bebé, como viajar, mudarse o incluso una alteración en los horarios, puede afectar negativamente el sueño. Los bebés son sensibles a estos cambios y pueden necesitar un tiempo para adaptarse.
Estrategias para mejorar el sueño de tu bebé
A pesar de los desafíos, existen varias estrategias que los padres pueden implementar para ayudar a su bebé a dormir mejor entre los 8 y los 12 meses. Aquí te presentamos algunas de las más efectivas:
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Mantén una rutina constante para dormir: Los bebés se benefician enormemente de las rutinas consistentes. Establecer una rutina calmante antes de acostarse puede ayudar a preparar al bebé para el sueño. Esto puede incluir actividades como un baño relajante, un masaje suave o leer un cuento. Asegúrate de que el ambiente de la habitación sea tranquilo, oscuro y cómodo para dormir.
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Fomenta el sueño independiente: Aunque puede ser difícil al principio, es importante ayudar a tu bebé a aprender a dormirse solo. Si bien puede necesitar algo de consuelo al principio, evita cargarlo demasiado o mecerlo constantemente, ya que esto puede dificultar su capacidad para relajarse por sí mismo. Gradualmente, dale la oportunidad de calmarse solo, lo que le ayudará a aprender a volver a dormirse cuando se despierte durante la noche.
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Asegúrate de que el bebé esté cómodo: Verifica que el ambiente en el que duerme el bebé sea cómodo y seguro. Esto incluye una cuna que sea adecuada para su tamaño, ropa de cama adecuada para la temporada, y una temperatura agradable en la habitación. La comodidad juega un papel crucial en la calidad del sueño.
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Proporciona consuelo durante la ansiedad por separación: Si tu bebé muestra signos de ansiedad por separación, intenta ofrecer consuelo y consuelo sin ser excesivamente invasivo. Puedes acercarte a la cuna para tranquilizarlo sin sacarlo completamente, lo que le ayuda a aprender a calmarse solo en su espacio.
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Maneja el dolor de la dentición: Si la dentición está afectando el sueño del bebé, hay varias maneras de aliviar el malestar. Consulta con el pediatra para conocer las mejores opciones, como geles para las encías o un masaje suave en las encías. También puedes ofrecerle objetos para morder que sean seguros y adecuados para su edad.
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Fomenta la actividad durante el día: Asegúrate de que tu bebé pase suficiente tiempo en actividades estimulantes durante el día para que esté lo suficientemente cansado para dormir por la noche. Sin embargo, es importante evitar actividades demasiado excitantes cerca de la hora de dormir, ya que esto puede dificultar la relajación.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Si a pesar de tus esfuerzos el sueño de tu bebé sigue siendo problemático, es recomendable consultar con un pediatra. Esto puede ser especialmente importante si el bebé presenta patrones de sueño anormales, como apnea del sueño o problemas para respirar mientras duerme. El pediatra puede ayudar a descartar problemas médicos subyacentes y ofrecer recomendaciones adicionales para mejorar el sueño del bebé.
Conclusión
El sueño en los bebés entre los 8 y los 12 meses es una etapa de transición importante. Aunque pueden surgir desafíos como la ansiedad por separación, la dentición y el desarrollo motor, con las estrategias adecuadas, los padres pueden ayudar a sus hijos a establecer hábitos de sueño saludables. Mantener una rutina consistente, proporcionar un ambiente cómodo y responder adecuadamente a las necesidades emocionales de tu bebé son factores clave para garantizar un buen descanso tanto para el bebé como para los padres.