Los «moháddines», también conocidos como «muwahhidun» o «muwahhadin», son seguidores de una corriente teológica y religiosa islámica conocida como el «tawhid», que enfatiza la creencia en la unicidad absoluta de Dios (Allah). Este término se deriva del árabe «tawhid», que significa «unidad» o «unicidad». Los moháddines sostienen firmemente la idea de que Allah es único en su esencia, atributos y acciones, y rechazan cualquier forma de asociación o asociación de otros seres con Allah, considerándolo una violación grave del monoteísmo islámico.
La doctrina del tawhid es fundamental en el islam y constituye uno de los principios centrales de la fe islámica, que se refleja en la primera declaración de fe, la «shahada», que proclama: «No hay más dios que Allah, y Muhammad es el mensajero de Allah». Los moháddines interpretan esta declaración en un sentido estrictamente monoteísta, enfatizando que no hay otro dios aparte de Allah y que no se le debe asociar con ninguna otra deidad, persona o entidad.
El movimiento moháddin emergió en el siglo XII en el contexto de Al-Ándalus, la España islámica de esa época, bajo la liderazgo de Ibn Tumart, un erudito y reformador religioso bereber. Ibn Tumart propugnaba una vuelta al islam original y puro, libre de influencias corruptoras y prácticas consideradas herejes o desviadas. Su movimiento ganó seguidores rápidamente y se convirtió en una fuerza significativa en la región.
Sin embargo, la figura más influyente y conocida asociada con el movimiento moháddin fue Ibn Tumart’s disciple, Muhammad Ibn Abd al-Wahhab (1703-1792), cuyas enseñanzas sentaron las bases para lo que se conoce hoy como el wahhabismo o salafismo, una interpretación ultraconservadora del islam que comparte muchos principios con el movimiento moháddin.
El movimiento moháddin, en sus diversas formas y manifestaciones a lo largo de la historia, ha tenido una profunda influencia en el desarrollo del pensamiento islámico, la jurisprudencia, la teología y la política en el mundo musulmán. Ha desempeñado un papel significativo en la conformación de identidades religiosas y políticas en diferentes regiones, desde Al-Ándalus hasta el mundo árabe contemporáneo.
Es importante tener en cuenta que, aunque el movimiento moháddin comparte una fuerte adhesión al monoteísmo estricto, ha habido diversas interpretaciones y ramificaciones dentro del movimiento a lo largo de la historia. Algunos grupos han sido más tolerantes y flexibles en sus puntos de vista, mientras que otros han adoptado posturas más rígidas y exclusivistas. En consecuencia, el término «moháddin» puede abarcar una amplia gama de enfoques y prácticas dentro del islam, lo que hace que sea difícil generalizar sobre sus creencias y comportamientos en su totalidad.
En resumen, los moháddines son seguidores de una corriente teológica islámica que enfatiza la creencia en la unicidad absoluta de Dios, rechazando cualquier forma de asociación o asociación de otros seres con Allah. Han desempeñado un papel significativo en la historia y el desarrollo del pensamiento islámico, aunque su interpretación y prácticas pueden variar considerablemente entre diferentes contextos y períodos históricos.
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Claro, profundicemos más en el movimiento moháddin y sus implicaciones históricas, teológicas y políticas en el mundo islámico.
El movimiento moháddin se originó en el contexto de la España islámica medieval, durante un período en el que la región estaba experimentando tensiones políticas y sociales significativas. En el siglo XII, Al-Ándalus estaba dividida en varios reinos taifas, y la dinastía almohade había emergido como una fuerza dominante en la región. Sin embargo, el imperio almohade enfrentaba desafíos internos y externos, y su autoridad estaba siendo cuestionada por diversos grupos y facciones.
Fue en este contexto que Ibn Tumart, un erudito religioso y reformador bereber, comenzó a predicar su mensaje de retorno al islam puro y original, libre de lo que él consideraba prácticas heréticas y desviadas. Ibn Tumart criticaba la corrupción moral y religiosa de la sociedad de su tiempo y abogaba por un retorno a los principios fundamentales del islam, especialmente la creencia en la unidad absoluta de Dios.
El movimiento moháddin de Ibn Tumart atrajo rápidamente seguidores entre las comunidades bereberes y árabes de Al-Ándalus, y pronto se convirtió en una fuerza importante en la región. Su influencia se extendió más allá de las fronteras de Al-Ándalus, llegando a Marruecos y otras partes del norte de África.
Sin embargo, fue el discípulo de Ibn Tumart, Muhammad Ibn Abd al-Wahhab, quien llevó las enseñanzas del movimiento moháddin a nuevas alturas de influencia y prominencia. Nacido en el siglo XVIII en la región de Najd, en la península arábiga, al-Wahhab promovió una interpretación estricta del tawhid y condenó prácticas que consideraba contrarias al monoteísmo puro, como la veneración de santos, la adoración de tumbas y otras formas de «shirk» (asociación de otros seres con Allah).
Las enseñanzas de al-Wahhab resonaron con tribus beduinas y líderes políticos en Najd, y su alianza con la familia Al Saud llevó al establecimiento del Primer Estado Saudí en el siglo XVIII. La alianza entre al-Wahhab y los Saud sentó las bases para lo que se conoce hoy como el Reino de Arabia Saudita, que sigue siendo uno de los principales defensores del wahhabismo en el mundo islámico contemporáneo.
El wahhabismo, influenciado por las enseñanzas del movimiento moháddin, se ha expandido más allá de las fronteras de Arabia Saudita y ha influido en el pensamiento y la práctica islámicos en todo el mundo. Su enfoque riguroso del tawhid ha sido tanto aclamado como criticado, y ha generado debates sobre la autenticidad y la ortodoxia dentro del islam.
Además del wahhabismo, el movimiento moháddin ha tenido otras ramificaciones y manifestaciones a lo largo de la historia islámica. En Marruecos, por ejemplo, los almohades, que inicialmente surgieron como una respuesta al movimiento moháddin, adoptaron muchas de sus enseñanzas y se convirtieron en defensores del tawhid. Otros movimientos reformistas y revivalistas en el mundo musulmán también han sido influenciados por las ideas del tawhid y la unidad divina promovidas por el movimiento moháddin.
En conclusión, el movimiento moháddin ha desempeñado un papel significativo en la historia y el desarrollo del islam, promoviendo la creencia en la unidad absoluta de Dios y rechazando cualquier forma de asociación con Allah. Su influencia se ha extendido a lo largo del tiempo y el espacio, dando forma al pensamiento teológico, político y social en el mundo islámico. Aunque ha habido diversas interpretaciones y manifestaciones del movimiento a lo largo de la historia, su énfasis en el tawhid ha sido una constante en su legado.