Salud psicológica

Cosas que nunca decir a alguien con problemas mentales

8 Cosas que nunca debes decir a alguien que está lidiando con un problema o enfermedad mental

Las enfermedades mentales son realidades complejas y profundas que afectan a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su prevalencia, las personas que atraviesan estas dificultades a menudo se enfrentan a un estigma social que minimiza sus experiencias y dificulta su camino hacia la recuperación. A menudo, las palabras que se dicen en situaciones de vulnerabilidad pueden tener un impacto profundo y duradero. Por ello, es fundamental estar consciente de qué decir y, sobre todo, de qué evitar decir cuando tratamos con alguien que enfrenta una enfermedad mental.

El lenguaje tiene un poder inmenso, y las palabras pueden tanto aliviar como agravar el sufrimiento de una persona. Sin intención de hacer daño, muchas veces las personas sin conocimientos sobre problemas de salud mental pueden emitir comentarios que perpetúan mitos, ignoran la complejidad del problema o, incluso, hacen sentir al otro como si su sufrimiento fuera menos válido. A continuación, se presentan ocho cosas que nunca debes decirle a alguien que está luchando con una enfermedad mental, junto con el razonamiento detrás de cada uno de estos comentarios y cómo abordarlos de manera más empática.

1. “Solo tienes que pensar en positivo”

El comentario de que alguien simplemente necesita “pensar en positivo” puede parecer bien intencionado, pero en realidad minimiza la experiencia del dolor y la lucha interna que atraviesa una persona con una enfermedad mental. Las personas que padecen trastornos como la depresión, la ansiedad o el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) no pueden simplemente cambiar su perspectiva mediante la voluntad. La enfermedad mental no es solo un estado de ánimo, sino un trastorno biológico y psicológico que requiere tratamiento, comprensión y apoyo.

Lo que realmente necesita una persona en esta situación es el reconocimiento de su sufrimiento. En lugar de presionar a alguien a “pensar en positivo”, una mejor respuesta es algo como: “Entiendo que estás pasando por un momento difícil. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?”. Esto valida su experiencia y demuestra que estás dispuesto a estar allí para ellos de manera más empática.

2. “No tienes nada de qué quejarte, otros tienen problemas peores”

Aunque el mundo está lleno de injusticias y dificultades, cada experiencia es única y válida. Comparar el sufrimiento de una persona con el de otros no solo es injusto, sino también dañino. Decir que “otros tienen problemas peores” puede hacer que la persona se sienta culpable por su sufrimiento o que dude de la legitimidad de lo que está viviendo. La salud mental es un asunto profundamente personal, y cada individuo enfrenta sus propios desafíos, los cuales no deben ser minimizados en función de lo que alguien más esté pasando.

En lugar de hacer comparaciones, lo mejor es escuchar activamente. Mostrar empatía genuina, sin juzgar ni minimizar, es fundamental. Un comentario más apropiado sería: “Lamento mucho que estés pasando por esto. Estoy aquí para escucharte si necesitas hablar”.

3. “Debes estar exagerando, solo relájate”

El hecho de que alguien no pueda “relajarse” cuando experimenta un trastorno mental no es una exageración, sino una manifestación real de su dolor. Las personas que sufren de trastornos de ansiedad o trastornos del estado de ánimo, por ejemplo, no tienen control total sobre su nivel de estrés o nerviosismo. Decirles que se “relajen” o que están exagerando no solo es insensible, sino que puede generarles sentimientos de vergüenza y soledad.

La clave aquí es ofrecer comprensión y apoyo, no trivializar sus emociones. En lugar de sugerir que se relajen, es más útil reconocer su esfuerzo por lidiar con la situación. Un comentario como “Entiendo que esto es abrumador para ti. ¿Te gustaría que hiciéramos algo juntos para distraernos un poco?” muestra empatía sin invalidar su experiencia.

4. “Es solo una fase, se te pasará”

Aunque algunas personas pueden superar temporalmente ciertos episodios de angustia, los problemas de salud mental a menudo no desaparecen por sí solos. Decir que algo es solo una fase puede dar la impresión de que la persona no necesita ayuda profesional o que su sufrimiento no es serio. Los trastornos mentales requieren atención y, en muchos casos, tratamiento especializado. Subestimar la gravedad de la situación puede hacer que la persona se sienta incomprendida o rechazada.

En lugar de minimizar el problema, es más efectivo ofrecer un espacio para que la persona se exprese y explorar juntos soluciones adecuadas, como la búsqueda de ayuda profesional. Un enfoque más adecuado sería: “Parece que estás atravesando algo realmente complicado. ¿Has considerado hablar con un profesional que pueda ofrecerte herramientas para gestionarlo?”

5. “Solo te estás buscando excusas para no hacer nada”

Este tipo de comentarios denigran y deslegitiman el sufrimiento de una persona con una enfermedad mental. No se trata de “buscar excusas”, sino de lidiar con un trastorno real que afecta su capacidad para funcionar normalmente. Los trastornos como la depresión o la ansiedad pueden hacer que incluso las tareas cotidianas se sientan imposibles de realizar, y una afirmación como esta puede hacer que la persona se sienta aún más culpable o aislada.

Es esencial reconocer la realidad de lo que está viviendo esa persona. Un enfoque más adecuado sería: “Sé que las cosas pueden ser realmente difíciles ahora mismo. ¿Te gustaría hablar de lo que te preocupa o ver qué podemos hacer juntos?”

6. “Yo también me siento triste a veces, así que entiendo lo que estás viviendo”

Aunque es natural querer identificarte con la otra persona, compararte directamente con su sufrimiento no es útil ni justo. La depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales son condiciones que van más allá de sentirse “triste a veces”. Decir que entiendes lo que la persona está viviendo porque tú también has estado triste puede hacer que se sienta aún más incomprendida. Además, es posible que tu experiencia no sea comparable con la de ellos.

En lugar de compararte, lo mejor es escuchar y reconocer que la situación de esa persona es única. Algo más apropiado sería: “Puedo ver que esto es realmente duro para ti. Estoy aquí para escucharte y apoyarte”.

7. “La gente siempre tiene problemas, así que tú deberías ser más fuerte”

Este tipo de comentarios pueden hacer que la persona se sienta incapaz de enfrentar su sufrimiento. La idea de que uno debe ser “más fuerte” frente a una enfermedad mental perpetúa la creencia errónea de que las personas pueden superar estos problemas solo con fuerza de voluntad. La realidad es que la salud mental es compleja y multifacética, y que el apoyo adecuado es crucial para la recuperación.

Es importante reconocer que la salud mental no se trata solo de fortaleza, sino de contar con los recursos y el apoyo necesarios. Un enfoque más comprensivo sería: “Entiendo que te sientes muy abrumado. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte a sobrellevar este momento?”

8. “No hay nada de qué preocuparse, todo está en tu cabeza”

El comentario de que “todo está en tu cabeza” puede ser extremadamente invalidante, ya que reduce un trastorno mental a algo trivial y sin importancia. Las enfermedades mentales son tan reales como las enfermedades físicas, y los efectos que tienen en el bienestar emocional y físico de una persona no deben ser desestimados. Decir que “todo está en tu cabeza” puede hacer que la persona se sienta aún más sola y desconectada.

En lugar de invalidar sus sentimientos, lo más útil es ofrecer empatía y comprensión. Un comentario más adecuado sería: “Sé que esto es real para ti, y estoy aquí para apoyarte en lo que necesites.”

Conclusión

Enfrentar una enfermedad mental no solo implica lidiar con los síntomas de la condición, sino también con el estigma social y las reacciones de quienes nos rodean. Las palabras tienen el poder de construir o destruir, por lo que es crucial ser conscientes de cómo nos comunicamos con quienes atraviesan dificultades mentales. En lugar de emitir juicios, lo mejor es ofrecer apoyo, comprensión y, sobre todo, la validación de su experiencia. Escuchar sin juzgar, ofrecer ayuda práctica y buscar juntos soluciones adecuadas son las mejores maneras de ayudar a alguien que está lidiando con un problema o enfermedad mental.

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