Medicina y salud

Correr descalzo: ¿mejor para articulaciones?

¿Es mejor correr sin calzado para las articulaciones?

El debate sobre si correr descalzo o con zapatillas es más beneficioso para las articulaciones ha ganado interés en los últimos años. Con el aumento de tendencias como el «barefoot running», o correr sin calzado, muchos corredores han comenzado a cuestionar los beneficios del uso de zapatillas deportivas, que tradicionalmente se han asociado con la protección de los pies y la mejora del rendimiento.

Correr descalzo puede tener ciertos beneficios potenciales para las articulaciones, aunque no está exento de riesgos. Vamos a explorar en detalle cómo afecta correr sin calzado a las articulaciones, así como los pros y los contras de esta práctica.

Impacto en las articulaciones al correr descalzo

Uno de los argumentos más importantes a favor de correr descalzo es que esta práctica puede mejorar la biomecánica de la carrera, es decir, la forma en que el cuerpo se mueve mientras se corre. Al correr sin zapatillas, el cuerpo tiende a aterrizar más sobre la parte media o delantera del pie, lo que puede reducir el impacto sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas.

1. Reducción del impacto en las rodillas

El uso de zapatillas con una amortiguación excesiva puede fomentar una pisada de talón, lo que genera un mayor impacto sobre las rodillas. Cuando se corre descalzo, la pisada tiende a ser más suave y a involucrar otras partes del pie, como la parte media o los metatarsos, distribuyendo el impacto de manera más uniforme a través de las piernas. Esto puede reducir el estrés en las rodillas y minimizar el riesgo de lesiones comunes como la condromalacia rotuliana, también conocida como «rodilla del corredor».

2. Fortalecimiento de los músculos del pie y la pierna

Correr sin calzado estimula el fortalecimiento de los músculos intrínsecos del pie y de la parte inferior de las piernas. Al no contar con la estabilidad y soporte proporcionados por las zapatillas, el pie debe trabajar más para mantener el equilibrio y absorber los impactos. Con el tiempo, esto puede conducir a una mayor fuerza en los músculos que rodean las articulaciones, lo que ofrece una mejor protección y soporte natural para las mismas.

3. Mejora de la propriocepción y el control motor

La propriocepción, o la capacidad del cuerpo para sentir su posición y movimiento, también se ve mejorada cuando se corre sin calzado. Esto se debe a que el pie está en contacto directo con el suelo, lo que mejora la retroalimentación sensorial que el cuerpo recibe sobre el terreno. Esta mayor conciencia corporal puede ayudar a los corredores a ajustar sus movimientos de manera más precisa, lo que reduce el riesgo de movimientos incorrectos que podrían dañar las articulaciones.

Potenciales riesgos para las articulaciones al correr descalzo

A pesar de los posibles beneficios, correr descalzo también conlleva ciertos riesgos. Estos riesgos están relacionados principalmente con el hecho de que la mayoría de las personas no están acostumbradas a correr sin el soporte y la amortiguación de las zapatillas modernas.

1. Riesgo de sobrecarga en otras áreas del cuerpo

Si bien correr descalzo puede reducir el impacto en las rodillas, puede aumentar la tensión en otras áreas del cuerpo, especialmente en los pies, los tobillos y los músculos de la pantorrilla. El cambio a una pisada de medio pie o de antepié puede suponer una sobrecarga en el tendón de Aquiles, la fascia plantar (tejido que soporta el arco del pie) y los metatarsos. Si no se realiza una transición gradual, los corredores pueden experimentar dolor en estas áreas, lo que podría aumentar el riesgo de desarrollar lesiones como la tendinitis de Aquiles o la fascitis plantar.

2. Falta de protección contra impactos externos

Correr descalzo expone los pies a superficies duras, irregulares y potencialmente peligrosas, como piedras, vidrios u otros objetos afilados. A diferencia de las zapatillas deportivas, que ofrecen una capa de protección, el pie descalzo es más vulnerable a heridas y cortes. Si bien esto no afecta directamente a las articulaciones, el dolor o las lesiones en los pies pueden alterar la forma en que el cuerpo se mueve, lo que podría aumentar el riesgo de sobrecargar las articulaciones en otros lugares.

3. Adaptación biomecánica insuficiente

Muchas personas, especialmente aquellas que han corrido toda su vida con calzado, pueden no estar preparadas biomecánicamente para correr sin él. La transición de correr con zapatillas a correr descalzo debe ser gradual, ya que los músculos y las articulaciones necesitan tiempo para adaptarse al cambio en el patrón de pisada. Un cambio brusco podría resultar en un mal ajuste de las articulaciones y llevar a lesiones como esguinces o desgarros.

¿Correr descalzo es adecuado para todos?

El hecho de que correr descalzo tenga ciertos beneficios no significa que sea adecuado para todos. Existen factores individuales que deben tenerse en cuenta antes de adoptar esta práctica. Por ejemplo, personas con problemas previos en los pies, como pie plano o artritis, pueden encontrar que correr descalzo aumenta el dolor o agrava sus condiciones. Además, aquellos que corren en terrenos urbanos o irregulares también deben tener cuidado, ya que las superficies duras y ásperas pueden aumentar el riesgo de lesiones.

Si estás interesado en probar correr sin calzado, es importante hacerlo de manera gradual y en superficies suaves, como césped o arena. Comienza con distancias cortas y ve aumentando el tiempo y la distancia a medida que tus pies y tus articulaciones se adaptan al nuevo estilo de correr. También es recomendable alternar entre correr descalzo y correr con zapatillas para dar tiempo a los músculos y las articulaciones para recuperarse y fortalecerse.

Alternativas al barefoot running: zapatillas minimalistas

Para aquellos que buscan los beneficios del barefoot running pero quieren una protección básica para los pies, existen zapatillas minimalistas. Estas zapatillas están diseñadas para imitar la sensación de correr descalzo, pero proporcionan una ligera amortiguación y protección contra el terreno. A menudo tienen una suela muy delgada, sin amortiguación en el talón, lo que fomenta una pisada más natural de medio pie o antepié.

Muchos corredores han optado por las zapatillas minimalistas como un término medio entre correr con zapatillas tradicionales y correr descalzo. Estas zapatillas permiten al pie moverse de manera más natural, pero aún brindan un nivel de protección necesario para evitar lesiones externas. Sin embargo, al igual que con el barefoot running, la transición a zapatillas minimalistas debe hacerse de manera gradual.

Conclusión

Correr sin calzado puede ofrecer algunos beneficios para las articulaciones, como una mejor distribución del impacto y un fortalecimiento de los músculos de los pies y las piernas. Sin embargo, también conlleva riesgos, especialmente para aquellos que no están acostumbrados a correr descalzos o tienen problemas previos en los pies o las articulaciones. La clave para evitar lesiones es una transición gradual, permitiendo que el cuerpo se adapte a la nueva biomecánica de la carrera sin calzado.

Para algunas personas, las zapatillas minimalistas pueden ser una buena opción intermedia, proporcionando una protección básica mientras permiten una mayor libertad de movimiento. Como en cualquier cambio en la rutina de entrenamiento, es importante escuchar al cuerpo y avanzar con precaución.

En definitiva, la mejor opción entre correr descalzo o con calzado dependerá de las preferencias personales y de las condiciones individuales de cada corredor. Lo más importante es encontrar un enfoque que te permita disfrutar de la carrera mientras mantienes tus articulaciones y músculos sanos a largo plazo.

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