Medicina y salud

Cómo reducir la fiebre infantil

Cómo reducir la fiebre alta en niños: Guía completa para padres

La fiebre es una de las respuestas más comunes y naturales del cuerpo frente a infecciones y otros problemas de salud. En los niños, especialmente en los más pequeños, la fiebre puede ser preocupante para los padres, especialmente cuando alcanza temperaturas altas. Sin embargo, entender cómo manejarla adecuadamente es esencial para la seguridad y el bienestar del niño.

¿Qué es la fiebre y cuándo debe preocuparnos?

La fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que generalmente indica que el cuerpo está luchando contra una infección. Es una respuesta del sistema inmunológico a infecciones virales, bacterianas, hongos, o incluso a condiciones como las vacunas. En términos generales, se considera fiebre cuando la temperatura corporal supera los 38°C (100.4°F).

Sin embargo, no todas las fiebres requieren intervención médica inmediata. El rango de fiebre se puede clasificar de la siguiente manera:

  • Fiebre baja: Temperatura entre 38°C y 38.5°C.
  • Fiebre moderada: Temperatura entre 38.6°C y 39°C.
  • Fiebre alta: Temperatura superior a 39°C.
  • Fiebre muy alta: Temperatura superior a 40°C.

Una fiebre moderada puede no ser peligrosa, pero una fiebre alta, especialmente si supera los 40°C, es motivo de preocupación y debe ser tratada de inmediato.

Causas comunes de la fiebre en niños

La fiebre en niños puede ser causada por una variedad de factores, siendo los más comunes:

  1. Infecciones virales: Resfriados, gripe, virus estomacales.
  2. Infecciones bacterianas: Como otitis media (infección en el oído), amigdalitis, neumonía, infecciones urinarias.
  3. Vacunas: Es común que los niños tengan fiebre después de recibir ciertas vacunas.
  4. Enfermedades autoinmunes: Algunas enfermedades como la artritis reumatoide juvenil pueden provocar fiebre.
  5. Condiciones inflamatorias: Como las enfermedades de la piel, entre otras.

¿Cómo medir la fiebre correctamente?

Para medir la fiebre de un niño, es importante hacerlo de manera correcta y con los instrumentos adecuados. Existen diferentes tipos de termómetros, y cada uno tiene su método de uso específico:

  • Termómetro digital: Puede usarse tanto en la axila como en la boca o el recto. Si se toma de manera rectal, es más preciso y se utiliza generalmente en niños menores de 3 años.
  • Termómetro de oído (timpánico): Es rápido y adecuado para niños mayores de 6 meses.
  • Termómetro de frente (infra-rojo): Es fácil de usar y no requiere contacto directo, lo que lo hace adecuado para niños más pequeños o aquellos que se sienten incómodos con el termómetro tradicional.

¿Cómo bajar la fiebre alta en niños de manera segura?

Cuando el niño tiene fiebre alta, hay varias estrategias que puedes aplicar para reducir su temperatura de forma segura. Es fundamental recordar que no es recomendable bajar la fiebre de manera excesiva o forzada, ya que la fiebre es una defensa natural del cuerpo. Sin embargo, existen medidas eficaces para aliviar los síntomas y mejorar el bienestar del niño.

1. Ropa ligera y ambiente fresco

La ropa que le pongas al niño debe ser ligera. Evita abrigarlo demasiado, ya que esto puede dificultar la regulación de la temperatura. Asegúrate de que el niño esté en un ambiente fresco, pero sin corrientes de aire directas que puedan causarle incomodidad o un resfriado. Mantén la habitación ventilada y con una temperatura agradable, idealmente entre los 20°C y los 22°C.

2. Bañarse con agua tibia

Un baño con agua tibia (no fría) es uno de los remedios más comunes para reducir la fiebre. El agua fría puede causar escalofríos, lo que en realidad eleva la temperatura corporal. En cambio, el agua tibia ayuda a enfriar el cuerpo sin alterar drásticamente su temperatura interna.

No se recomienda sumergir al niño en agua fría o aplicar compresas de agua fría, ya que puede ocasionar un choque térmico que podría ser contraproducente.

3. Mantener una adecuada hidratación

Cuando un niño tiene fiebre, puede sudar mucho, lo que incrementa el riesgo de deshidratación. Es vital ofrecerle líquidos frecuentemente, tales como agua, caldos, jugos naturales diluidos o soluciones rehidratantes orales (como las que se usan para tratar la diarrea). La hidratación no solo ayuda a regular la temperatura, sino también a prevenir posibles complicaciones derivadas de la fiebre.

4. Medicamentos antipiréticos (paracetamol o ibuprofeno)

En casos de fiebre alta, los medicamentos antipiréticos pueden ser útiles para aliviar la fiebre y reducir la incomodidad. Los más comunes son el paracetamol (acetaminofén) y el ibuprofeno, pero siempre es fundamental seguir las dosis recomendadas para la edad y el peso del niño.

  • Paracetamol: Es el medicamento de elección para reducir la fiebre en niños menores de 3 meses. Debe administrarse según la recomendación del pediatra.
  • Ibuprofeno: Se puede usar en niños mayores de 6 meses y suele ser efectivo para reducir la fiebre alta. Además, tiene un efecto antiinflamatorio.

Es importante nunca administrar aspirina a los niños, ya que se ha asociado con el síndrome de Reye, una enfermedad rara pero grave que afecta al hígado y al cerebro.

5. Evitar el uso excesivo de mantas o cobijas

Aunque a veces es tentador arropar al niño en la cama para mantenerlo cómodo, no es recomendable cubrirlo en exceso cuando tiene fiebre. El uso de mantas gruesas o abrigos adicionales puede aumentar la temperatura corporal. En lugar de eso, asegúrate de que el niño esté cómodo con una manta ligera si lo desea, pero sin sobrecalentarlo.

6. Descanso adecuado

El descanso es una de las mejores formas de ayudar al cuerpo a combatir cualquier infección. Si el niño está febril, asegúrate de que descanse lo máximo posible. A veces, es necesario ponerle música suave o leerle un cuento para que se sienta más relajado y dispuesto a dormir.

7. Observar los síntomas adicionales

Si bien la fiebre puede ser común y normal en muchas situaciones, hay señales de alerta que requieren atención médica urgente:

  • La fiebre persiste durante más de 3 días sin mejora.
  • El niño tiene dificultad para respirar.
  • Hay convulsiones febril (es importante notar si el niño se siente rígido o no puede mover sus brazos y piernas).
  • El niño se muestra extremadamente irritable o tiene dificultad para despertar.
  • La fiebre es superior a los 40°C.
  • El niño presenta manchas rojas o moradas en la piel.

En estos casos, es esencial buscar atención médica inmediatamente.

¿Cuándo consultar al médico?

Aunque la fiebre no siempre es un signo de alarma, hay momentos en los que es necesario acudir al médico para que evalúe la causa subyacente y determine si se requiere un tratamiento más específico:

  • Si el niño tiene menos de 3 meses y presenta fiebre.
  • Si la fiebre dura más de 72 horas o es muy alta.
  • Si el niño tiene antecedentes de enfermedades crónicas o condiciones especiales (como problemas cardíacos o respiratorios).
  • Si el niño muestra signos de deshidratación severa (boca seca, orina escasa, llanto sin lágrimas).
  • Si hay dificultad para respirar o dolor en el pecho.

Conclusión

La fiebre en los niños, aunque preocupante, es generalmente una respuesta natural del cuerpo para combatir infecciones. Sin embargo, es importante que los padres comprendan cómo manejarla adecuadamente. Desde asegurarse de que el niño esté cómodo y bien hidratado hasta saber cuándo consultar al médico, todos estos pasos son fundamentales para ayudar a reducir la fiebre de manera segura.

Recuerda que, aunque la fiebre no siempre es grave, nunca está de más buscar orientación médica si tienes dudas o preocupaciones. La salud de tu hijo siempre debe ser la prioridad.

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