7 Consejos para Manejar la Ansiedad Derivada del COVID-19
La pandemia de COVID-19 ha alterado profundamente la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo. La incertidumbre constante, las restricciones sociales, la preocupación por la salud propia y ajena, y los cambios drásticos en la rutina han generado un aumento significativo en los niveles de ansiedad y estrés. Ante tal situación, es fundamental aprender a manejar el malestar emocional que puede surgir, no solo por el virus en sí, sino por las consecuencias psicológicas que ha provocado.
A continuación, exploraremos siete consejos prácticos para manejar el estrés y la ansiedad derivados del COVID-19, con el objetivo de ayudar a las personas a adaptarse a esta nueva realidad de manera saludable y equilibrada.
1. Establecer una rutina diaria
Uno de los mayores desencadenantes de la ansiedad durante la pandemia ha sido la alteración de las rutinas diarias. El confinamiento, el teletrabajo y la falta de actividades sociales pueden hacer que las personas se sientan desorientadas, improductivas o inseguras acerca del futuro. Establecer una rutina clara y estructurada puede proporcionar una sensación de control y estabilidad.
La clave es organizar el día de manera que se incluyan horarios regulares para comer, trabajar, descansar y realizar actividades recreativas. Las rutinas brindan previsibilidad, lo que reduce la incertidumbre y ayuda a manejar la ansiedad. Además, tener un horario establecido para hacer ejercicio o practicar meditación puede ser una excelente manera de cuidar la salud física y mental.
2. Limitar la exposición a las noticias
Aunque es importante mantenerse informado sobre las actualizaciones de la pandemia, la sobrecarga de información puede ser contraproducente y generar ansiedad innecesaria. El consumo constante de noticias alarmantes o información errónea a través de las redes sociales puede aumentar el nivel de preocupación y estrés.
Para manejar este aspecto, es recomendable limitar el tiempo dedicado a las noticias a una o dos veces al día. Selecciona fuentes de información confiables y evita caer en el pánico por los titulares sensacionalistas. Además, es útil desconectar de los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir, para evitar que la sobreinformación interfiera con el descanso.
3. Fomentar el autocuidado y la práctica de mindfulness
El autocuidado es fundamental para mantener el bienestar emocional durante tiempos de incertidumbre. Practicar mindfulness, una técnica que se centra en estar presente en el momento y aceptar los pensamientos y emociones sin juicio, es una herramienta eficaz para reducir el estrés y la ansiedad.
El mindfulness se puede practicar mediante la meditación, la respiración profunda o simplemente prestando atención a las actividades cotidianas de manera plena. Dedicar unos minutos cada día a la práctica del mindfulness puede ayudar a liberar tensiones y mejorar la capacidad de afrontar situaciones difíciles.
Además, no hay que olvidar los cuidados físicos. Mantener una buena higiene del sueño, comer de manera equilibrada, hacer ejercicio regular y pasar tiempo al aire libre son fundamentales para el bienestar general y la salud mental.
4. Hablar sobre las emociones y pedir apoyo
El aislamiento social ha sido otro de los efectos secundarios de la pandemia, y muchos han experimentado un sentimiento de soledad o desconexión. Hablar sobre los sentimientos con amigos, familiares o terapeutas puede aliviar la carga emocional y reducir la ansiedad.
No hay que temer pedir ayuda si es necesario. Si las emociones se vuelven abrumadoras, buscar apoyo profesional, como la terapia psicológica, puede ser una opción efectiva. Los terapeutas están capacitados para ayudar a las personas a comprender y manejar sus emociones en tiempos de crisis, y existen opciones de terapia en línea que facilitan el acceso al apoyo psicológico sin necesidad de salir de casa.
5. Practicar la gratitud y el pensamiento positivo
En medio de la crisis, puede ser difícil ver más allá de los aspectos negativos que el COVID-19 ha traído consigo. Sin embargo, centrarse en lo positivo, por pequeño que sea, puede ayudar a contrarrestar la ansiedad y mejorar la perspectiva de la situación.
La práctica de la gratitud, por ejemplo, es una excelente herramienta para enfocar la mente en lo positivo. Llevar un diario de gratitud en el que se escriban tres cosas por las que uno esté agradecido cada día puede ser una forma efectiva de cultivar una mentalidad más positiva. Esta práctica fomenta la resiliencia y ayuda a manejar el estrés de manera más saludable.
6. Realizar ejercicio físico de manera regular
El ejercicio físico tiene un impacto directo en la salud mental. La actividad física regular libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo. Practicar deporte no solo ayuda a reducir la ansiedad, sino que también fortalece el sistema inmunológico, lo cual es especialmente importante durante una pandemia.
Desde una caminata diaria en el parque hasta sesiones de yoga o ejercicio en casa, cualquier tipo de actividad física puede marcar una diferencia significativa en el manejo del estrés. Además, el ejercicio mejora la calidad del sueño, lo cual es crucial para la salud emocional y física.
7. Aceptar la incertidumbre y ser flexible
Una de las fuentes más grandes de ansiedad durante la pandemia ha sido la incertidumbre sobre el futuro. Las restricciones y las medidas de seguridad cambian constantemente, y es difícil prever cómo evolucionará la situación. Aceptar que no se puede controlar todo es una de las lecciones más difíciles, pero también una de las más liberadoras.
Es importante ser flexible ante los cambios y adaptarse a ellos de la mejor manera posible. En lugar de resistirse a la incertidumbre, tratar de verla como una oportunidad para el crecimiento personal y la resiliencia. Enfrentar los desafíos con una mentalidad abierta y una actitud positiva puede reducir significativamente el impacto negativo de la ansiedad.
Conclusión
La ansiedad derivada del COVID-19 es una experiencia común, pero existen diversas estrategias que pueden ayudar a mitigarlas y manejarla de manera efectiva. La clave está en ser proactivos en cuidar nuestra salud mental, estableciendo rutinas, limitando el acceso a información negativa, practicando autocuidado, buscando apoyo cuando sea necesario, y fomentando pensamientos positivos.
La resiliencia que podamos desarrollar durante esta pandemia será fundamental para afrontar no solo este desafío, sino cualquier otra situación incierta que la vida nos presente. Al final, cada persona tiene la capacidad de aprender a manejar la ansiedad y transformarla en una herramienta para crecer, adaptarse y superar cualquier adversidad.