Desarrollo profesional

Cómo cerrar tu jornada laboral

Cómo finalizar un día de trabajo cuando se trabaja desde casa: Estrategias para desconectar y mejorar el equilibrio entre la vida personal y profesional

El teletrabajo, también conocido como trabajo remoto, ha transformado la forma en que las personas realizan sus actividades laborales. Aunque ofrece numerosos beneficios, como la flexibilidad y la eliminación del tiempo de desplazamiento, también presenta desafíos únicos, especialmente en lo que respecta a la separación entre el trabajo y la vida personal. Un aspecto crucial para mantener una productividad saludable y evitar el agotamiento es saber cómo terminar adecuadamente el día laboral cuando se trabaja desde casa. Este artículo explora diversas estrategias que pueden ayudar a establecer una rutina efectiva de cierre del día laboral, promoviendo el bienestar y mejorando el equilibrio entre las responsabilidades profesionales y personales.

1. Establecer un horario claro de trabajo

Uno de los mayores desafíos al trabajar desde casa es la falta de fronteras físicas entre la oficina y el hogar. Esto puede llevar a la tentación de seguir trabajando incluso después de haber cumplido con la jornada laboral. Para evitar esta trampa, es fundamental establecer un horario de trabajo bien definido. Determinar a qué hora se comienza y se termina cada día no solo proporciona estructura, sino que también crea una «rutina de desconexión».

Un aspecto clave es respetar ese horario todos los días. Esto no significa que no pueda haber flexibilidad, pero contar con una hora específica para concluir las tareas laborales ayuda a evitar que el trabajo se derrame a otras horas del día. Al respetar este límite, se minimizan las probabilidades de sentirse atrapado en un ciclo constante de trabajo.

2. Realizar una revisión final de tareas

Al finalizar el día, es recomendable hacer una revisión rápida de las tareas realizadas y de aquellas que quedan pendientes para el día siguiente. Este proceso no solo ayuda a tener claridad sobre lo logrado, sino que también permite planificar de manera más efectiva el siguiente día de trabajo.

Al revisar las tareas, puedes tomar nota de cualquier cosa que haya quedado incompleta o que requiera atención urgente al día siguiente. Esta práctica permite desconectar sin la sensación de que hay cosas flotando sin resolver, lo que puede generar ansiedad al finalizar la jornada.

3. Apagar las herramientas de trabajo

En un entorno de trabajo remoto, las herramientas digitales juegan un papel crucial, pero también son un recordatorio constante del trabajo pendiente. Apagar estas herramientas es una de las mejores formas de poner fin a la jornada laboral. Cerrar el correo electrónico, desconectarse de las plataformas de mensajería instantánea y apagar el ordenador son pasos simbólicos para indicar que la jornada ha terminado.

El simple acto de desconectar de estos dispositivos no solo marca el final de la jornada laboral, sino que también permite evitar la tentación de revisar correos electrónicos fuera de horario, lo que podría generar estrés innecesario.

4. Establecer una rutina de cierre

Tener una rutina al final del día es fundamental para separar el trabajo de la vida personal. Esta rutina de cierre debe ser algo que te ayude a «cambiar de chip», para que puedas relajarte y desconectar del trabajo. Aquí algunas actividades recomendadas:

  • Realizar ejercicio físico: Ya sea una caminata, yoga o una rutina de estiramientos, el ejercicio ayuda a liberar tensiones y mejora el bienestar mental.
  • Desarrollar un hobby: Leer un libro, pintar, cocinar o cualquier otra actividad que disfrutes puede ayudarte a relajarte.
  • Meditar o practicar mindfulness: Si te resulta difícil desconectar, la meditación puede ser una herramienta eficaz para calmar la mente.

Estas actividades tienen el objetivo de establecer una clara distinción entre el espacio de trabajo y el entorno personal, promoviendo así una transición suave entre ambas esferas.

5. Cambiar de espacio

Otro aspecto importante para finalizar el día es salir del entorno de trabajo. Si es posible, cambia de habitación o espacio dentro de la casa. Por ejemplo, si trabajas en una oficina improvisada en el comedor, trasladarte al salón o al jardín para relajarte puede ayudar a separar mentalmente el trabajo del descanso.

Este cambio de ambiente también puede ser tan simple como levantarse de tu escritorio y moverte por la casa. El simple hecho de salir del «espacio de trabajo» puede ayudarte a liberar la carga mental asociada con las tareas laborales.

6. Prepararse para el día siguiente

Aunque el día laboral haya terminado, dedicar unos minutos a preparar las tareas del día siguiente puede ser muy útil. De este modo, no solo tendrás un inicio más organizado al día siguiente, sino que también evitarás sentirte abrumado por el trabajo pendiente. Esto podría implicar organizar tus correos electrónicos, hacer una lista de tareas o preparar tu espacio de trabajo para el día siguiente.

Una pequeña preparación anticipada ayuda a liberar la mente y facilita una transición más rápida al día siguiente, sin la presión de tener que ponerte al día con tareas pendientes.

7. Evitar las distracciones nocturnas relacionadas con el trabajo

Es común que, después de un día de trabajo remoto, la mente siga activa pensando en proyectos o tareas laborales. Sin embargo, para mantener un equilibrio saludable, es importante evitar caer en la trampa de seguir pensando o haciendo cosas relacionadas con el trabajo durante la noche.

Si sientes que tu mente sigue pensando en tareas laborales, es útil utilizar técnicas como escribir en un cuaderno o hacer una lista de «cosas por hacer» para no tener que seguir pensando en ellas durante la noche. Establecer límites claros para no responder correos electrónicos ni atender llamadas fuera del horario laboral es otra medida fundamental para evitar el agotamiento.

8. Hacer uso de la tecnología a favor del bienestar

Aunque la tecnología puede ser una fuente constante de distracción, también existen herramientas que pueden ayudarte a desconectar del trabajo de manera efectiva. Las aplicaciones de bienestar, como las que promueven la meditación o el control del tiempo, pueden ser útiles para estructurar tu jornada y crear espacios de desconexión.

Utilizar tecnologías como recordatorios para descansar, ejercicios de respiración o incluso aplicaciones de «modo de concentración» puede ayudar a crear una rutina que permita un cierre efectivo del día.

9. Mantener hábitos de descanso saludable

Un aspecto fundamental para cerrar un día de trabajo remoto es asegurarse de que el descanso sea de calidad. Sin la separación física del lugar de trabajo, a menudo las personas no logran desconectar completamente, lo que afecta su calidad de sueño. Aquí algunos consejos para mantener un descanso adecuado:

  • Evitar el uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos y computadoras, al menos una hora antes de dormir.
  • Practicar técnicas de relajación o respiración para calmar el cuerpo y la mente.
  • Asegurarse de tener un entorno adecuado para dormir, libre de distracciones.

El descanso adecuado es esencial para recargar energías y preparar el cuerpo y la mente para el siguiente día laboral.

10. Cultivar una mentalidad de equilibrio

El teletrabajo puede llevar a la confusión entre los roles profesionales y personales, por lo que cultivar una mentalidad de equilibrio es crucial. Es importante recordar que, aunque el trabajo es una parte fundamental de nuestras vidas, también es esencial dedicar tiempo a las relaciones personales, la salud y el bienestar.

Establecer límites claros, mantener una actitud positiva hacia las actividades fuera del trabajo y dedicar tiempo de calidad a uno mismo y a los seres queridos son componentes clave para mantener un equilibrio saludable entre las responsabilidades laborales y personales.

Conclusión

Finalizar un día de trabajo remoto de manera efectiva no solo implica terminar las tareas laborales, sino también realizar una transición consciente hacia el tiempo personal. La clave para lograr esto radica en establecer una rutina clara, desconectar de las herramientas digitales, y dedicar tiempo a actividades que fomenten la relajación y el bienestar. Con estas estrategias, no solo mejorarás tu productividad, sino que también cuidarás tu salud mental y emocional, garantizando un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.

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