Cómo ayudar a tus hijos a enfrentar la frustración durante la crisis del coronavirus
La crisis mundial causada por la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en la vida de las personas en todo el mundo. Mientras los adultos enfrentan las dificultades de la incertidumbre, el trabajo a distancia y las preocupaciones económicas, los niños también han experimentado sus propios desafíos. La suspensión de clases presenciales, la interrupción de actividades extracurriculares y el aislamiento social son solo algunos de los factores que contribuyen a la frustración y ansiedad de los más pequeños.
Los niños, en especial los más jóvenes, tienen una capacidad limitada para comprender la situación global y, por ende, pueden sentirse abrumados y confundidos por los cambios repentinos. Como padres y cuidadores, es fundamental brindarles apoyo emocional, psicológico y práctico para ayudarles a manejar esta incertidumbre y frustración de la mejor manera posible. A continuación, exploramos algunas estrategias efectivas que puedes aplicar para ayudar a tus hijos a enfrentar el estrés y la frustración durante esta crisis sanitaria.
1. Comunicación abierta y honesta
Uno de los principales enfoques para reducir la frustración en los niños es mantener una comunicación abierta, honesta y adaptada a su nivel de comprensión. Aunque puede ser tentador minimizar la situación o proteger a los niños de la realidad, la transparencia es clave. Explicarles de manera sencilla y adecuada para su edad qué es el coronavirus, por qué deben quedarse en casa y qué medidas se están tomando para proteger a la comunidad puede ayudarlos a entender mejor lo que está sucediendo.
Evitar la sobrecarga de información es importante. A los niños no se les debe inundar con datos que puedan ser abrumadores, pero sí es importante responder sus preguntas de forma clara y tranquila. Si un niño siente que tiene un lugar seguro para hacer preguntas y expresar sus emociones, es menos probable que se sienta ansioso o frustrado.
2. Establecer una rutina diaria
La rutina es un pilar esencial en la vida de los niños, especialmente en tiempos de incertidumbre. La interrupción abrupta de sus actividades cotidianas puede generarles incomodidad y frustración. Establecer una rutina estructurada, aunque sea en casa, proporciona a los niños un sentido de seguridad y control sobre su entorno. Organizar el día en bloques de tiempo para actividades como el estudio, el juego, las tareas domésticas, y el descanso, les ayudará a sentirse más organizados y menos estresados.
Incluir tiempo para actividades recreativas también es fundamental. Ya sea realizar actividades artísticas, juegos en familia, o simplemente tomar tiempo para que los niños se relajen, estas rutinas ayudan a equilibrar las emociones y a aliviar la ansiedad.
3. Fomentar la actividad física y el tiempo al aire libre
La actividad física es esencial para reducir el estrés, especialmente en un contexto como el de la pandemia, donde el confinamiento ha limitado las oportunidades de los niños para socializar y moverse libremente. Incluso si no se puede salir de casa, existen diversas formas de mantener a los niños activos, como ejercicios en casa, juegos que impliquen movimiento (como carreras en el pasillo o yoga infantil) o bailes.
El tiempo al aire libre, siempre que las condiciones lo permitan, también es crucial para su bienestar. Si es seguro, los paseos al aire libre, en parques o jardines, brindan a los niños una oportunidad para liberar tensiones y conectar con la naturaleza, lo que tiene un efecto positivo en su estado de ánimo.
4. Promover el manejo de emociones
El estrés, la ansiedad y la frustración son emociones naturales frente a una crisis global, y los niños también experimentan estos sentimientos. Es fundamental enseñarles cómo reconocer y gestionar estas emociones. Ayudar a los niños a nombrar lo que sienten (por ejemplo, «me siento frustrado porque no puedo ver a mis amigos») es un primer paso para que comprendan sus emociones y aprendan a manejarlas de manera efectiva.
Además, puedes introducir técnicas de relajación, como la respiración profunda, que les permita calmarse cuando se sientan abrumados. Los niños pequeños pueden beneficiarse de ejercicios de relajación guiados, mientras que los mayores pueden explorar el uso de la meditación o el mindfulness adaptados a su edad.
5. Validar sus sentimientos y ser empáticos
La empatía es uno de los aspectos más importantes al tratar con niños en situaciones de crisis. Los padres deben validar los sentimientos de frustración y ansiedad que puedan experimentar, mostrando comprensión y apoyo. Es importante que los niños sientan que sus emociones son reconocidas y respetadas, en lugar de ser minimizadas o ignoradas.
Por ejemplo, en lugar de decir «no pasa nada» o «no tienes razón para estar triste», se puede responder con frases como «entiendo que te sientas triste porque no puedes salir como antes» o «es normal que estés frustrado, estamos viviendo tiempos difíciles». Este tipo de validación emocional ayuda a los niños a sentirse más comprendidos y menos solos en su experiencia.
6. Mantener el contacto con amigos y familiares
El aislamiento social es uno de los mayores retos que enfrentan los niños durante la pandemia, especialmente cuando se ven separados de sus amigos, compañeros de clase y familiares cercanos. A pesar de las restricciones de movilidad, la tecnología puede ser un recurso valioso para mantener estas conexiones. Las videollamadas, las llamadas telefónicas o los mensajes a través de aplicaciones de mensajería pueden ser formas efectivas de mantener el contacto con seres queridos.
Animar a los niños a mantener su relación con sus amigos y familiares cercanos, aunque sea a distancia, les proporciona una fuente importante de apoyo emocional. Además, los juegos virtuales, las actividades compartidas a través de video o las cartas pueden ser maneras creativas de mantener el sentido de comunidad.
7. Enseñarles a ser resilientes
La resiliencia es la capacidad de adaptarse positivamente frente a la adversidad. Aunque la pandemia ha sido una experiencia desafiante, también ha sido una oportunidad para enseñar a los niños cómo superar obstáculos y aprender de las dificultades. Ayudarles a comprender que las emociones difíciles, como la frustración, son naturales y que pueden manejarse con el tiempo es una forma poderosa de fomentar la resiliencia.
Puedes involucrar a tus hijos en proyectos que les permitan desarrollar esta habilidad, como establecer metas pequeñas y alcanzables, reflexionar sobre lo que han aprendido durante la pandemia o discutir juntos cómo pueden manejar las situaciones difíciles de manera más efectiva.
8. Mantener la esperanza y el optimismo
Es importante que los padres también trabajen en su propio bienestar emocional, ya que los niños son muy sensibles al ambiente emocional en el hogar. Mantener una actitud positiva, aunque sea desafiante, puede ser una fuente de estabilidad y esperanza para los niños. Hablar sobre lo que se está haciendo para mejorar la situación y las medidas que se están tomando para volver a la normalidad les puede dar un sentido de esperanza.
Además, destacar los aspectos positivos que han surgido durante la pandemia, como la oportunidad de pasar más tiempo juntos en familia o descubrir nuevas actividades, puede ayudar a los niños a enfocarse en lo que pueden controlar y valorar.
Conclusión
La pandemia de COVID-19 ha presentado una serie de desafíos inéditos para todos, pero es posible ayudar a los niños a navegar esta incertidumbre de una manera saludable. A través de la comunicación abierta, la creación de rutinas, la promoción de la actividad física y emocional, y el apoyo constante, los padres pueden ayudar a sus hijos a superar la frustración y el estrés de esta crisis global. Al hacerlo, no solo protegen el bienestar emocional de los niños durante una situación compleja, sino que también les brindan herramientas valiosas para enfrentar futuras adversidades con resiliencia y confianza.