Citroën CX Break 1976-1982: Un Ícono de la Innovación Automotriz Francesa
En la historia del automóvil, pocos vehículos han logrado combinar diseño, innovación y funcionalidad como lo hizo el Citroën CX Break entre 1976 y 1982. Este modelo fue la variante familiar del CX, un automóvil de lujo que marcó una era para la marca francesa. Su diseño, junto con una serie de innovaciones tecnológicas, lo convirtieron en un vehículo de referencia en su segmento. En este artículo, exploraremos la evolución del Citroën CX Break, sus características, su impacto en el mercado y las especificaciones técnicas que lo hicieron destacar.
Orígenes y Evolución del Citroën CX
El Citroën CX fue presentado en 1974 como un automóvil de lujo para reemplazar al DS. Este modelo representaba la vanguardia de la tecnología automotriz de la época, con características innovadoras como la suspensión hidroneumática, que proporcionaba una experiencia de conducción suave y cómoda, y su diseño aerodinámico que lo hacía destacar por encima de muchos otros vehículos de su clase. La carrocería del CX fue diseñada por el famoso diseñador Robert Opron, que logró una estética moderna, con líneas suaves y futuristas.
En 1975, Citroën decidió extender la gama del CX con una versión familiar, el CX Break, que debutó en 1976. Este modelo fue el último coche lanzado por Citroën antes de su integración en el grupo Peugeot, lo que sucedió en abril de 1976. A pesar de la nueva dirección bajo Peugeot, Citroën continuó desarrollando y mejorando el CX Break, un vehículo que representaba el alma de la marca en ese momento.
Diseño y Características
El Citroën CX Break se distinguió por su tamaño y versatilidad. A diferencia de la versión sedán, la carrocería del CX Break era 10 cm más larga, lo que ofrecía un espacio adicional para los pasajeros y el equipaje. La característica más destacada de este modelo fue su diseño funcional, que incluía una puerta trasera de tipo liftback con una superficie de carga plana. Esta característica fue muy apreciada por los conductores que necesitaban una mayor capacidad de carga, ya que la falta de un borde de carga elevado facilitaba la carga y descarga de objetos.
La cabina del CX Break era espaciosa y estaba orientada hacia la comodidad. Los asientos delanteros y el tablero eran los mismos que en la versión sedán, lo que aseguraba un nivel de confort y calidad de construcción sobresaliente. En la parte trasera, Citroën incorporó un banco trasero abatible que podía inclinarse completamente, creando así un área de carga plana. Esta configuración hacía que el CX Break fuera ideal para transportar artículos voluminosos como bicicletas o incluso motocicletas. Con el techo elevado por encima de los asientos traseros, el vehículo ofrecía una gran versatilidad para los viajes largos y las actividades al aire libre, como el camping.
Además, Citroën se encargó de incorporar una tercera fila de asientos en algunos modelos, lo que permitía acomodar hasta ocho personas. Esta opción aumentó considerablemente la capacidad del vehículo, lo que lo hizo especialmente atractivo para las familias grandes o aquellos que necesitaban transportar a varias personas y su equipaje.
Especificaciones Técnicas del Citroën CX Break 1976-1982
El Citroën CX Break estuvo disponible con una variedad de motores a lo largo de su producción. El modelo base estaba equipado con un motor de 2.0 litros y cuatro cilindros, que entregaba una potencia de 106 caballos de fuerza a 5,500 rpm. Este motor permitía que el vehículo alcanzara una velocidad máxima de 171 km/h, lo que lo colocaba en una categoría respetable en términos de rendimiento para su época. En 1978, Citroën mejoró su oferta con una versión de 128 caballos de fuerza, proporcionando más potencia para aquellos conductores que buscaban un rendimiento superior.
El motor de 2.0L estaba emparejado con una transmisión manual de 4 velocidades, lo que permitía a los conductores una experiencia de conducción dinámica y controlada. Además, el sistema de suspensión hidroneumática, una característica distintiva de los vehículos Citroën, garantizaba una conducción suave y cómoda, incluso en carreteras irregulares. Esta tecnología también permitía ajustar la altura del vehículo, mejorando la maniobrabilidad y la estabilidad.
El CX Break estaba equipado con frenos de disco ventilados en las ruedas delanteras y discos sólidos en las ruedas traseras. Estos frenos proporcionaban una gran capacidad de frenado, lo que era especialmente importante dada la masa del vehículo y su uso en situaciones de carga pesada. En términos de dimensiones, el CX Break tenía una longitud de 4,950 mm, una anchura de 1,750 mm y una altura de 1,461 mm. El espacio de carga era de 456 litros, lo que lo convertía en una opción práctica para aquellos que necesitaban un vehículo familiar y de carga.
La eficiencia de combustible del Citroën CX Break era respetable para su época, con un consumo combinado de 21 mpg en Estados Unidos (aproximadamente 11.2 litros por cada 100 km). Este nivel de eficiencia de combustible era una ventaja para los conductores que recorrían largas distancias. En cuanto a las emisiones de CO2, no se reportaron cifras oficiales en esa época, aunque se sabe que el CX Break estaba bien adaptado a las normativas europeas de emisión para vehículos de su categoría.
Un Vehículo con Propósito
El Citroën CX Break no solo fue un modelo revolucionario en términos de diseño y tecnología, sino que también cumplió con una función muy específica en el mercado europeo. Mientras que la versión sedán competía con vehículos como el Peugeot 505 o el Renault 30, la versión Break se dirigía a un público que necesitaba un automóvil familiar espacioso, pero sin renunciar al lujo y la sofisticación de un modelo ejecutivo.
En un mercado europeo dominado por los coches familiares de tamaño medio y grande, el CX Break destacó por su capacidad de carga, su confort y su flexibilidad. Su diseño innovador también lo hacía un coche de culto para aquellos entusiastas del automóvil que apreciaban la originalidad y la calidad de construcción de Citroën.
El Legado del Citroën CX Break
A pesar de la transición de Citroën a Peugeot en 1976, el CX Break continuó siendo uno de los modelos más emblemáticos de la marca francesa. Este vehículo dejó una huella importante en la historia del automóvil, no solo por su diseño innovador, sino también por su capacidad para satisfacer las necesidades de los conductores en una época en la que la versatilidad y la eficiencia eran aspectos clave en la industria automotriz.
El Citroën CX Break se mantuvo en producción hasta 1991, y aunque no alcanzó el nivel de ventas de algunos de sus competidores directos, su reputación como un vehículo cómodo, práctico y avanzado tecnológicamente perdura hasta el día de hoy. Su presencia en el mercado europeo, especialmente en Francia, es un testimonio de su éxito y de la capacidad de Citroën para crear vehículos que marcaban la diferencia.
Conclusión
El Citroën CX Break de 1976 a 1982 es un automóvil que representa la vanguardia de la tecnología y el diseño de su época. A través de su innovadora carrocería, su motorización eficiente y su capacidad de carga, el CX Break se convirtió en un vehículo que no solo cumplió con las expectativas de los conductores, sino que también ofreció una experiencia de conducción única. Hoy en día, el CX Break sigue siendo un vehículo venerado por los coleccionistas y entusiastas del automóvil, que lo consideran un ejemplo de la ingeniería avanzada de Citroën. Su legado sigue vivo en la historia del automóvil, como un vehículo que marcó una era y dejó una marca indeleble en la industria automotriz europea.