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Citroën BX: Innovación y Diseño

CITROËN BX (1989-1993): UN HITO EN LA EVOLUCIÓN AUTOMOTRIZ

La Citroën BX, fabricada entre 1983 y 1993, es un modelo clave en la historia de la marca francesa, considerado uno de los vehículos más innovadores de su época. La versión 1989-1993 de este hatchback de segmento medio no solo marcó la resurrección de Citroën, sino que también dejó una huella significativa en el mundo del diseño automotriz y la tecnología de su tiempo. El BX fue un automóvil que, más allá de su apariencia angular y futurista, representó un cambio radical en las expectativas del consumidor y la forma en que se concebía el automóvil familiar.

EL NACIMIENTO DEL CITROËN BX

A finales de los años 70, Citroën se encontraba en una situación delicada, con una gama de productos envejecida y una marca que luchaba por mantenerse a flote. El modelo GSA, aunque innovador en su tiempo, ya no era capaz de satisfacer las necesidades del mercado ni de la competencia. La respuesta de Citroën a esta crisis fue el BX, un modelo que, con su diseño innovador y sus características técnicas avanzadas, iba a ser el resurgimiento de la marca.

El diseño del BX fue encomendado a Marcello Gandini, uno de los diseñadores más importantes de la época, conocido por su trabajo en el Lamborghini Countach. La idea original del BX nació como un concepto de Bertone en 1979 bajo el nombre de «Tundra», un modelo que fue ofrecido inicialmente a Volvo, pero que fue rechazado por ser demasiado audaz para los estándares de la marca sueca de aquel momento. Citroën, al reconocer el potencial del diseño, adquirió el proyecto y solicitó a Bertone adaptarlo a un hatchback de cuatro puertas. El resultado fue un automóvil de líneas rectas, una arquitectura de motorización transversal y un diseño anguloso que se destacaba por su elegancia y modernidad, pero que también hacía alusión a una estructura compleja y futurista.

EVOLUCIÓN Y MEJORAS EN EL MODELO 1989-1993

La versión del BX de 1989 significó un punto de inflexión en el modelo, con importantes actualizaciones que no solo mejoraron su diseño, sino también sus capacidades tecnológicas y mecánicas. En esta etapa, Citroën optó por hacer algunas modificaciones significativas en el exterior e interior del vehículo, manteniendo la esencia del diseño pero adaptándose a las demandas del mercado.

Una de las principales actualizaciones fue el rediseño de los tapacubos y las manijas de las puertas. A pesar de conservar su estilo angular y su distintivo diseño en forma de origami, el BX 1989 introdujo una apariencia más refinada, con detalles más modernos que lo acercaban a las tendencias estéticas de finales de los 80 y principios de los 90. En términos de diseño, la arquitectura de motorización transversal permitió una mayor eficiencia en el espacio, lo que facilitaba una distribución más compacta de los componentes del motor.

El sistema de tracción integral, que fue incluido en algunos modelos, representó una de las mayores mejoras mecánicas. Con una motorización de 1.9 litros de gasolina, el BX de tracción total no solo mejoró la estabilidad y el manejo en condiciones de carretera difíciles, sino que también ofreció una mayor versatilidad a los conductores, permitiéndoles disfrutar de una conducción más segura en diversos terrenos.

INTERIOR Y TECNOLOGÍA

El interior del BX de 1989 continuó con la tradición de la marca de ofrecer un diseño funcional pero innovador. El cuadro de instrumentos era notablemente complejo, especialmente en las versiones más altas, que incluían un sistema de inyección electrónica de combustible. Aunque la disposición de los diales podía parecer sobrecargada, la disposición era intuitiva y fácil de leer. Los modelos de gama alta también contaban con otras tecnologías avanzadas para la época, como el sistema de suspensión hidroneumática, que no solo proporcionaba una conducción suave, sino que también mejoraba el confort y la estabilidad del vehículo.

Una de las características que destacaban al BX era su capacidad para maximizar el espacio disponible. Aunque el vehículo era considerado de tamaño medio, los asientos traseros eran sorprendentemente estrechos para su época, lo que generaba incomodidad en trayectos largos, especialmente para adultos. No obstante, la relación de tamaño con la carga útil y la maniobrabilidad del coche fue una de las razones por las cuales el BX fue muy popular en ciudades, donde el espacio reducido y la facilidad de aparcamiento eran aspectos importantes para los conductores urbanos.

ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DEL CITROËN BX 1989-1993

MOTOR Y RENDIMIENTO

El motor más común en la versión de 1989-1993 del BX fue el 1.4 5MT (75 HP), con un motor de 4 cilindros en línea (L4) y una capacidad de 1360 cm³. Esta configuración le permitía alcanzar una potencia de 75 caballos de fuerza a 6200 RPM, con un par motor de 109 Nm a 4000 RPM, lo que resultaba en una experiencia de conducción adecuada para los estándares de la época.

El BX estaba equipado con un sistema de inyección monopunto, lo que optimizaba el rendimiento del motor y mejoraba la eficiencia en el consumo de combustible. Con una velocidad máxima de 170 km/h (105.7 mph), el BX era capaz de ofrecer una aceleración razonable, alcanzando los 100 km/h (62 mph) en 13.3 segundos. En términos de consumo, el BX tenía un rendimiento promedio combinado de 13.3 litros por cada 100 kilómetros (17.7 mpg US), lo que era bastante competitivo para su época, especialmente considerando su diseño ligero y su enfoque en la eficiencia de combustible.

DIMENSIONES Y PESO

El Citroën BX 1989-1993 tenía unas dimensiones compactas pero funcionales. Con una longitud de 4239 mm (166.9 pulgadas), una anchura de 1679 mm (66.1 pulgadas) y una altura de 1359 mm (53.5 pulgadas), el BX se ajustaba perfectamente a las necesidades de la conducción urbana, donde los vehículos más pequeños y ágiles eran la norma. El peso no cargado era de 921 kg (2030.5 libras), lo que le otorgaba una gran maniobrabilidad y reducía el consumo de combustible.

En cuanto a la capacidad de carga, el BX contaba con un volumen de maletero de 442 litros (15.6 cu ft), lo que lo hacía adecuado para viajes largos o para el transporte de objetos voluminosos, una característica que lo hacía atractivo para familias y profesionales.

SUSPENSIÓN Y MANEJO

La suspensión del Citroën BX de 1989-1993 fue una de sus características más destacadas. Como era común en muchos modelos de la marca, el BX utilizaba una suspensión hidroneumática que ofrecía un confort de marcha excepcional, capaz de adaptarse a diferentes condiciones de la carretera. Este sistema también ayudaba a mantener el nivel de la carrocería constante, incluso cuando el vehículo estaba cargado, proporcionando una conducción más suave y una estabilidad superior.

El manejo era preciso, gracias a la dirección asistida y a la suspensión bien afinada. Aunque el BX no tenía el carácter deportivo de algunos modelos de la competencia, su enfoque estaba más en la comodidad y la facilidad de conducción, lo que lo convertía en un vehículo ideal para el tráfico urbano y los trayectos largos.

CONCLUSIÓN: UN COCHE QUE CAMBIÓ LA HISTORIA DE CITROËN

El Citroën BX, particularmente en su versión de 1989 a 1993, es un vehículo que marcó una era para la marca francesa. Con su diseño innovador, su tecnología avanzada y su enfoque en el confort y la eficiencia, el BX no solo salvó a Citroën de la quiebra, sino que también dejó una huella importante en la historia de los automóviles. La combinación de diseño futurista, prestaciones accesibles y comodidad lo convirtieron en un automóvil querido tanto por los conductores urbanos como por aquellos que buscaban un vehículo práctico y eficiente.

Aunque el BX fue finalmente reemplazado por modelos más modernos, su legado perdura en la historia del automóvil, y sigue siendo un ejemplo de cómo el diseño y la tecnología pueden trabajar juntos para crear vehículos que no solo cumplen con las expectativas del mercado, sino que también las superan.

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