CITROËN BX 1983-1986: Innovación y Diseño Vanguardista
El Citroën BX es un modelo que marcó un hito importante en la historia del fabricante francés, tanto por sus innovaciones tecnológicas como por su estilo audaz y rompedor. Introducido en 1983, el BX fue concebido para reemplazar al Citroën GS, un vehículo que estuvo en producción desde 1970 y que había sido muy popular entre los conductores de la época. El modelo BX, sin embargo, no fue un simple sucesor, sino una propuesta radicalmente diferente que preparó a Citroën para una nueva era.
En este artículo, exploraremos en detalle la historia, características, especificaciones técnicas y el impacto de este icónico modelo, abarcando sus primeros años de producción (1983-1986).
El Contexto de Su Creación
A finales de los años 70, Citroën comenzó a trabajar en lo que sería el diseño del BX. Sin embargo, debido a la grave crisis financiera que atravesaba la marca, la producción del nuevo modelo fue suspendida temporalmente. La situación cambió cuando Peugeot compró Citroën en 1974, lo que permitió la reactivación del proyecto. Con la inyección de recursos por parte del conglomerado Peugeot-Citroën, se dieron los pasos necesarios para la fabricación del BX, un coche que en principio debía reemplazar al GS.
Una de las dificultades más grandes para Citroën fue la elección del diseño exterior. En un primer momento, el modelo proyectado no lograba un consenso dentro de la marca, especialmente por la ambigüedad en su estética. Fue en ese momento cuando Citroën adquirió el proyecto Volvo Tundra de los estudios Bertone, que había sido rechazado por Volvo por considerarse demasiado audaz. Esta estética fue exactamente lo que Citroën necesitaba, ya que encajaba perfectamente con la filosofía de diseño vanguardista de la marca.
El BX, con su diseño angular, ofreció una estética mucho más moderna y aerodinámica que su predecesor, el GS. Además, a pesar de su aspecto rectilíneo, el vehículo presentó un coeficiente de arrastre inferior al de muchos coches de la época, lo que resultó en una mejora significativa en términos de eficiencia de combustible y aerodinámica.
Características de Diseño: Revolución en Estilo
El Citroën BX se distinguió por un diseño muy diferente al de otros modelos de la marca en esa época. El uso de líneas rectas y ángulos marcados caracterizó tanto la parte frontal como la trasera del coche. Los diseñadores de Citroën decidieron emplear una estética que apostara por lo geométrico, algo que no era común en el mercado de los coches de la época. En lugar de las tradicionales formas redondeadas, el BX contaba con un estilo más agresivo y de fuerte presencia visual.
La parte delantera del coche presentaba unos faros cuadrados acompañados de pequeñas luces de señalización en las esquinas. La parrilla de la parte inferior, de diseño horizontal, se colocó en la parte baja del paragolpes de plástico, lo que ayudaba a mejorar la circulación del aire y la refrigeración del motor.
En el lateral, el BX rompió con la tradición de las formas curvadas, presentando una carrocería plana y puertas sin molduras visibles, lo que otorgaba al coche una apariencia más moderna. Las manillas de las puertas eran de tipo empotrado, lo que mejoraba la aerodinámica del vehículo. El diseño de la parte trasera también fue innovador, con un portón trasero de estilo Kammback, que optimizaba la aerodinámica y contribuía a la eficiencia del combustible.
Dentro del habitáculo, el Citroën BX también presentó soluciones únicas. El salpicadero era de formas cuadradas, con paneles planos y botones situados a los lados del tablero. El volante de una sola pala, aunque poco convencional para la mayoría de los fabricantes de automóviles, era una característica característica de Citroën que databa de los años 50. Esta peculiaridad le daba un toque de distinción al BX y aseguraba una experiencia de conducción única.
Innovación en Suspensión y Comodidad
Una de las características más innovadoras del Citroën BX fue, sin duda, su sistema de suspensión. Citroën, ya conocido por su revolucionario sistema hidroneumático en modelos anteriores, como el DS, mantuvo este sistema en el BX, pero con una actualización importante. La suspensión hidroneumática, que permite que el coche se nivele automáticamente, contribuyó a una conducción más cómoda y suave, sin importar las condiciones de la carretera. El BX también utilizaba una suspensión independiente de McPherson en la parte delantera, en lugar de los tradicionales ejes de doble brazo, lo que resultó en una mayor facilidad de mantenimiento y costos reducidos.
Este sistema de suspensión no solo ofrecía una experiencia de conducción inigualable en términos de comodidad, sino que también permitía que el coche se mantuviera firme en las curvas, gracias a la capacidad del sistema para ajustar la altura del vehículo según la carga y las condiciones de conducción.
Rendimiento y Especificaciones Técnicas
El Citroën BX 1983-1986 se presentó con una gama de motores que respondían a las exigencias de los conductores en cuanto a eficiencia y rendimiento. Uno de los motores más populares fue el 1.4L de 62 caballos de fuerza, que entregaba una potencia suficiente para un coche de tamaño medio y con un peso reducido de solo 870 kg. Este motor se asociaba a una transmisión manual de 4 marchas, lo que proporcionaba una conducción más directa y controlada.
En términos de rendimiento, el BX 1.4L alcanzaba una velocidad máxima de 155 km/h, lo que lo situaba en un buen nivel para un coche de este segmento. Además, la eficiencia de combustible era destacable, con un consumo combinado de 6.9L/100km, lo que lo hacía una opción económica para los conductores que buscaban un coche que no solo fuera agradable de conducir, sino también eficiente en cuanto al consumo de combustible.
Las medidas del vehículo eran de 4229 mm de largo, 1661 mm de ancho y 1359 mm de altura. Con una distancia entre ejes de 2659 mm, el BX ofrecía un espacio interior adecuado para hasta cinco pasajeros. El volumen del maletero era de 442 litros, lo que proporcionaba una capacidad de carga notable para un coche de este tamaño.
Impacto en el Mercado y la Cultura Automovilística
El Citroën BX se lanzó en un momento en que la marca atravesaba una etapa crítica. La introducción del BX no solo sirvió para recuperar la confianza del público, sino que también marcó el comienzo de una nueva era para Citroën, que con este modelo demostró su capacidad para innovar en términos de diseño, tecnología y confort.
El BX fue un éxito en muchos mercados, especialmente en Europa, y se mantuvo en producción hasta 1993, con varias actualizaciones y mejoras durante su ciclo de vida. A pesar de que no alcanzó la popularidad de modelos más convencionales, como los de Renault o Peugeot, el BX gozó de una base de seguidores leales que apreciaban su carácter único y su tecnología avanzada.
Además, el Citroën BX dejó un legado en términos de diseño y confort que influiría en la evolución de futuros modelos de la marca. Su diseño innovador fue una de las principales características que definió a Citroën durante los años 80 y 90, y el BX sigue siendo recordado como uno de los modelos más representativos de la marca.
Conclusión
El Citroën BX 1983-1986 fue un vehículo adelantado a su tiempo, no solo por su diseño futurista, sino también por la tecnología que incorporó, como la suspensión hidroneumática y su eficiencia aerodinámica. Aunque su estilo angular no fue del gusto de todos, el BX representa un ejemplo de cómo un fabricante de automóviles puede innovar en una industria tan competitiva, marcando un cambio en las tendencias del diseño de automóviles.
Hoy en día, el Citroën BX es considerado un clásico moderno, apreciado por los coleccionistas y entusiastas de los coches antiguos. Su influencia en la marca y en el mundo del automóvil sigue presente, y su legado perdura como un símbolo de la vanguardia automovilística de los años 80.