CITROËN BX Break 1985-1989: Un Vehículo que Marcó la Diferencia en el Segmento de los Wagon
El Citroën BX Break, lanzado entre 1985 y 1989, es una de las joyas de la automoción que ha pasado desapercibida para muchos entusiastas de los coches. Este modelo, que forma parte de la exitosa gama BX de la marca francesa, marcó una diferencia significativa en el mercado debido a la introducción de una suspensión única que mejoraba la conducción y la estabilidad, además de ofrecer una experiencia de conducción cómoda y agradable. En este artículo, exploraremos en detalle todos los aspectos de este vehículo, desde su diseño innovador hasta su rendimiento en carretera, pasando por sus características técnicas y su legado en la industria del automóvil.
El Contexto Histórico: La Evolución de Citroën en los Años 80
A finales de la década de 1970, Citroën se encontraba en una situación financiera difícil. Tras la disolución de su serie GS, la marca se enfrentaba a la necesidad de actualizar su oferta de vehículos y replantearse sus ambiciones para el futuro. Fue entonces cuando Citroën, bajo la influencia de Peugeot tras su fusión, se embarcó en la creación de una nueva línea de coches que innovara en términos de diseño, tecnología y confort. El BX fue el primer modelo que reflejó esta nueva etapa, y su éxito permitió a la marca francesa mantenerse relevante en un mercado cada vez más competitivo.
El BX, que originalmente fue lanzado en versión hatchback en 1982, ofreció un diseño aerodinámico y una suspensión hidroneumática revolucionaria que le otorgó una estabilidad inigualable en comparación con otros vehículos de su segmento. Sin embargo, fue en 1985 cuando Citroën llevó la gama BX un paso más allá, presentando la versión Break, una versión station wagon (familiar) que continuaba la tradición de la marca de crear vehículos cómodos y funcionales sin sacrificar la estética ni el rendimiento.
Diseño Exterior: Innovación y Estilo
El diseño del Citroën BX Break fue obra del renombrado Marcello Gandini, el famoso diseñador de Bertone que también trabajó en otros modelos icónicos como el Lamborghini Miura o el Fiat X1/9. Gandini, conocido por su enfoque innovador, aportó una estética angular y futurista a la gama BX, y la versión Break no fue la excepción. A pesar de ser una versión familiar, el BX Break mantenía la dinámica y deportiva silueta del hatchback original.
Una de las principales características del diseño del BX Break fue su techo elevado, que extendía la parte trasera del coche sobre el área del maletero. Esta modificación no solo incrementaba el espacio interior, sino que también le otorgaba al coche un perfil más alargado y elegante. Además, se mantuvo la configuración de puertas del modelo hatchback, lo que ayudaba a preservar la sensación de ligereza y fluidez en el diseño.
En los laterales, el BX Break incorporaba una serie de ventanas romboidales situadas entre los pilares C y D, lo que añadía un toque distintivo y futurista al conjunto. A pesar de su mayor tamaño, el diseño del coche no sacrificaba el aspecto dinámico y ágil del BX original. La luneta trasera, ligeramente inclinada, completaba la estética deportiva del vehículo, incluso en un modelo orientado hacia el uso familiar.
Diseño Interior: Comodidad y Funcionalidad
El interior del Citroën BX Break seguía la misma filosofía de diseño angular y funcional que se había empleado en el exterior. Al igual que en otros modelos de la gama BX, el habitáculo presentaba un salpicadero cuadrado, con paneles planos y materiales relativamente sencillos, pero eficaces y duraderos. Esta disposición facilitaba la fabricación y reducía los costos, lo que a su vez permitía a Citroën ofrecer un coche accesible a una mayor cantidad de clientes.
El espacio interior era amplio y funcional, con capacidad para cinco ocupantes y una configuración de asientos que permitía una excelente versatilidad. En la parte trasera, el asiento abatible se podía reclinar para aumentar la capacidad del maletero. Con los asientos en su posición normal, el BX Break ofrecía un volumen de carga de 512 litros (18.1 pies cúbicos), lo que era bastante respetable para un vehículo de su tamaño. Sin embargo, al abatir los asientos, este espacio se incrementaba de manera significativa, alcanzando los 1.803 litros (63.7 pies cúbicos), convirtiéndolo en un coche familiar muy funcional para viajes largos o para transportar carga.
Suspensión Hidropneumática: La Gran Innovación
Una de las características más sobresalientes del Citroën BX Break fue su suspensión hidroneumática, que se convirtió en uno de los sellos de identidad de la marca. Este sistema de suspensión, que ya había sido utilizado en modelos anteriores de Citroën como el DS, consistía en un sistema de amortiguadores que utilizaba gas y líquido para mantener el coche nivelado en todo momento, independientemente de las condiciones de la carretera o la carga del vehículo.
La suspensión hidroneumática no solo mejoraba la comodidad al suavizar los baches y las irregularidades del asfalto, sino que también aumentaba la estabilidad en las curvas y proporcionaba una sensación de seguridad única en comparación con otros vehículos de la época. La capacidad de ajustar la altura del coche de manera automática según la carga también resultaba muy útil, ya que garantizaba una conducción más suave y eficiente.
Motorización y Rendimiento
El Citroën BX Break 1985-1989 estaba disponible con varios motores, aunque la marca decidió ofrecer únicamente las versiones más potentes de la gama BX para este modelo familiar. El motor base era un propulsor de 1.6 litros que entregaba 88 caballos de fuerza (87 hp) a 6.000 rpm, mientras que la versión más potente alcanzaba los 105 caballos de fuerza (103 hp). Este motor, combinado con una caja de cambios manual de cinco marchas, proporcionaba un rendimiento adecuado para un coche de este segmento.
La velocidad máxima del BX Break era de 167 km/h (104 mph), lo que era suficiente para viajes por carretera a altas velocidades sin comprometer el confort de los ocupantes. Además, el consumo de combustible era bastante eficiente para su época, con un promedio de 30.5 mpg (7.7 L/100 km) en carretera y 25 mpg (9.4 L/100 km) en ciudad. Estos números, aunque no sobresalientes, eran adecuados para un coche familiar que no estaba diseñado para competir con los modelos deportivos en términos de rendimiento.
Confort de Conducción y Seguridad
Uno de los puntos fuertes del Citroën BX Break era la comodidad de conducción que ofrecía, gracias a su innovadora suspensión y a una dirección precisa que permitía un manejo sencillo, incluso en carreteras irregulares. La sensación de flotabilidad proporcionada por la suspensión hidroneumática hacía que los viajes largos fueran mucho más agradables para los ocupantes, y su comportamiento en curva era más estable que el de muchos otros modelos familiares de la época.
En términos de seguridad, el BX Break estaba equipado con frenos de disco tanto en el eje delantero como en el trasero, lo que mejoraba la capacidad de detención y la estabilidad en condiciones de frenado severo. Aunque los sistemas de seguridad activa y pasiva no eran tan avanzados como los que encontramos en los modelos modernos, el BX Break cumplía con los estándares de la época.
Características Técnicas y Especificaciones
El Citroën BX Break 1985-1989 contaba con una serie de especificaciones que lo hacían destacar en su segmento. A continuación, se presentan algunos de los datos más relevantes:
- Motor: 1.6L L4, 88 caballos de fuerza (87 hp)
- Torque: 127 Nm (94 lb-ft) a 3.250 rpm
- Caja de cambios: Manual de 5 marchas
- Tracción: Delantera
- Consumo de combustible: 30.5 mpg US (7.7 L/100 km) en carretera, 25 mpg US (9.4 L/100 km) en ciudad
- Velocidad máxima: 167 km/h (104 mph)
- Aceleración 0-100 km/h: 12 segundos
- Peso: 996 kg (2.196 lbs)
- Capacidad del maletero: 858 litros (30.3 pies cúbicos)
- Longitud: 4.399 mm (173.2 pulgadas)
- Altura: 1.430 mm (56.3 pulgadas)
- Distancia entre ejes: 2.659 mm (104.7 pulgadas)
Conclusión: Un Clásico que Aún Sorprende
El Citroën BX Break 1985-1989 es un vehículo que, a pesar de no haber alcanzado la fama de otros modelos de la marca, merece un lugar destacado en la historia de la automoción. Su innovador sistema de suspensión, su diseño elegante y funcional y su capacidad para ofrecer confort y versatilidad lo convierten en un automóvil que aún hoy puede sorprender por su rendimiento y confort. Aunque hoy en día es un modelo difícil de encontrar en las carreteras, aquellos que tuvieron la suerte de conducirlo o de poseerlo recuerdan con cariño su inconfundible personalidad y las innovaciones que introdujo en el segmento de los station wagon. Sin duda, el Citroën BX Break fue una de las apuestas más interesantes de la marca francesa durante los años 80 y sigue siendo un referente para los amantes de los vehículos clásicos y la automoción en general.