Las hemorroides, también conocidas comúnmente como almorranas, son venas hinchadas en la parte inferior del recto y el ano que pueden causar molestias y dolor. Cuando estas venas se inflaman o se agrandan de manera excesiva, pueden generar síntomas incómodos, como sangrado durante la evacuación intestinal, picazón intensa, dolor y, en algunos casos, la aparición de un bulto en el ano. En casos más severos, cuando los tratamientos conservadores no logran aliviar los síntomas, se puede recurrir a una cirugía de hemorroides, también llamada hemorroidectomía, que consiste en la extracción quirúrgica de las hemorroides. A continuación, se presenta una descripción completa de cómo se lleva a cabo este procedimiento, las razones por las que se puede recomendar y lo que los pacientes pueden esperar antes y después de la operación.
¿Qué son las hemorroides?
Antes de profundizar en el proceso quirúrgico, es útil entender qué son exactamente las hemorroides y por qué se desarrollan. Las hemorroides pueden ser internas o externas. Las hemorroides internas se encuentran dentro del recto, mientras que las externas se desarrollan debajo de la piel alrededor del ano. Las causas de las hemorroides incluyen el esfuerzo excesivo durante las evacuaciones, el estreñimiento crónico, el embarazo (debido al aumento de presión en la zona pélvica) y la obesidad.
¿Cuándo se requiere una cirugía de hemorroides?
La cirugía de hemorroides suele considerarse como último recurso, cuando los tratamientos no quirúrgicos han fallado o cuando las hemorroides son particularmente grandes o dolorosas. Los tratamientos conservadores incluyen cambios en la dieta (aumentar la ingesta de fibra), el uso de medicamentos tópicos o supositorios y baños de asiento con agua tibia. Si los síntomas no mejoran o empeoran, el médico puede sugerir una cirugía.
Los casos en los que se puede recomendar la hemorroidectomía incluyen:
- Hemorroides externas grandes que causan dolor o molestias significativas.
- Hemorroides internas que han prolapsado (es decir, que se han deslizado fuera del recto).
- Hemorroides que sangran persistentemente, lo que puede llevar a anemia en algunos pacientes.
- Hemorroides que no responden a otros tratamientos.
Tipos de cirugía de hemorroides
Existen diferentes técnicas quirúrgicas para tratar las hemorroides, y el médico elegirá el método más adecuado según la gravedad del caso y la salud general del paciente. A continuación, se describen las opciones más comunes.
1. Hemorroidectomía tradicional
Este procedimiento es el más común y efectivo, especialmente en casos de hemorroides grandes y persistentes. Durante la hemorroidectomía, el cirujano extirpa las hemorroides mediante una incisión en los tejidos que rodean las venas hinchadas. Las venas afectadas se ligan para evitar el sangrado, y las hemorroides se retiran. Luego, la zona se sutura o se deja abierta para que cicatrice naturalmente. Este método puede realizarse bajo anestesia local, regional o general, dependiendo de la preferencia del paciente y el médico.
La recuperación de una hemorroidectomía tradicional puede ser dolorosa, y es posible que el paciente necesite de una a dos semanas para recuperarse por completo. Durante este tiempo, es normal experimentar molestias y dolor al evacuar, pero se pueden administrar analgésicos para controlar los síntomas. El médico también puede recomendar una dieta rica en fibra y el uso de ablandadores de heces para facilitar la evacuación intestinal y evitar el estreñimiento.
2. Hemorrhoidopexia con engrapadora (procedimiento de Longo)
Este procedimiento es una alternativa menos invasiva a la hemorroidectomía tradicional y está diseñado principalmente para hemorroides internas prolapsadas. Durante el procedimiento, se utiliza una grapadora quirúrgica para reposicionar las hemorroides en su lugar original dentro del recto y cortar el suministro de sangre a las hemorroides, lo que eventualmente hace que se reduzcan de tamaño.
A diferencia de la hemorroidectomía tradicional, la hemorrhoidopexia es menos dolorosa y tiene un tiempo de recuperación más rápido. Los pacientes pueden experimentar menos molestias y retomar sus actividades normales en menos tiempo. Sin embargo, este procedimiento puede no ser adecuado para hemorroides externas o complicadas.
3. Ligadura con banda elástica
La ligadura con banda elástica es una técnica mínimamente invasiva que se usa en casos de hemorroides internas. Durante este procedimiento, el médico coloca una banda elástica alrededor de la base de la hemorroide para cortar su suministro de sangre. En unos días, la hemorroide se marchita y cae, y el área sana naturalmente.
Este procedimiento es rápido y generalmente no requiere hospitalización. Sin embargo, puede causar algunas molestias temporales y una sensación de presión en el área tratada. Es una opción popular para hemorroides internas pequeñas o moderadas, pero no se recomienda para hemorroides externas.
Preparación para la cirugía
Antes de la cirugía, el paciente debe seguir las indicaciones del médico para prepararse adecuadamente. Esto puede incluir:
- Ayuno: Dependiendo del tipo de anestesia que se vaya a usar, es posible que se le pida al paciente que no coma ni beba nada por un período de tiempo antes de la cirugía.
- Suspensión de ciertos medicamentos: Algunos medicamentos, como los anticoagulantes, pueden aumentar el riesgo de sangrado durante la cirugía, por lo que el médico puede recomendar suspender su uso temporalmente.
- Preparación intestinal: En algunos casos, se puede recomendar un enema o un laxante suave para limpiar los intestinos antes del procedimiento.
Recuperación y cuidados postoperatorios
Después de la cirugía de hemorroides, el período de recuperación varía según el tipo de procedimiento realizado y la salud general del paciente. La hemorroidectomía tradicional suele requerir un período de recuperación más largo, mientras que los procedimientos menos invasivos, como la ligadura con banda elástica o la hemorrhoidopexia, permiten una recuperación más rápida.
Es común que los pacientes experimenten dolor y molestias después de la cirugía, especialmente durante las evacuaciones intestinales. Para aliviar el malestar, los médicos suelen prescribir analgésicos y recomendar baños de asiento con agua tibia. Además, los pacientes deben seguir una dieta rica en fibra para evitar el estreñimiento y el esfuerzo al evacuar, lo que puede retrasar la cicatrización.
Otros cuidados postoperatorios incluyen:
- Evitar actividades físicas intensas durante las primeras semanas.
- Mantener la zona tratada limpia y seca para prevenir infecciones.
- Seguir las indicaciones del médico en cuanto a la aplicación de cremas o supositorios recetados.
Complicaciones posibles
Aunque la cirugía de hemorroides es generalmente segura, como cualquier procedimiento quirúrgico, puede haber riesgos y complicaciones. Algunas de las complicaciones posibles incluyen:
- Sangrado: Es común experimentar un ligero sangrado después de la cirugía, pero un sangrado excesivo puede requerir atención médica.
- Infección: Aunque rara, la infección puede ocurrir en el sitio de la incisión.
- Estreñimiento o incontinencia: En casos raros, el daño a los músculos o nervios del área anal puede provocar problemas temporales o permanentes con el control de las evacuaciones.
Conclusión
La cirugía de hemorroides es una opción efectiva para tratar hemorroides graves que no responden a tratamientos conservadores. Aunque puede ser un procedimiento doloroso y requerir un tiempo de recuperación prolongado, la mayoría de los pacientes experimentan alivio de los síntomas y una mejora significativa en su calidad de vida después de la cirugía.